La teldense María Dolores -Lola-Castro Benítez ha sido condecorada con la Cruz Oficial de Isabel la Católica por su labor en el Programa Mundial de Alimentos en una ceremonia celebrada en la Embajada de España en Roma y donde se le ha hecho entrega de la distinción otorgada por el rey Felipe VI, gran maestre de la orden el 25 de febrero de este año, por el embajador español en Italia y San Marino, Alfonso Dastis.

Lola Castro desempeña en la actualidad el cargo de directora regional para el Programa Mundial de Alimentos -WFP en sus siglas en inglés- de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 17 países de África meridional, con sede en Johannesburgo, en Sudáfrica. Cuenta con una amplia trayectoria internacional en lugares de conflicto en numerosos países, entre ellos Ruanda, cuando se desencadenó la cruenta guerra civil entre hutus y tutsis que provocó el éxodo de millones de personas. O en el terremoto que asoló El Salvador y donde tuvieron que atender a miles de damnificados.

A la entrega de la Cruz Oficial de Isabel la Católica acudió la madre de la homenajeada, Isolina Benítez Álvarez, quien se mostró muy feliz por la distinción concedida a su hija "por la labor que está haciendo en la ONU y ella me ha dedicado la medalla y el embajador de España me felicitó y me dijo que se sentía orgulloso que una española esté tan apreciada". Destacó el carácter luchador de su hija, a quien asegura, inculcó valores como el respeto y la autoridad, "aunque eso me ganó que yo fuera la madrastra porque no le permitía lo que quería", evoca entre risas.

La trayectoria profesional y humana durante 26 años de Lola Castro, nacida en Telde y que cumple 56 años el próximo 30 de diciembre, fue reconocida en la ceremonia en la cancillería de España en Roma por las cartas leídas de dos embajadores que destacaron su labor profesional y trato personal. La homenajeada agradeció el honor recibido con humildad y mostró su satisfacción por las personas que ha conocido durante estos años en los distintos programas humanitarios en los que ha participado.

Así, el embajador español en Pakistán durante la etapa en que Castro Benítez trabajó en el país asiático la definió como "una de las funcionarias internacionales españolas más competentes y comprometidas que he conocido tanto por su elevado perfil profesional como personal la han situado en una situación de prestigio en Naciones Unidas y realizó un liderazgo en situaciones difíciles tanto en los ámbitos de seguridad y en las relaciones con las autoridades locales".

El representante diplomático español en Sudáfrica, por su parte, alabó en su misiva leída en la Embajada de España el orgullo que para España supone que una funcionaria sea la responsable de un programa de tan alta relevancia para África como el Programa de Alimentos y enfatizó que "la labor de Lola no solo es reconocido por este gobierno, sino por el resto de todos los países africanos ante los que está trabajando".

Reconocimiento internacional

Alfonso Dastis, canciller español en Italia, expuso durante la ceremonia de entrega que la homenajeada lleva muchos años en labores de Naciones Unidas vinculadas a temas humanitarios, en particular en el Programa Mundial de Alimentos, donde se maneja uno de los presupuestos más elevados de la ONU.

"Lola Castro es la española con el puesto más alto dentro de este Programa y ha desarrollado su trabajo con una gran efectividad y compromiso que hacen que se haya ganado el reconocimiento de sus compañeros, también de las autoridades locales en los países en los que ha estado", añadió el embajador español.

Dastis alabó su último trabajo, en el ciclón Idai, uno de los más destructivos de los que han pasado por el sur de África, "ya que con un equipo compuesto por trabajadores humanitarios ha realizado una labor muy importante que ha merecido un gran reconocimiento. Su entrega y profesionalidad ha redundado en aumentar el prestigio del Programa de Alimentos, pero también en el buen nombre de España".

Definió la distinción concedida como un humilde reconocimiento a la gran labor de Castro Benítez, "es un gran orgullo tener una funcionaria como Lola en el Programa y un acicate para que todos trabajemos con el mismo ímpetu y dedicación". Un reconocimiento que se entrega en Roma porque es la sede del Programa Mundial de Alimentos.

Castro Benítez, quien dedicó la distinción a su madre, Isolina Benítez, quien cumple en agosto 89 años, recordó que en junio de 1993 "el Gobierno de España me dio un voluntariado para irme a Malaui, un lugar del que nunca había oído hablar. Estuve un año allí y tuvimos 150.000 refugiados y a final de año, cuando se fueron a Mozambique recuerdo que el director del Programa en ese país me preguntó si quería ir a trabajar allí fue una gran experiencia".

Isolina Benítez Álvarez mostraba su felicidad por la concesión de la Cruz Oficial de Isabel la Católica a su hija Lola, "por la labor que está haciendo en la ONU, ella es una bendición".

La madre de la homenajeada recuerda que cómo su hija, "que es licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid, dejó su trabajo de analista de mercados en Nigeria, donde cobraba 50.000 pesetas para irse a Acnur, donde le pagaban 60.000 euros, pero siempre me ha dicho que nunca había sido tan feliz en un trabajo".

Isolina Benítez recalca que su hija era de niña muy estudiosa y responsable. "Un día me desperté a las cinco de la madrugada y me la encontré en un sillón estudiando porque tenía un examen y le dije que se fuera a acostar y me contestó que no porque tenía que estudiar para el examen".

Asimismo, recuerda que la última vez que estuvo Lola Castro en Telde fue el 4 de febrero de 2018 "con motivo de la muerte de su padre, pero creo que regresará este año por Navidad". Estuvo con ella la pasada semana en Roma con motivo de la ceremonia de entrega de la Cruz Oficial de Isabel la Católica e Isolina ha regresado desde la capital italiana hasta Gran Canaria, a su domicilio de Las Canteras.

"Ella se iba a Johannesburgo para incorporarse a su trabajo en el WFP con los 17 países".