Lomo Magullo se sumergió ayer en los confines de su tradición. Con tallas y baldes salieron de la acequia unos 216.000 litros de agua, con el reto de trasladarla hasta la plaza de las Nieves, pero en el camino la diversión se centraba en empapar al que estuviera más cerca, o más despistado. Este barrio teldense celebraba con mucha alegría la Traída del Agua, mientras la fatalidad se divisaba en el horizonte, pues se podía ver la humareda del incendio, que comenzó el pasado sábado en Artenara, y se extendió hasta Tejeda y Gáldar; así como el paso de los helicópteros que intentaban sofocar el fuego en la Cumbre.

Desde las doce y diez minutos del mediodía hasta las dos de la tarde, todos los que se acercaron a Lomo Magullo fueron entrando en estado de remojo, y sólo el intenso calor que apretaba a esa hora les permitía aliviarse del constante chorreo. Y es que, con tanta masa de líquido disponible, resultaba imposible estar seco. Para lograrlo, sólo estaban las azoteas porque hasta las puertas y ventanas no eran la alternativa válida desde las que se podía evitar el riego. Fue la Heredad del Valle de los Nueve la que surtió el depósito del Tanque de Los Alejandros, que una vez más proporcionó toda la masa líquida a esta edición de esta celebración, que ya va por la cincuenta y uno. Unos treinta litros por segundo, el doble que el pasado año, que el ritmo fue de quince litros, era lo que salía por la acequia, según aseguró Miguel Florido, presidente de la Asociación de Vecinos La Talla, y vicepresidente de la citada Heredad. "Se trata del equivalente a más de doce horas de agua", matizó, -contabilizados en la jerga agrícola-, y que proceden del barranco de Los Cernícalos. El ritmo del caudal, más intenso, que otros años, contribuyó a que lo que los baldazos se propulsaran con fuerza, y más que una lluvia cayera sobre Lomo Magullo una auténtica tormenta.

Antes de abrir la llave del depósito, tarea que realizó el ranchero Chano Quintana, pasados unos diez minutos de las doce, Florido avisaba que "el agua iba a caminar más rápido porque se arreglaron las acequias, lo que facilitaba el descenso, y además, se han levantado los muros porque debido a los reasfaltados de la carretera y las reformas de las aceras se habían quedado muy bajos, sobre todo para los niños y mayores". Así, con más caudal y liberadas las conducciones, era sencillo cargar agua, empapar durante mucho rato a todos, ya que sólo dejaban para el último tramo la reserva para estamparla contra el frontis de la iglesia de las Nieves.

Tras el disparo de un volador, que marcó el comienzo de esta fiesta , una masa humana salió entusiasmada desde la plaza de este barrio para bajar por la calle de la Virgen,al ritmo de la Banda de Agaete hacia la acequia, situada en el Pico del Gallo, donde comenzó el recorrido de casi dos kilómetros en los que los miles de asistentes, en su mayoría jóvenes, se lo pasaban en grande cogiendo agua para mojar a todo el que podía, daba igual que fuera amigo o acabara de verlo por primera vez, y así hasta regresar al mismo punto de partida.

Anunció Florido, poco antes de la concentración de los aguadores se aproximaran junto al colegio Padre Collado, desde donde arranca la acequia, que la idea de la comisión de fiestas es prolongar el recorrido de este canal hasta la misma plaza para que se aproxime más hasta la fachada de la iglesia, ya que la infraestructura hidráulica de la Heredad del Valle de los Nueve llega hasta este lugar del barrio.

"Antes llegaba también mucha gente a Lomo Magullo, pues como no había tantos eventos como ahora, y todo el que podía se acercaba, porque ni había controles de la policía", destacó este vecino de Telde, que a sus 53 años lleva más de cuarenta años acudiendo a esta fiesta. Primero de niño, porque acompañaba a su padre, que también estaba en la comisión de fiestas, y ya después como joven para disfrutar del festejo, que rememora como hasta los años sesenta los residentes de este pago estaban obligados a acarrear el agua desde la acequia hasta sus viviendas ya que no disponían de agua potable. A diferencia de aquellos jóvenes, como Florido, que comenzaron a organizar esta Traída del Agua para mantener viva esta tradición, muchos de los que la disfrutaron ayer, ya fueran de ese barrio como de otras localidades de la Isla, no han conocido como se desarrollaba la vida sin agua en los grifos, y solo pensaban en divertirse y pasarel domingo lo más frescos posibles.