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Una asociación americana reconoce el hallazgo de una estrella a jóvenes de Telde

Alumnos de tercero y cuarto de la ESO del instituto de La Rocha realizaron una investigación durante los recreos | Recibirán un certificado de su descubrimiento

Los alumnos ArIadna Quintana, Pablo Herrera (en el centro) y Hugo Santana utilizando los programas para analizar las estrellas. | | ANDRÉS CRUZ

Contribuir a ampliar el conocimiento científico siendo solo un adolescente es un mérito que no mucha gente puede presumir. Una treintena de alumnos de tercero y cuarto de secundaria del instituto José Frugoni, popularmente conocido como La Rocha, sí pueden hacerlo. Encontrar una nueva estrella variable es el descubrimiento que han hecho estos jóvenes durante el curso escolar y por ello han recibido el reconocimiento de la Asociación Americana de Observadores de Estrellas Variables (AAVSO), que les entregarán a cada uno un diplome que certifique su hallazgo.

En concreto, el punto brillante que han encontrado en el cielo está denominado como GSC 05063-00753, y se localiza en el campo Ofiuco. Este tipo de astros se caracterizan por la variación de su brillo y este cuenta con un periodo de 80 minutos. Durante los recreos, los estudiantes tuvieron que realizar cálculos matemáticos a través de softwares astronómicos con los que cuentan los ordenadores de su centro para efectuar la investigación, que dirigían los profesores Moisés García (del departamento de Física y Química), Miguel León, Carlos Lorenzo y Alejandro Bolaños (que imparten la asignatura de Matemáticas).

“Las estrellas de este tipo no pueden verse a simple vista; es preciso hacer uso de programas que analizan las fotografías del cielo que sacan los telescopios para detectar pequeñas variaciones en el brillo de las estrellas”, explica Bolaños, añadiendo que los jóvenes deben después analizar con cálculos matemáticos una serie de gráficas que realiza la aplicación comparando unos astros con otros, con el fin de detectar cualquier anomalía en su brillo.

“Desde nuestras asignaturas podíamos vimos la oportunidad de aprovechar esta proyecto para que los alumnos aprendan de una forma más entretenida”, expresa por otro lado García. “Nos sirve para enseñarles lo mismo que haríamos en la pizarra, pero de forma práctica y encima acaban participando en un proceso de investigación científico real”, sostiene con orgullo el profesor.

De hecho, no es nada común llevar a cabo un hallazgo como el de estos estudiantes. En el mundo numerosos profesionales investigan de forma constante la localización de nuevas estrellas variables a través de algoritmos que las identifican de forma automática. “Por eso que los chicos hayan descubierto una que todavía no había sido detectada es bastante singular”, admite Bolaños. “Los de la asociación americana están bastante impresionados porque no es algo que hagan usualmente adolescentes”, comenta García.

Asimismo, los docentes destacan la importancia de este hecho, no solo para los chicos, sino también para la comunidad científica. “Han sido partícipes de un proceso real y han contribuido a ampliar el conocimiento de la comunidad científica porque al final las estrellas variables se utilizan para infinidad de cosas como el descubrimiento de planetas externos al sistema solar”, expresan. Lo curioso es que no es la primera vez que estudiantes de este instituto efectúan un descubrimiento así.

Hace tres años, alumnos de los mismos cursos académicos también hallaron una nueva estrella variable, guiados por el profesor Carlos Morales, que impulsó en ese año el club de astronomía del centro. “Yo me vi tentada de apuntarme por recomendación de una amiga, que se apuntó el año pasado, pero no estaba muy segura porque siempre he sido muy mala en matemáticas”, asegura con una sonrisa Ariadna Quintana, una de las jóvenes de 16 años que participó este año en el proyecto. “La verdad es que me impresionó mucho saber que podíamos descubrir algo nuevo, pensaba que era imposible”, sostiene emocionada. Su compañero Pablo Herrera se mantiene de acuerdo y añade que “me ha parecido un proceso muy interesante y además nos ha servido para aprender montón, en mi caso he mejorado las notas”, asegura, mientras Hugo Santana manifiesta que si el próximo año tuviese la oportunidad de participar en otra investigación astronómica lo haría sin dudarlo. “Al principio no estaba muy convencido de participar en esta, pero finalmente me animé y me ha encantado”, asevera emocionado.

Todo el proceso que han efectuado se incluye en el marco del proyecto educativo Caracterización de estrellas variables, coordinado por el área de Vocaciones Científicas y Creatividad (STEAM) de la Dirección General de Ordenación, Innovación y Calidad de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias y la Asociación Astronómica y Educativa de Canarias Henrietta Swan Leavitt (AAEC). Los alumnos de primero de bachillerato del instituto La Orotava-Manuel González Pérez (en la isla de Tenerife) también realizaron este año el hallazgo de otra estrella variable, esta vez en la constelación de Tauro. En conjunto, ya son siete las aportaciones realizadas desde centros del Archipiélago durante los últimos años. Según añade la Consejería, estos éxitos convierten a Canarias en un referente destacado en el panorama científico.

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