La festividad de San Gregorio Taumaturgo volvió a animar la asistencia en la plaza del barrio y sus alrededores, con una oferta de ocio, deportiva y culinaria que tuvo también como invitada, como casi siempre ocurre por estas fechas, por una tímida lluvia y un tiempo fresquito, lo suficiente para que el público más friolero llevara algún suéter. El paraguas no hizo tanta falta, porque la garujada algo mojaba, pero sin que obligara a guarecerse de ella.

Una situación meteorológica que se podía combatir a primera hora con un buen desayuno ofrecido por unas anfitrionas de lujo, que pusieron todo de su parte para contentar a cuantos se acercaron a la plaza de San Gregorio a disfrutar de sus delicias. Así, Pajarita, acompañada de sus compañeras de faena Mariposa, Floría y Clavellina aportaron más de 50 litros de leche para que Gonzalo Sánchez, administrador de la centenaria empresa Molino de Fuego, añadiera al tibio y blanquecino líquido el gofio.

Y es que las cuatro vacas, aparte de presentar una estupenda estampa y convertirse en modelos improvisados de las cámaras de los móviles de quienes deseaban una imagen curiosa, dejaron que sus dueños ordeñaran sus ubres para sacar lo mejor de ellas. Así, Antonio Sosa, propietario de Pajarita, destacaba "que ha dado mucha leche hoy", una opinión compartida por Pedro Montesdeoca, ganadero dueño de Mariposa, y Mario Quintana, que trajo dos vacas frisonas de raza holandesa, Floría y Clavellina.

Con sus acostumbrados dedos a tirar de las ubres, los tres ganaderos, entusiastas y altruistas colaboradores de la ordeñada para que la tradición no se pierda, llenaron durante algo más de una hora los recipientes de los que luego se vertía la leche en vasos de plástico por Gonzalo Suárez Sánchez y una ayudante.

Su reparto era esperado, pero sin atropellos ni prisas, por quienes observaban el ordeño de las cuatro vacas. Con su colmado vaso y el gofio de acompañamiento, disfrutaron de un desayuno parecido a los de antes en las casas canarias. "Yo no le pongo azúcar, que la estropea, esto es una maravilla tomárselo así, recién ordeñada de la vaca y con este gofio tan bueno", comentaba una de las asistentes.

Casi al final de la ordeñada, el alcalde de Telde, Héctor Suárez, junto a varios concejales, se acercó para saludar a los ganaderos. Antonio Sosa le invitó a ponerse manos a la obra. Aunque puso bastante empeño en la tarea, mucha maña no demostró Suárez, pero al menos lo intentó.

No fue solo territorio ganadero el barrio comercial durante la mañana y hasta la celebración de la procesión con la imagen del santo patrón por la tarde, se desarrollaron de manera simultánea otras actividades. Así, la exhibición de deportes vernáculos, como el juego del garrote, con la animosa participación de Diego Ojeda, concejal de Deportes, y la lucha canaria, donde las promesas de esta modalidad deportiva mostraron sus habilidades ante un público que se arremolinó en torno al improvisado terrero habilitado en el centro de la plaza.

No faltó tampoco la exhibición de artes marciales por parte del maestro coreano Bang, afincado en Telde desde hace casi cuatro décadas y los participantes del gimnasio Han Ku, ubicado en el municipio y ganador de diversos campeonatos a lo largo de su historia.

Mientras, en un lateral, Tonono Sarmiento, como ha ocurrido en los últimos 15 años, preparaba a fuego lento el potaje de berros, del que salieron unas 400 raciones, vertidos en sendas escudillas de plástico gratuitas y acompañadas con una pequeña bolsita de gofio para acompañar.

Los 10 kilos de berros, otros tantos de costilla, 25 kilos de papas, seis de zanahorias, cuatro de pimiento rojo y cuatro de pimiento verde, cuatro kilos de habichuelas, uno de ajos, tres de batata, seis de calabaza conformaron los 50 kilos de potaje que Tonono cocinaba en un caldero colocado en una caseta, aislado de los actos que se desarrollaban cerca. Su gran momento llegó a partir de las 14.00 horas, cuando comenzó la distribución de este caldo tan apreciado. Muy buena cuenta dieron de él los comensales que hicieron la cola para recibir la escudilla, cuchara y gofio.

Sin exhibición de trilla y arrastre

La novedad en esta edición de las fiestas patronales -comparte este rango con las de San Juan Bautista, en el barrio administrativo- era la exhibición del arrastre y la trilla, la primera vez que se iba a realizar en esta festividad. No pudo ser y habrá que esperar a otra ocasión para contemplarla.

Fuentes consultadas indicaron que estas muestras se desplazaron a la feria comarcal del Sureste que se celebraba hasta ayer en Carrizal de Ingenio. Una circunstancia unida a la dificultad de realizarla en el entorno de las ramblas de Pedro Lezcano, petadas por las atracciones -de parecido número a anteriores convocatorias- y por el espacio para la exhibición de animales.

En este emplazamiento, los niños fueron los que más disfrutaron de la presencia de vacas, terneros, ovejas, carneros, cabras y varios burros, animales que no suelen ver y que cada año suponen una sorpresa para ellos. Sesenta vacas, 40 ovejas y cabras, además de los equinos, fueron el elenco de esta nueva muestra de la cabaña insular.

De vuelta a la plaza de San Gregorio, la muestra de artesanía, en la calle peatonal Rivero Bethencourt, paralela al lateral de la iglesia, fue otro de los puntos de encuentro de las fiestas. Puestos de artesanía con precios asequibles, donde se podían observar trabajos en madera, elaboración de mieles y licores, además objetos de ornato. En este espacio no faltó el puesto de venta de productos típicos de la tierra: chorizos, dulces, panes o quesos, de los que se ofrecía una degustación para animar a la compra a los posibles clientes.

La exposición de la Guía Comercial y Cultural de Telde, que mostraba como imagen estrella una pancarta con todos los alcalde del municipio en su historia, un trabajo de investigación de José Luis González, autor de otras com la de los agentes de la Policía Local, oficios tradicionales, entre otros. La música la puso la actuación del grupo folclórico Tagoror, que celebra el 20 º aniversario de su fundación.

Por la tarde noche, la procesión por las calles del barrio y actuación de Maestro Florido pusieron el broche de las fiestas.