La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Telde

Melenara, la playa familiar de Telde

Tiene su propia identidad vinculada a la pesca | Los vecinos y los de otros barrios son mayoría

Playa de Melenara

Playa de Melenara Juan Castro

Para ver este vídeo suscríbete a La Provincia - Diario de Las Palmas o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Playa de Melenara Marcos Álvarez Morice

La playa de Melenara sigue siendo, para muchos, la «mejor playa», además de la más familiar de Telde, y es la elegida por los vecinos de muchos barrios del municipio y de otros.

«No hace falta ir al sur o al norte porque para mí esta playa de Melenara es un paraíso porque está muy bien tal y como está, con todos los servicios y necesidades al alcance de todos», aseguró ayer José Luis Ramos Peña, vecino de Melenara, que baja «casi a diario a darme un baño y a jugar al dominó» en el rincón de los marinos, un espacio con sombra que está en el paseo de Melenara, junto a la playa y el parque infantil.

«Venimos a bañarnos, a jugar al dominó y a encontrarnos para hablar muchos pescadores de los que estuvimos viviendo aquí, en la playa, o relacionados con este mundo de la pesca, y ahora vivimos en los edificios que están detrás. Cada vez somos menos. Es una playa con mucha historia, tradiciones e identidad. Si se ve hoy [ayer para el lector] el agua algo marrón no es porque esté sucia, si no porque hay mar de fondo y arrastra. Muchas veces tiene un color más claro», agrega.

«No hay cambios por esto de la pandemia y lo que haya influido en las vacaciones. Todo es igual en esta playa, quizás con algo más de gente por no salir de la Isla de vacaciones. Se llena durante el fin de semana», manifiesta José Luis Ramos, quien, respecto a qué usuarios tiene esta zona costera teldense, apunta que «la mayoría de los que vienen son de otros barrios y de aquí, Melenara. No se ven extranjeros, y quizás algún peninsular suelto. Los usuarios son familias, en mayor medida; jóvenes, y niños».

Los vecinos discrepan con que en el muelle haya un cartel de letras con el nombre de Telde en vez de Melenara

decoration

Aunque adora la citada playa, hay algo que existe en la actualidad y que no agrada a José Luis Ramos, como le pasa a otros pescadores, vecinos y bañistas: «Que veamos en el muelle, más cerca de la barandilla, un cartel, formado con letras rojas, que pone Telde. Bien, estamos en el municipio de Telde, pero debería de ser un cartel con las letras de Melenara, porque estamos aquí. Encima, está escrito al revés, para leer de derecha a izquierda. Está claro que se ha preparado para hacer fotos desde el paseo marítimo que viene desde Taliarte, pero no está bien», lamenta el vecino.

Las mejores condiciones

Los usuarios, que entraban y salían de forma constante, estaban ayer en Melenara disfrutando de una playa con bandera verde para el baño y con otra bandera azul europea, además de una agradable brisa y de una temperatura de 29 grados centígrados a la una de la tarde, aunque con una sensación térmica de 32 ó 33 grados, como señaló el personal de Proactiva Servicios Acuáticos, que se encarga del servicio de vigilancia, salvamento, socorrismo y primeros auxilios en toda la costa.

«La playa de Melenata está muy bien. Me di ya dos baños, pero hay tanta gente en el agua como en la arena», comenta a las cuatro de la tarde una vecina de Ojos de Garza, acompañada por su madre, residente en el Valle de Jinámar.

Melenara no sólo atrae a los vecinos y vecinas teldenses. Juan Ramón Rodríguez, jubilado desde hace unos seis meses y vecino de Las Palmas de Gran Canaria, acude a diario, entre semana, a esta playa. «Dejo a mi mujer en La Garita, en su trabajo. Aparco, y desde allí cojo el paseo, que es maravilloso y tiene estupendas vistas, y voy caminando hasta Melenara o Salinetas. Luego, me doy un baño, como algo, y vuelvo para recoger a mi mujer», explica.

Jóvenes

También los jóvenes eligen esta playa, como Jhon Michel Negrín, de 16 años y vecino del casco de Telde, quien ayer, sobre la una de la tarde, se acercaba a la zona del muelle. «Vengo a pescar, al muelle. No estaré solo porque allí me encontraré con otros amigos pescadores. Y no faltará al menos un baño. Vengo porque es la más cómoda para venir y la más cercana», cuenta Negrín.

Letizia García y Andrea Cámara, ambas de 21 años y vecinas de San Gregorio, en Telde, fueron ayer a pasar parte del día en la playa de Melenara. La primera opina que «no estaría mal que hubiese un segundo socorrista haciendo vigilancia por la gran cantidad de niños que hay en esta playa que es tan grande y con muchas familias. Me encanta el merendero que hay en el pinar». Mientras, la segunda afirma que «el ambiente en esta playa es muy agradable y familiar. Está muy bien el balneario con el que cuenta y que es gratuito. Quizás le vendría bien una gran pérgola para que hubiese un poco más de sombra. Aunque igual no sería posible por el viento».

