El Atlántico combina los cuatro elementos en el refugio de su isla de Gran Canaria a través de la pintura, la plástica, la expresión y la visualización de una mirada conjunta que se plasma en la exposición Quinto elemento del Teatro Municipal Juan Ramón Jiménez. El azar intervino para que se produjera el cruce de caminos entre los acentos de Polonia, Argentina y España de los cuatro artistas que hoy se reúnen a las 19.30 horas para acercarle al público teldense un prisma donde guardan los secretos de sus inquietudes y deseos que han extrapolado a la obra.

Luz Sosa adereza sus orígenes palmeros y grancanarios con el trazo del óleo, mientras Osvaldo Cipriani hace vibrar a la fotografía, y Robert Maciejski atrae las dobleces del espíritu junto a Oliwia Hidebrandt que dibuja caras sin rostro, ojos grandes, irrealidades palpables. "Nos conocimos por los círculos de arte que teníamos en común y, finalmente, coincidimos en una cena. Después, Robert volvió a Polonia después de casi unos veinte años y contactó con Oliwia, amiga de su juventud, para contactar con el ambiente artístico, y se nos ocurrió exponer juntos en la ciudad de Kielce", relata Sosa. Aquella primera conexión mostró las posibilidades de lograr llegar a otras galerías como en la capital grancanaria o, ahora, en Telde.

Las historias de cada uno de ellos son dispares y originales, de ahí que los 16 cuadros que se exponen en la parte alta del edificio confronten realidades que tienen como nexo en común la experimentación. En el caso de Cipriani, después de toda una vida dedicado a la cámara, decidió continuar hacia los límites del género y en sus imágenes plagadas de elementos y cuerpos femeninos decidió reflejar su interés por las mujeres primitivas en la serie Sobre poetas. "Desde el 85 trabajo en el tema del matriarcado, con su parte de realidad y de leyenda, el cual he unido al trabajo actual, donde lo simbólico del matriarcado ya no es solo el concepto de diosa madre como religión sino como una actitud política y social", comenta, "es decir, la mujer que despierta y renace en la actualidad y, a su vez, la tierra que nos reclama qué estamos haciendo con ella".

Al girar, una niña capta un haz blanco y de sombra, endurece su mirada, asoma el golpe y la enfrenta para trasladarse entre las capas de pintura a los rasgos de la adolescencia. Ella es la sobrina de Luz Sosa. "Siempre empiezo con la mirada y no paro hasta que me diga algo", comenta, "el quinto elemento para mí es la luz", y la dirige hacia las figuras humanas que pueblan sus lienzos. Hace cinco años decidió dedicarse enteramente a la carrera artística de forma autodidacta y no ha cejado su empeño pese a las dificultades del camino.

Una de ellas es la que advierte Maciejski. El polaco ha encontrado que sus raíces profundizan en la tierra canaria aunque "no se valora mucho el círculo artístico canario, a pesar de su calidad". La técnica mixta que da forma a los reflejos de su mente los advierte como "verse en el espejo del alma, donde encuentras en cada lado algo distinto". A ese componente abstracto se acerca su compatriota Hidebrandt, quien expresa que los dibujos fantásticos y los collage que ha traído desde las tierras del este son sobre "las relaciones entre y desde las personas, cómo piensan, sienten, y se identifican con un elemento que puede el fuego, el aire, el agua...", y el quinto elemento. Así, el deseo de conocerlo la ha traído a Canarias junto a sus compañeros para contemplar el nacimiento.