"Nosotros hacemos esto por nuestra tía, era una persona, no una rata, merece respeto y un entierro digno. No nos queremos quedar con su vivienda como se dice en comentarios que hemos visto en las redes sociales, ya tenemos la nuestra", argumenta una de las sobrinas de Dolores, la octogenaria hallada muerta en su casa el jueves de la pasada semana. Es la única familiar que se ha hecho cargo de las gestiones después de su muerte, tanto respecto a la limpieza del domicilio como a los del funeral.

"Ella tenía tres hermanos, que son sus herederos directos porque era viuda y no tuvo hijos", afirma sobre su tía, hermana de su madre y a quien veía ocasionalmente "bien arreglada" por la calle de Triana. "Hacía tres meses que no sabía nada de ella", añade sobre su pariente, hasta que se enteró por los medios de que la habían encontrado muerta en estado de descomposición en su piso en la primera planta del portal tres de la urbanización Eucaliptos II, en el Valle de Jinámar.

Su hallazgo, ocho días después, continúa siendo motivo de consternación y preocupación por el hedor que se desprende de su interior y por quién correrá finalmente con los gastos de la limpieza de su domicilio, una factura que en principio se hará cargo la comunidad de propietarios hasta que los herederos de la difunta asuman la propiedad. Una situación harto complicada, según fuentes consultadas, porque "hemos oído que ningún familiar tiene intención de aceptar la herencia y eso supone que al final tendremos que hacernos cargo nosotros de un gasto que no nos corresponde".

Además, los herederos tendrían que afrontar una deuda de unos 12.000 euros de las cuotas impagadas a la comunidad e incluso, aunque no se ha tomado ninguna decisión, de los gastos del entierro -en torno a los 3.000 euros- si ningún familiar los abona. Todo iría contra la casa, apuntan, y será el nuevo propietario el que deberá pagar todo. No se descarta tampoco la venta de la vivienda y de lo obtenido devolver lo desembolsado, una posibilidad por estudiar.

Así, unos residentes del mismo bloque muestran su disconformidad ante la propuesta de la directiva de la comunidad de propietarios -son pisos de titularidad de sus habitantes- de que sean los vecinos quien paguen la factura. Consideran que debe ser la familia quien se haga cargo de la minuta, no ellos.

La sobrina y su esposo, que prefieren mantenerse en el anonimato, y los únicos que han mostrado interés por su familiar, quieren "darle una sepultura digna a mi tía, era una persona, no una rata" y por limpiar cuanto antes su vivienda "para que los vecinos no tengan que sufrir más el mal olor o que alguien se meta dentro porque está abandonada".

De hecho, su esposo esperó durante varias horas en su vehículo la llegada de la empresa contratada para la fumigación de la casa, "ya que me han dicho que hasta que no la fumiguen no puedo hacer nada dentro de ella, que no toque nada", indicó el sobrino político de la fallecida. Su intención era cambiar la cerradura de la puerta de la vivienda, ya que los bomberos rompieron la de seguridad que estaba instalada para acceder al interior y retirar el cadáver de Dolores. Los rumores sobre un posible asalto y ocupación del piso le han preocupado y pretende colocar una nueva cerradura que impida el acceso a personas ajenas, aunque no las tiene todas consigo.

"No he podido hacer nada hasta que la empresa la fumigue, pero no entiendo cómo van a fumigar antes de que se haga la limpieza de la casa y quede preparada para que se echen los líquidos para acabar con los insectos que se encuentren", apunta.

Los hechos le dieron la razón. El fumigador, ante el panorama que se encontró en la vivienda, no entendía por qué no se había limpiado antes. Indicó que lo habitual es intervenir en el espacio una vez limpio y no en ese estado de suciedad. Ropa tirada por el suelo, en los sillones y en otras dependencias de la vivienda, además de resto de comida, pero nada de las cucarachas y otros insectos "que dijeron que habían visto, mi mujer entró el otro día y sí es verdad que todo estaba muy desordenado y sucio, pero no tan exagerado como se ha dicho", apunta el familiar. Realizó el fumigador su trabajo, pero a él y a su esposa le queda lo más duro.

"Nosotros limpiaremos toda la vivienda de mi tía, retiraremos todo lo que no sirva y la dejaremos totalmente limpia", explica la sobrina, "y si algunos de mis tíos acepta la herencia, que haga lo que crea conveniente, nosotros no la queremos, si por mí fuera, le daba las llaves a quien la quisiera, la regalaría". En cuanto al entierro, alega que es un gasto complicado de asumir y verá la postura del resto de la familia.