Los familiares directos de Abimael, el menor de ocho años que murió al atragantarse con un perrito caliente el pasado sábado por la noche en las fiestas de San Juan, sopesan denunciar al Ayuntamiento de Telde por "no ejecutar el protocolo de emergencias en el momento en que el pequeño se quedaba sin aire", sostuvo ayer Amy Oliva, hermanastra del pequeño, visiblemente afectada durante el velatorio de del niño en el tanatorio de Salinetas. Cientos de vecinos del barrio de Las Remudas, de donde era Abimael, así como otros conocidos, presentaron sus condolencias a la familia.

El menor había asistido junto a su madre, padrastro y hermanastros a la feria que preparó la Concejalía de Festejos, que dirige desde el pasado viernes Servando González, en el recinto de la Hoya de San Juan -en donde estaban instaladas las atracciones de los cochitos-. Según relata su hermanastra, durante la verbena no se encontraba presente ningún sanitario y, añade, aunque acudieron con rapidez varios agentes de policía a socorrer al pequeño en el momento en que se atragantó con su comida "ninguna sabía como ejecutar los primeros auxilios", aseveró la familiar, que presenció cómo su hermano se quedaba sin aire.

"Me pareció penosa la situación que vivimos, creo que podría haberse evitado si los operarios presentes hubieran tenido conocimiento o si hubiese estado la Cruz Roja", confesó con severidad.

Una veintena de personas, según relata Oliva, intentaron ayudar a la familia. El Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 1-1-2 del Gobierno de Canarias registró una llamada pasadas las doce de la noche e inmediatamente desplazaron hasta el lugar dos ambulancias, una de soporte vital básico y una medicalizada. "Hemos leído en prensa que los efectivos sanitarios no tardaron más que unos minutos en llegar, pero no fue así; estuvimos esperando unos 15 minutos y las ambulancias no llegaron hasta el recinto ferial, aparcaron en la gasolinera de El Cubillo -situada a unos cinco minutos andando del espacio donde se celebraba la fiesta-", asevera la hermanastra, que asegura que la familia tuvo que volver a efectuar la llamada al 1-1-2 para exigir que acudieran hasta el lugar exacto.

La terrible situación que tuvieron que enfrentar los familiares acabó en tragedia. Los efectivos sanitarios intentaron reanimar al pequeño durante 45 minutos, para finalmente certificar su muerte. La autoridad judicial levantó el cuerpo cerca de las tres de la madrugada del domingo y lo trasladó hasta el instituto anatómico forense. El Ayuntamiento de Telde procedió a suspender las fiestas en el momento justo en el que el concejal del área, presente en ese momento, tuvo conocimiento de los hechos.

Asistencia psicológica

El Consistorio proclamó el domingo luto oficial en el municipio, anulando todos los actos de ocio y deporte que se habían organizado. Sin embargo, la familia no se encuentra satisfecha con las medidas y sopesan tomar medidas judiciales al respecto. "No es una cuestión de venganza, porque a mi hermano nadie le va a devolver la vida; no quiero que algo así se vuelva a repetir nunca, debe haber un sistema de emergencias que permita actuar a los efectivos de seguridad con precisión", aclaró la muchacha.

Desde el Ayuntamiento de Telde manifestaron que el servicio de emergencias, tanto la Policía Local como Protección Civil, actuaron con la mayor rapidez posible ante un incidente inesperado y muy difícil de gestionar. La comida que el pequeño de ocho años estaba degustando obstruyó las vías respiratorias, por lo que la maniobra se complicó y se perdió el control de la situación. El mandatario prometió que desde la administración local ofrecerían ayuda psicológica a la familia, pues varios de los miembros de la familia tras el fatídico suceso sufrieron ataques de ansiedad. A través de Servicios Sociales, en coordinación con la Cruz Roja, se procederá a efectuar este servicio de atención. El concejal de Festejos, que se encontraba en el recinto ferial en el momento de los hechos, aseguró horas más tarde que "todos los operarios municipales actuaron con la mayor precisión posible", agradeciendo su tarea.

"Ha sido una jornada muy triste, un día de mucho llanto", confesó, por otra parte, Kimberly Sepulveda, otra de las hermanas del pequeño. La sala del tanatorio estuve repleta durante toda la tarde del domingo, así como en la mañana del lunes. "Ha venido todo el mundo a apoyarnos, todavía seguimos en shock por lo sucedido", añadió a la vez que confesó que los padres del pequeño continúan "muy aturdidos" y la abuela del pequeño se desmayó varias veces en el tanatorio.

A pesar del sufrimiento que está pasando la familia, las hermanas aseveran que "tenemos que estar aquí, porque aunque sea muy duro estar rodeadas de tanta tristeza y tensión es mejor pasar por esto que no acudir al tanatorio para despedirnos de nuestro hermano". Tanto Amy Oliva como Kimberly Sepulveda describen al pequeño como "un niño muy alegre, al que le encantaba la música: cuando oía una canción, daba igual el sitio donde estuviese, se ponía a bailar", ríen. Abimael, que en diciembre iba a cumplir nueve años, estudiaba tercero de primaria en el colegio María Suárez Fiol del barrio teldense de La Pardilla.

Problemas con la funeraria

La joven permaneció en el tanatorio desde las 14.00 horas del sábado hasta que el cuerpo del pequeño fue retirado ayer sobre las 15.00 horas para ser trasladado hasta el tanatorio de San Miguel, en Las Palmas de Gran Canaria, para proceder a su incineración. "No pudimos asistir antes al tanatorio porque tuvimos un problema con la funeraria", aseguró Sepulveda a modo de crítica, ya que asegura que cuando el cuerpo fue retirado en la madrugada para proceder a su autopsia "la funeraria prometió a mis familiares que llamarían por la mañana para explicarles que procedimiento debían ejecutar", relató ayer la hermana de Abimael.

Sin embargo, según relata la joven, nadie les avisó durante la mañana y "cuando llamaron para cerciorarse de lo que debían hacer les alertaron que si no llegaban antes de la 13.30 horas al juzgado para firmar el papeleo de defunción no podrían trasladar el cuerpo al tanatorio hasta el día siguiente", asevera indignada.