El municipio de Telde contará este año con su primer catálogo de árboles singulares, un proyecto iniciado por el área de Medioambiente, dirigida por el concejal Álvaro Monzón. Tras un intenso trabajo de clasificación llevado a cabo en los últimos meses, el Ayuntamiento ha podido esclarecer una lista de 30 ejemplares destacables que se encuentran en terrenos públicos y privados del municipio.
El documento será complementado con una nueva normativa medioambiental
La palmera más alta de la ciudad, de 32 metros de altura; los centenarios dragos de Rosiana, referente del paisaje indómito y volcánico, o el cardón canario de la montaña de Águeda, el más grande del municipio, son sólo algunas de las especies que se encuentran representadas en este registro, desarrollado para amparar la flora de Telde con la protección institucional, así como para difundir la importancia de los elementos que componen el medio natural del municipio. La idea es incluir ejemplares más allá de sus características fisiológicas. La historia que envuelve al árbol o el carácter social que haya podido adquirir a lo largo de los años son motivos también de singularidad. Por eso, “los naranjeros de San Juan tienen cabida en esta lista, porque detrás cuentan la historia política del municipio”, detalla para ejemplificar, ya que su fruto es el símbolo de Telde y uno de los productos que más se producen y se comercializan,
En colaboración con el Cabildo de Gran Canaria, que presentó hace casi un año su propio catálogo de ejemplares de árboles más representativos y especiales de toda la Isla, la institución local pretende aprobar no sólo el documento que recoge las singularidades árboreas de Telde y el contexto científico, histórico e incluso cultural, sino también una ordenanza que permita dar forma a las actuaciones que deben realizarse alrededor de éstos.
“Una vez identificados los árboles que aparecerán en el catálogo, ahora mismo estamos redactando el texto normativo”, adelanta el edil, que explica que el escrito ahonda en el tipo de protección del que gozarán los árboles y aportará mecanismos legales a los propietarios de los terrenos privados en los que se encuentren algunos ejemplares para garantizar su cuidado, como es el caso de los ficus de La Herradura, los alcornoques o la encina del barranco de los Cernícalos que quedan registrados en esta lista municipal. Por otro lado también se detallan las sanciones que se tramitarán a las personas que puedan producir cualquier perjuicio en la arboleda.
El Consistorio publica un almanaque con fotos y datos de algunas especies
Según el calendario establecido por la administración, tanto el catálogo como la ordenanza podrían ser aprobados a través de una sesión plenaria a mediados de este año; aunque todavía quedan por iniciarse múltiples procesos administrativos. El primer paso, según detalla el concejal, fue aprobar una moción dedicada a fomentar los planes de gestión del arbolado urbano y actualizar los inventarios, identificando todo el patrimonio vegetal de cada municipio. Tras su aprobación por unanimidad, el área que dirige se puso en marcha desarrollando iniciativas acordes a esta promesa.
Entre algunas de las tareas efectuadas se encuentra la impresión de un almanaque del 2021 en donde aparecen doce de los treinta ejemplares singulares de la localidad, vinculado cada uno a un mes del año y con un texto adherido que explica las características y peculiaridades que le rodean y lo convierten en único. Entre algunos se encuentra el árbol del clavo, de la Casa Condal; el tarajal de la Noria de Jinámar, el conjunto de ficus de la plaza de San Juan o el ciprés (llamado popularmente 'árbol bonito') del barrio de San Francisco.
“Ha tenido una gran acogida; además lo lanzamos con el objetivo de difundir la imagen de estos característicos árboles y divulgar su importancia”, explica Monzón emocionado, que asegura que gracias a este pequeño proyecto complementario pudieron iniciar un proceso de participación ciudadana. “Mucha gente se ha puesto en contacto con nosotros para enseñarnos ejemplares de árboles que podrían ser incluidos en nuestro catálogo y en muchos casos eso hemos hecho, precisamente porque esa era la idea; construir el documento entre todos”, admite el concejal.
