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Entrevista | Ado Santana

"El molino de los Lozano era el grupo de 'whatsapp' de los años 50"

"Estamos agradecidos con las personas que participaron en la película, lo hicieron todo muy fácil", explica el autor del documental 'Desgranando la historia: el molino de los Lozano'

Ado Santana, director de cine y realizador del documental 'Desgranando la historia: el molino de los Lozano'. juan castro

Estrena esta noche su nuevo documental 'Desgranando la historia: el molino de los Lozano'.

Sí. El proyecto surge a raíz de una conversación con los miembros de la asociación cultural Alcorac 1968 del barrio de Lomo Magullo. Ellos me comentaron que aún existía un antiguo molino que fue utilizado hace muchos años por los vecinos del pueblo, y me pareció interesante contar esa historia como método de aprendizaje.

La proyección del documental forma parte del programa elaborado por la casa museo León y Castillo para celebrar las novenas jornadas de Cultura del Agua.

En estas jornadas se hace referencia al patrimonio hidráulico de Canarias y a explicar cómo interactuaba el agua con la vida diaria de las personas. En este caso el documental cabe totalmente en el programa porque hablamos de cómo se servían los vecinos de la fuerza del agua para poder desarrollar su vida, machacando las semillas y produciendo gofio. Una vez dejó de haber agua suficiente para que el molino funcionase, se acabó la actividad.

¿Qué era el molino de los Lozano para el pueblo?

Era un punto de encuentro y un motor económico para la zona. Mucha gente de otros lugares del municipio se acercaban para tratar con el molino; gente de las zonas de medianía como Cazadores. Asimismo, los vecinos pagaban una cuota para poder desgranar sus semillas y hacer gofio, que luego vendían en una tienda situada junto al molino o se llevaban a su casa para prepararlo en el almuerzo. Se convocaban reuniones alrededor del molino para compartir experiencias y conversar también, no solo era una simple herramienta: era un punto de referencia para quedar con los demás.

¿Existían en la zona otros molinos como este?

Eran pocos. Nosotros visitamos durante la filmación del documental otro molino que tenía las mismas características que este situado en el Barranco de Cuba, era como una copia. De hecho era el mismo tipo de molino porque entendemos que en la época era común elaborarlos de esa forma, pero no se encontraba en tan buenas condiciones: solo tenía la piedra y algún elemento más. Creo que es importante que la gente conozca la existencia de este tipo de elementos, no solo para saber cómo funcionaba y se desenvolvía la sociedad antes, sino también para tener conocimiento de nuestra propia historia social. El molino de los Lozano en los 50 podría ser como el whatsapp de hoy porque todo el mundo iba a él para charlar. [Ríe]

¿Cómo fue el proceso de grabación? ¿Costó reunir los elementos principales para poder contar esta historia?

Hemos financiado este proyecto entre la asociación de vecinos y mi equipo de grabación, pero eso es algo que nos caracteriza. Siempre autofinanciamos nuestras obras con los ahorros que tenemos y en ese sentido somos muy resolutivos, porque reutilizados los equipos y no necesitamos mucha inversión. Por otro lado, conseguimos contactar con personas que vivieron la época del molino o que están ligadas a él de alguna manera para poder elaborar una historia: personas mayores del pueblo o familiares cercanos.

¿Centra el documental en esas historias humanas?

Sí. Tomamos como hilo conductor los relatos de seis personajes: trabajadoras del molino en la época de los 50, hijos de molineras, el hijo del dueño de la tienda donde se comercializaba el gofio y otros vecinos que se movían cerca de esta infraestructura al tener fincas con plantaciones de millo o similares. Son personas diferentes que nos orientaron y desarrollaron el entramado de la situación y a las que estamos muy agradecidos porque realmente nos hicieron muy fácil todo el trabajo.

¿Qué le atrajo de este tema?

Siempre que encuentra una historia que me parece interesante, o que quizá desconozco y considero que es importante (como es el caso con esta película), intento compartirla para los demás. Sobre todo me impresiona el contraste de cómo actuaba la gente antes y cómo lo hace ahora. El molino servía como un espacio de encuentro entre vecinos, algo que ahora es poco visto. La gente tiende más a hablar por la tecnología. Ahora es todo mucho más individualistas, no contactas con gente ni compartes un espacio.

¿Tiene nuevos proyectos en mente?

Sí. Ahora mismo con mi equipo estamos desarrollando otro documental que será bautizado como 'Arquitectura del cambio' y tratará sobre el cambio de hábitos alimenticios y deportivos que se han dado en la sociedad. También estamos elaborando un proyecto de ficción, empezando a escribir el guión.

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