Junto a Letizia y Andrea, también fue ayer a la playa con ellas Mireya Medina, de 14 años, que reside en Valsequillo. «Vengo con ellas muy a gusto a esta playa, claro que sí. Hace demasiado calor en Valsequillo», comenta la menor. A las tres les gustaría que en Melenara hubiese «más atracciones, como patinetes en el agua o hinchables».

79

Playa de Melenara Juan Castro

Bingo

Aparte de ser la playa escogida por familias y jóvenes de muchos rincones de Telde, y de otros municipios, es también donde se reúnen desde hace más de 50 años sólo mujeres adultas para jugar al bingo, a la altura de los restaurantes más próximos al muelle y a donde estaba el edificio conocido como La Tortuga, ya derribado porque estaba construido sobre la misma arena.

Mercedes Montesdeoca Santana, de 68 años, una de las fijas en estos encuentros, declara que «esto es una tradición familiar desde que vivíamos en la playa, hace más de sesenta años. Somos vecinas, amigas y familiares. Y siempre ha sido sólo para mujeres, siendo todas las organizadoras. Sería bueno que limpiasen más la arena más próxima a los muros, y no tanto las orillas y el centro».

Dolores Rodríguez Díaz, conocida como Lola, de 54 años, que en la actualidad es vecina de San José de Las Longueras, recuerda que «siendo yo ya una niña en brazos de mi madre, Josefa Díaz Cordero, estábamos a diario en la playa, y ella era una de las organizadoras de las partidas de bingo, y antes lo había sido mi abuela, Isabel Cordero Santana, conocida como Isabelita. Muchas de las que estábamos allí, reunidas, vivíamos en la playa, y éramos familias de pescadores».

Lola Rodríguez afirma que aunque «ahora hayamos cambiado de barrio y vivimos en otros sitios, nos acercamos a Melenara porque es la playa más cercana y la más limpia. Además, los jueves comemos aquí. Los trabajadores del restaurante La Rubia nos traen la comida hasta la misma arena». «Ah, estamos viniendo desde enero, tras el tiempo sin poder por el confinamiento y la pandemia por el Covid-19, y cumplimos con la distancia y las mascarillas, y estamos todas vacunadas», comenta otra de las participantes.

Hoy en día se reúne una veintena de vecinas, amigas y familiares para jugar al bingo los martes y jueves, desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde, aunque a veces más tarde.

Todas estas usuarias de la playa se conocen desde hace muchos años, y son vecinas de Melenara, pero otras muchas proceden de otros sitios, como Valsequillo, Valle de Jinámar, Carrizal, San José de Las Longueras, La Herradura y de La Fonda, entre otros.

Los usuarios aplauden que haya en la playa tantos restaurantes, balneario, socorristas y otros muchos servicios

decoration

Otro de los aspectos que destacan muchos usuarios y bañistas de Melenara es que cuenta a pie de playa, además del balneario y del servicio de los socorristas, con restaurantes «de distintos tipos de comida y de bolsillo, y también un minimarket entre los restaurantes Picoteo Casa Chano y Venecia», como indicaron varios teldenses, que resaltan que «además, de forma cómoda y a la salida de la playa, en la calle Luis Morote, están las paradas de taxi y de guaguas, y una farmacia más arriba».

Asimismo, cerca de la playa todavía existen en activo dos tiendas conocidas popularmente como las de aceite y vinagre que tienen mucha historia, y que siempre han sacado de apuros a los bañistas que se les olvida algo para pasar el día en la arena, como a los propios vecinos. Son las dos únicas aún abiertas de Melenara, localidad que en 2020 tenía una población de 3.066 habitantes.

Víveres Flores es centenaria porque antes estaba en la misma playa y desde hace décadas se encuentra en la calle Miramar, junto al edificio de los pescadores.

Muy cerca se encuentra la Dulcería Eli, que se haya en la calle Luis Morote, esquina con la vía Luis Antúnez, y tiene tres décadas de existencia. En la actualidad la regenta Miguel Socorro, desde hace unos dos años tras relevar a una hermana.

En relación a cómo está la situación en la actualidad, Miguel Socorro afirma que «se vende algo menos que antes porque sabemos que muchos tienen menos dinero. Será cierto que la economía se remonta, pero muchos siguen en Expediente de Regulación Temporal de Empleo (Erte) o en paro. No nos engañemos».

«Nosotros seguimos con la clientela fija de Melenara y con esos clientes puntuales, que son de otros barrios que van a la playa y se paran para comprar algo que se les olvidó, como suele pasar también a aquellos que visitan a familiares», añade Socorro.

Compartir el artículo

stats