La ausencia de agua corriente forma parte de la realidad que sufren los vecinos del barrio de La Solana, situado en las periferias del municipio. Según relata el presidente del colectivo vecinal, Pablo Agriela, se trata de una circunstancia que han tenido que vivir desde hace muchísimos años. El suministro básico solo llega dos días a la semana en esta pequeña comunidad, en donde habitan algo más de 200 habitantes, desde los pozos de San Mateo. "La infraestructura de la red de agua es inadecuada: no se ha invertido en esta zona para sustituir las tuberías y el agua no llega con el suficiente impulso como para recibirla todos los días de la semana", explica Agriela.

No es un problema exclusivo de esta zona teldense. "Casi todos los barrios que se encuentran los límites del municipio tienen este problema: incluso hay algunas zonas vecinales que solo reciben el suministro una vez cada siete días", afirma con reproche el presidente. "Así hemos estado desde hace muchísimo tiempo, pero no podemos seguir soportándolo: estamos pidiendo un recurso básico para vivir", manifiesta. Los residentes subsisten a través del ahorro de agua y el almacenamiento en estanques de la zona. "Nos tenemos que administrar muy bien entre todos los vecinos, porque como te pases un día más de la cuenta en la ducha te quedas sin agua", asevera Agriela.

Hace unos meses que el Diputado del Común actuó de oficio en esta zona de Telde, atraído por la problemática que sufren los residentes con el asfaltado de las carreteras. "Siempre han habido muchísimos socavones e irregularidades en las vías, y cuando nos rebachearon hace poco no lo hicieron nada bien", reprocha el presidente vecinal, que incluso afirma que a causa de este hecho algunos vecinos han tenido dificultades para acceder a sus viviendas.

"Sin embargo, lo que más le llamó la atención al Diputado del Común fue la falta de agua que tenemos en el barrio", añade Agriela. Desde la institución solicitaron explicaciones al Ayuntamiento de Telde y solicitaron conocer las medidas que llevarían a cabo para solucionar el tema. "No se ha sabido absolutamente nada sobre esto: ya han mandado un segundo escrito y tendremos que esperar a que hagan algo", manifiesta.

El mal asfaltado de las vías de el barrio o la falta de suministro de agua no son las únicas deficiencias que denuncia el colectivo vecinal. El servicio de limpieza y recogida de basura es deficiente, así como el alumbrado público. "Hace poco que nos repararon algunas bombillas que teníamos fundidas desde hace años, pero el barrio cada vez crece más y aún quedan zonas que se quedan completamente a oscuras", sostiene el presidente. Asimismo añade que "es cuestión de querer que el pueblo se sienta mejor y tenga mejores servicios: cuando nos quejamos por las bombillas las arreglaron en una semana, pero solo porque hicimos ruido en los medios", asevera.

De hecho, Agriela asegura que los vecinos han denunciando durante años todas estas deficiencias, pero "no es hasta finales del año pasado, cuando establecimos una asociación vecinal, que nos han empezado a escuchar: cuando los residentes denunciaban de forma individual nadie les hacía caso, pero ahora que somos muchos y hacemos ruido estamos empezando a conseguir que nos presten atención".

Agriela explica que La Solana, a pesar de ser un barrio alejado del núcleo urbano, está creciendo cada vez más y cuenta con población de todas las edades. "Tenemos bebés y niños, adultos y ancianos: no es una zona estancada, está muy bien y tenemos los mismos derechos que cualquiera de tener buenos servicios", asevera y declara que desde la asociación vecinal están tramitando para conseguir convertir el antiguo centro escolar (cerrado desde hace mucho tiempo) en una zona de ocio y entretenimiento infantil.

"No tenemos ningún parque o espacio acondicionado para los más pequeños: sus padres tienen que llevarlos a los barrancos cercanos para jugar o pasear cuando tenemos un lugar que si se acondiciona nos podría servir para hacer actividades", declara el presidente de vecinos, que finalmente exige al Gobierno Local que tomen medidas para solucionar toda la problemática en la que se ven envueltos. "Parece mentira que formando parte del segundo municipio con más población de la Isla, y en pleno siglo XXI, hayan personas con necesidades en servicios tan básicos como el agua", concluye.