Una amiga de la víctima del homicio ocurrido el 24 de diciembre de 2016 en La Higuera Canaria declaró ayer en el juicio que había conversado por teléfono con Mónica Garrido el día de su muerte, y que ella se sentía acosada por el homicida confeso, hasta tal punto de que lo iba a denunciar al día siguiente.

La mejor amiga de la mujer que falleció tras recibir 25 puñaladas por parte de Víctor de Alejandro reveló durante la cuarta sesión del juicio que Mónica Garrido le comentó que se sentía "agobiada" por el acusado. "Mónica sabía que él estaba enamorado de ella, sé que estuvieron tonteando pero no llegaron a ser pareja", afirmó.

"Hablé con ella el 24 de diciembre, me dijo que él estaba muy celoso porque creyó que Mónica iba a ir a cenar con su expareja", afirmó. Además expresó que cuando comenzaron a conocerse la víctima le habló bien de él, pero que "unas semanas antes de que la matara, le dijo que Víctor de Alejandro la tenía agobiada y que estaba obsesionado con ella", sentenció la mujer.

"En Nochebuena me dijo que iba a apagar su teléfono porque él no la dejaba en paz y que lo denunciaría a la mañana siguiente, ya que él se había puesto chulo con ella", recalcó la amiga de la víctima, que también relató que Mónica Garrido quedó en llamarla al día siguiente desde otro teléfono que tenía y que al no recibir señales de ella se alarmó.

Asimismo, explicó que cuando ella visitó a Mónica Garrido en el mes de noviembre, durante una semana el acusado estuvo en la casa e incluso durmió todo ese tiempo con la víctima. Además afirmó que habían intentado estar juntos pero que no funcionó y ella solo lo quería como amigo.

Un testigo amigo del acusado relató que el 25 de diciembre Víctor de Alejandro lo fue a buscar sobre las 10.00 horas para caminar. "Sé que tuvo un pasado conflictivo", destacó, señalando además que tenía una orden de alejamiento sobre su padre y su exnovia y que también tenía problemas con una prima.

El exnovio de la víctima por más de dos años explicó que ella lo visitaba a él y a su familia diariamente. "Ellos se conocieron en junio y para mí eran pareja. Él la acompañó a llevarle una carne a mi madre un día antes de matarla", sentenció. "La invité a cenar y me dijo que no, porque él era muy celoso y no quería problemas", destacó.

"Al ir a su casa comenzamos a llamarla por teléfono, pero la música estaba tan alta que casi no se escuchaba el tono de llamada", enfatizó. "Ese día lo saludé y le dí un abrazo. Le vi un corte en la mano pero no me imaginé que él la había matado", destacó. El excuñado de Mónica Garrido declaró que vio paseando a la víctima junto al acusado en un centro comercial en el verano de 2016 y que también los vio el 8 de diciembre de ese año agarrados de la mano en las fiestas de Jinámar. "Ella era muy buena, te daba su corazón si pudiera", resaltó.

A su vez, explicó que el 30 de diciembre acompañó a su hermano, el exnovio de Mónica, y al propio acusado hasta la casa de la víctima y saber por qué estaba desaparecida.

El hombre manifestó que al llegar a la casa y ver que ella no respondía a la llamada, decidió comunicarse con la Policía Local. Estos le dijeron que no podían entrar a la vivienda sin una orden y este, tras tener un "presentimiento de que algo iba mal", movió un cartón que estaba en la puerta, el cual sustituía un cristal, y la vio tendida en el suelo, por lo que avisó a los agentes, que entonces decidieron entrar y la vieron muerta. "Él lloraba como un niño chico al verme tan nervioso y alterado. Yo lo abracé. Era consciente de que la había matado y aún así fue con nosotros", aseguró el excuñado de la víctima, quien también afirmó que el homicida se mantuvo lejos de la puerta de la vivienda hasta que descubrieron el cadáver.

Por su parte, la madre del acusado indicó que su hijo tenía un comportamiento "raro" desde hacía un tiempo. "Era un niño que llegaba y se encerraba en su habitación", declaró, e hizo énfasis en que su hijo hasta ahora "no ha tenido ni una novia".

También reseñó que no sabía que su hijo había tenido problemas judiciales antes del homicidio a pesar de estar condenado por violencia de género, según el letrado de la acusación particular, y tener orden de alejamiento sobre su padre. Sin embargo, reconoció que a su casa llegaron las denuncias.

La casa del exalcalde

El dueño de la vivienda donde residía Mónica y exalcalde de Telde, Francisco Valido, indicó que ella era una "chica muy buena", que pagaba el alquiler por adelantado y que empezó a tener problemas para pagar tras conocer al acusado. "Ella me dijo que era él quien me llevaría el dinero del alquiler, pero nunca lo hizo", sentenció. Víctor de Alejandro le asestó 25 puñaladas a Mónica Garrido en la Nochebuena de 2016 tras tener una discusión en la casa de la víctima.

El fiscal pidió 12 años de prisión, la acusación particular del hijo de la defensa 25 años, el abogado de los padres y hermanas de Mónica Garrido 31 años. Mientras, la defensa del acusado solicitó dos años y seis meses o cinco.