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Honores y Distinciones 2020 | Roque Nublo Folclórico

El broche final de una historia cantada

Los Faycanes reciben el Roque Nublo del folclore por sus 50 años de trabajo en la música

Los integrantes del grupo Los Faycanes, ensayando en su local de los bajos del parque de San Juan. JOSE CARLOS GUERRA

Una media sonrisa tuvo que aparecer en la cara de Antonio Cejudo cuando el presidente del Cabildo Insular le avisó de que Los Faycanes, el grupo que formó cuando apenas tenía unos 20 años, sería galardonado con el Roque Nublo de Oro en el acto de Honores y Distinciones que organiza anualmente la institución pública: el broche final para la celebración del 50 aniversario del colectivo musical.

"La verdad es que sentimos muchísima alegría y orgullo por este premio, sobre todo porque se reconoce toda nuestra trayectoria", expresa el director y fundador, que será el encargado de subir al escenario del Alfredo Kraus el próximo 20 de marzo. Tras medio siglo tocando para el pueblo, la banda será finalmente recordada oficialmente por aportar su granito de arena a la cultura y folclore canario. "Nos hemos esforzado mucho durante estos años para incluir nuestra visión de la música al cancionero de las Islas, a pesar de que en muchas ocasiones ha sido complicado porque nos han cerrado puertas", expresa Cejudo, que más allá de los resentimos persiste en él el optimismo y las ganas de seguir trabajando y sumar a los 25 discos ya publicados.

"Un grupo no puede mantenerse quieto, tiene que estar continuamente proyectándose en futuros ", explica ilusionado, pues acaban de publicar su último disco en homenaje a toda su trayectoria y segundo trabajo que graban en directo. "Está compuesto por música folclórica, popular y también por temas propios; especialmente de autores como Ñito Betancor o Felipe León, que han colaborado con nosotros recientemente", detalla, y asegura que la intención es presentar este nuevo álbum por todo el Archipiélago. Incluida la nueva integrante del conjunto isleño, La Graciosa. "Siempre ha sido la asignatura pendiente; ya estamos negociando para poder ir pronto allí a tocar", adelanta siempre inquieto.

Y es que a pesar de que Antonio Cejudo ha pasado por varios problemas de salud, nunca ha podido descansar con la música. "Es su vida", expresa con admiración su compañero en el grupo, José Juan Alonso, que actúa como relaciones públicas para la banda. Y así piensan en general los componentes de Los Faycanes, que cuando recibieron la noticia de que serían distinguidos por el Ejecutivo insular no dudaron en solicitar a su director que fuese él quien recibiese de primera mano el galardón. Asimismo, Cejudo asegura que dedicara el premio a los componentes ya fallecidos de la agrupación. "Son una treintena, pero creo que es justo dedicarles la distinción porque Los Faycanes han llegado hasta aquí gracias al trabajo e ilusión que han puesto cada uno de los integrantes en estos 50 años", declara emocionado.

Las experiencias han forjado el carácter del grupo, siempre insistente para hacer un hueco en el mundo de la música canaria. "Hemos tenido muchas dificultades, no siempre hemos sido bienvenidos ni hemos tenido todo el apoyo necesario", asegura Cejudo, que por otro lado destaca que "a lo largo del tiempo hemos aprendido a superar cada obstáculo; hacemos cosas bonitas y con eso nos quedamos, es lo que nos ha motivado siempre a seguir para adelante", expresa.

Los comienzos, como suele ocurrir, fueron duros. Los primeros encuentros se realizaron en un cuarto pequeño ubicado en Las Palmas de Gran Canaria, aunque no tardaron en mudarse hasta Telde. Los Faycanes, que comenzaron a llamarse Los Canariones (aunque ese nombre no duro mucho tiempo), iniciaron su aventura en la sociedad de recreo La Fraternidad, ubicada en el barrio de San Gregorio. "No teníamos mucho espacio; se organizaban muchísimas actividades y no teníamos la forma de seguir creciendo y formándonos, necesitábamos nuestro espacio", explica Cejudo, que recuerda con agradecimiento la ayuda que les ofreció Francisco Santiago, alcalde en ese mandato. El conjunto recibió un local donde poder ensayar en los bajos del parque de San Juan, en donde aún continúan practicando cada lunes y miércoles por la noche. "Empezamos con instrumentos de ferretería, como yo les digo", ríe con cómica nostalgia el músico, que no solo ha llevado el trabajo de su grupo por todas las Islas Canarias, sino que además ha conseguido tocar en la península e incluso en el extranjero.

La plaza de San Juan acogió su primera actuación, pero desde entonces han podido viajar por numerosas ciudades de la península e incluso por países extranjeros en representación de España para tocar en festivales de música folclórico o popular. Alemania, Cuba o Eslovenia (el primer país al que viajaran como grupo) son algunos de los estados que pisaron para transmitir canariedad. De hecho, fue en la ciudad de Liubliana -en el teatro Soldados Españoles- en donde tocaron el paso doble Islas Canarias "que consideramos el himno del archipiélago" donde guardan uno de sus mejores recuerdos. "Cuando yo vi que el público se levantaba y empezaba a tocar las palmas me emocioné muchísimo y a muchos de nosotros se nos saltaron las lágrimas", confiesa.

Y ese es uno de los ejemplos de su poder de atracción. "Canarias siempre ha sido punto de encuentro entre culturas y la música ha sido importada de Europa; los canarios hemos metido en una coctelera los folclores de otros países y le hemos dado nuestro propio estilo, pero a los extranjeros les evoca a sus tradiciones", explica Cejudo, que adelanta que la distinción que les ofrece ahora el Cabildo Insular será el lazo que cierre este medio siglo de trabajo, pero no su carrera. "Todavía vamos a seguir esforzándonos por tocar para la gente", concluye.

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