Telde respira historia por sus cuatro costados. Un reflejo de su importancia y relevancia se contempla en el patrimonio histórico-artístico que abandera. Desde hace más de 650 años comprende unos 97 yacimientos arqueológicos y 709 bienes de interés etnográfico y cultural catalogados por el Gobierno de Canarias. Los barrios de San Juan y San Francisco, la basílica de San Juan Bautista, la Torre de Gando, la ermita de San José de Las Longueras son monumentos, parajes y tesoros que descubren el vestigio de los antepasados. Sin embargo, la ausencia de una comisión de expertos que se dedique al cuidado y protección de la herencia del municipio influye en la escasa estima u olvido del enriquecimiento cultural.
Antonio González Padrón, cronista oficial de la ciudad, recuerda que a principios de los 2000 se estipuló con motivo de la celebración de la fundación de Telde una serie de mejoras, charlas, conferencias y arreglos al patrimonio que conferírían un revestimiento y puesta a punto de los lugares insignes. Otra de las cuestiones fue la creación de una ruta museística o la construcción de siete nuevos museos que dotaran de un interés patrimonial singular a la región. Esta tarea fue encargada a Padrón, pero a raíz de la crisis y el endeudamiento de las arcas públicas fue imposible acometerla. A día de hoy, sin tener si quiera una comisión de patrimonio histórico-artístico, lamenta que no se aproveche el potencial que aún dormita.
Desde hace más de cinco años no se convoca tal mesa, la cual, según el acta aprobada por el Pleno del Ayuntamiento en julio de 2017, estaría formada por el alcalde, la concejala de Patrimonio Histórico, Artístico y Arqueológico, un representante por cada grupo municipal, un miembro del área de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, un designado por el área de Patrimonio del Gobierno de Canarias, otro por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, un participante de la Sociedad Científica del Museo Canario, un especialista del Obispado de la Diócesis de Canarias, un profesional perteneciente al Colegio de Arquitectos de Canarias, especialistas en la materia escogidos por el Consistorio, el cronista oficial y, por último, un técnico municipal. Además, una de las peculiaridades de la administración pública es que el área de Patrimonio se encuentra dentro de la concejalía de Urbanismo y no de Cultura, a diferencia de otras instituciones, subraya González. De la misma manera, la edila Lidia Mejías declaró en su momento que la intención del gobierno actual es recuperar esta junta.
En total, 12 personas que se encargarían de tal fin. "Entonces, ¿dónde se va a hablar, discutir, solucionar o proponer ideas?", cuestiona el historiador, "la comisión es tanto para ayudar como para criticar y esta no cuesta dinero. En su momento, no quisimos cobrar". Recuerda que la misión que ha de cumplir el órgano ha de ser contemplada como "una labor altruista por el bien de la ciudad". Toma como ejemplo a Málaga, denominada como Ciudad de los Museos, en donde la peatonalización y reinvención de sus calles ha supuesto una apuesta por el ocio cultural y la instauración en su centro histórico de 40 inmuebles dedicados a este actividad. Por ello, González fija en siete los posibles proyectos en el este de Gran Canaria.
Un espacio insigne es la Casa-Museo León y Castillo del Cabildo de Gran Canaria. La entidad es referente, además del reconocimiento a la figura del diplomático canario, tanto por su programación de muestras pictóricas como ciclos dedicados a la investigación historiográfica. Añade González que "solamente faltaría un tercio de la casa original por comprar, así estaría completa y habría oportunidad de exponer más cosas", justifica.
El siguiente enclave sería la Fábrica de Ron, en el lomo de San Juan. La industria de la caña de azúcar fue decisiva para el desarrollo de la economía agraria y de subsistencia a finales del siglo XIX y principios del XX tras la crisis de la cochinilla y las penurias de las guerras. Es más, entre idas y venidas, las instalaciones se mantuvieron abiertas hasta el 22 de marzo de 1991 y ahora está ocupada con obras de rehabilitación. Junto a El Goro, Salinetas, Jinámar o Cruz de la Gallina, el cronista habla del Museo de la Industria de Canarias, "siendo Telde una de las zonas industriales más antiguas de Gran Canaria".
Prosiguiendo con la ruta, el tercer puesto es para el Molino del Conde, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2018. Una construcción realizada durante la Conquista para abastecer a la población de comida y que se instalaba junto a las corrientes de agua, barrancos y acequias para posibilitar el movimiento de las piedras trituradoras de grano. Cuenta con una maquinaria en buen estado: "Una de sus peculiaridades es que tiene dos piedras para moler grano al mismo tiempo, y aquí estaría el Museo de la Alimentación". Un emplazamiento en el que se recorrería la tradición alimenticia de Canarias, desde los aborígenes y su dieta primigenia hasta la incorporada por los castellanos en el siglo XV "y hasta las hamburguesas y los refrescos", como reflejo de la importanción y la globalización de las Islas. "Aquí se harían clases de alimentación, cocina, con un restaurante y un sitio de tapas y copas que recojan el significado y las costumbres de la alimentación".
La próxima parada sería la Casa León y Joven, un edificio cedido por el Cabildo durante 90 años a la administración local, en la cual se establecería un Museo de Bellas Artes. En su momento, se preparó para albergar la mayor colección de piezas de plata de los siglos XVII, XVIII y XIX y la primera muestra de arte japonés del Archipiélago. A su vez, la Casa Condal estaría destinada a un Museo del Mueble debido a que, en la época, "Telde llegó a tener casi un centenar de carpinteros, llamados ebanistas, y también el pintor José Arencibia Gil se dedicó al diseño de muebles". Ejemplos como Valencia, Berlín o Francia son ciudades a emular.
Los dos últimos son la Noria de Jinámar, declarada BIC en 2018, llegando a ser el Museo del Agua con "la importancia del agua para los canarios, no solo en extraer el agua de la montaña por medio de galerías y pozos, sino el gran artefacto de ingeniería hidráulica del Conde de la Vega Grande dentro de la revolución industrial canario del siglo XIX que supuso", sostiene. Por último, de la misma forma que hoy en día hay un único Museo Naval de Las Palmas y la intención de fundar el aula del mar por la Asociación Canaria de Coleccionistas Marítimos en Sardina de Gáldar, el museólogo propone un Museo Marítimo que cuente "la industria del pescado, las corrientes marinas y las fuentes de energía que se ubique en la antigua nave de la Cinsa, con más de 3.500 metros cuadrados y considerado el mejor edificio industrial español de la década de los 50". Esta conectaría con la bahía de Gando y pasaría por la zona costera de Ojos de Garza y Tufia, desembarcando en los centros tecnológicos y científicos de Taliarte.
Asimismo, Julio Cuenca, arqueólogo y artífice del descubrimiento del Patrimonio de la Humanidad Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, comenta que el patrimonio arqueólogico de Telde es "extraordinariamente importante porque fue uno de los reinos o guanartematos en los que estaba dividido la Isla". Yacimientos como el de Tara, relacionado con el templo de Risco Caído, o el de la localidad de Cendro, están siendo estudiados. Sin embargo, "se encuentra en un estado lamentable de conservación", denuncia, "no ha habido una política municipal a favor del patrimonio".
En esta ocasión, Cuenca está inmerso en el yacimiento de El Portichuelo en el que ha notificado la aparición de restos de neonatos asociados a materiales cerámicos. "Si bien hay otros lugares como Cuatro Puertas o Tufia en mejores condiciones, en el primer caso, está desprotegido", lamenta. Historia desgranada en arte, arqueología que conforma un patrimonio único en Telde.
