La tradición atracó ayer domingo en el muelle de Melenara, la ancestral arte de pesca del chinchorro volvió a ser rememorada durante unas horas por los marinos de la playa, así como se desarrolló la varada del pescado, donde se vendía lo que se había capturado y luego, asadero.

Este fue el escenario que se encontraron quienes se acercaron ayer al barrio costero para disfrutar de los actos con motivo de las fiestas en honor a Nuestra Señora del Carmen y el Santo Cura de Ars que se celebran hasta el 1 de septiembre. Arrancó la jornada con la celebración del chinchorro, a partir de las 10.00 horas, donde los pescadores evocaron con el arrastre de las redes cómo se capturaban los peces.

A las 13.00 horas comenzó el recorrido por el paseo marítimo de las vendedoras durante la varada del pescado, donde competían por ofrecer el mejor pescado y tras esta suerte de mercado ambulante, hubo un asadero popular con 300 kilos de pescados de la zona, la degustación de lubinas de Gran Canaria, para acabar con la verbena del solajeros.