Los ojos bien abiertos, los labios resecos y temblores en el cuerpo. En estado de puro nerviosismo y emoción recibieron ayer los niños teldenses a los Reyes Magos en el campo de fútbol de El Hornillo, tras el aterrizaje exitoso del helicóptero que los transportó desde tierras lejanas. Los gritos de cientos de niños que junto a sus padres y familiares llenaron las gradas del terreno de Pablo Hernández fueron la banda sonora de la recepción de sus majestades, que estuvieron durante varias horas del mediodía recogiendo las cartas de los pequeños ilusionados.

"Este año hemos traído muy poco carbón", declaró el rey Gaspar, acompañado de Melchor y Baltasar, que ratificaron lo dicho por el compañero en el momento en que el alcalde del municipio, Héctor Suárez, entregó a sus majestades de Oriente la llave de la ciudad y un mapa para poder guiarse por las calles del municipio. Aunque mucha falta no les hizo, porque este año decidieron recorrer las mismas calles que en ediciones anterior y comenzaron la Gran Cabalgata desde la Casa de la Juventud a la vista de más de 18.000 personas repartidas por la zona. Un total de siete carrozas comandaron la impresionante procesión mágica, en las que los personajes más famosos del cine y la televisión infantil dinamizaron con bailes la jornada.

El entusiasmo de los niños abordó el casco urbano de Telde e incluso algunos lloros de la impresión saltaron de los ojos de los más pequeños. "Yo me he puesto nerviosa, lo reconozco", admitió Carla tras despedirse de los reyes magos por la mañana. La chiquilla, de siete años, sostiene que su ilusión es recibir un reborn (como se denominan los juguetes de bebés realistas) aunque con humildad admite que "me conformo con lo que me traigan".

Daniel, por otro lado, quiere ropa nueva y una caja de playmobil (los clásicos no fallan). Con alegría asegura que este año se ha portado muy bien y está convencido de que le traerán lo que ha pedido. También Marta, de 11 años, cree que puede tener suerte con sus regalos; aunque expresa que su mayor ilusión es que "los Reyes me traigan un bebé de verdad, pero creo que no es posible", cuenta, aunque maravillada por la llegada de sus majestades.