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Telde

El chiringuito de Pancho

Los usuarios de la cala de Aguadulce valoran la poca afluencia, el entorno natural protegido de las dunas y la seguridad ahora reforzada por el servicio de socorrismo

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Playa de Aguadulce, en Tufia Juan Castro

Nadar entre aguas cristalinas, refugiarse bajo paredes de dunas fosilizadas o margullar para ver las decenas de especies marinas. A pesar del pequeño tamaño de la cala de Aguadulce, sus usuarios siempre encuentran actividades que hacer. Incluso montarse un chiringuito con neveras y sombrillas, como hacen todos los días Rubén y Adela en compañía de Pancho, un enorme lagarto que vive entre las rocas. 

A las 12 del mediodía del viernes, Aguadulce está tranquila. Pancho, un lagarto de 40 centímetros de largo (por lo menos), descansa aún en los huecos formados bajo las grandes paredes de dunas fosilizadas que hacen la cala, en su conjunto con Tufia, un espacio natural protegido. Pero no queda mucho para la hora de almorzar, un momento clave para el reptil. «Desde que sacamos el bocadillo sale corriendo hacia nosotros», expresa entre risas Rubén Falcón, sentado en lo que denomina «el chiringuito».

Adela Suárez, a quien considera su segunda madre, lo acompaña tumbada en la toalla de playa, esperando con temor y, al mismo tiempo, mucho humor, la llegada del confiado animal. Ambos visitan prácticamente todos los días esta pequeña playa de la costa del municipio de Telde desde hace muchos años y siempre se sientan en la misma zona; alejados de la orilla, tras una hilera de piedras montadas una sobre otras que les sirve de cortavientos, en donde plantan su sombrilla y su neverita. En lo alto de una roca, una radio con pen-drive enchufado reproduce canciones de José Vélez.

«Nosotros preferimos ir a las playas donde no vamos a encontrar turistas», afirma una familia alemana

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«Este es nuestro espacio; venimos todas las mañanas, nos asentamos e incluso aseamos de la basura que dejan tirada los chiquillos que vienen a beber por la noche», añade Falcón indignado por esa situación. Aunque salvo ese inconveniente, que es más bien puntual, Aguadulce es perfecta. «Para nosotros no existe mejor playa que esta; alguna que otra vez bajamos al Sur si vemos que aquí está muy malo, pero si no estamos siempre aquí», añaden. Las características del entorno la convierten en un lugar único.

Diferente al resto

Acotada por dos altas paredes rocosas, las corrientes de aire se dirigen normalmente hacia el interior y el oleaje alcanza la arena fina sin bravura. De este modo es muy buena para nadar, remojarse e incluso juguetear un rato con las gafas y el tubo de buceo; también sus riscos permiten a los más pequeños entretenerse mientras cogen los pececillos más pequeños. Siempre queda algo que hacer, además de que los usuarios valoran ahora el nuevo servicio de socorrismo que ha implantado desde ayer el Ayuntamiento de Telde.

«Es diferente, muy vistosa; de hecho vienen muchos turistas extranjeros a sacarle fotos porque desde el acantilado hay unas vistas preciosas», defiende Falcón.

Es el caso de la familia alemana Welstenduch. «Nunca habíamos venido a esta cala, aunque hace más de 30 años que visitamos la Isla prácticamente todos los veranos», sostienen emocionados, resaltando que supieron de su existencia a través de internet. «Buscamos sitios escondidos, alejados de los turistas y nos encontramos este lugar al que seguro que volveremos el próximo año», añade el matrimonio, que observa a sus dos niños pequeños jugar en la orilla. En el caso de la familia Bert, de origen francés, la cala ya es un clásico en sus escapadas a Gran Canaria. «Esto no es como Playa del Inglés», ríen. La tranquilidad que proporciona el entorno y la poca afluencia de gente -especialmente los días entre semana- son claves para ellos a la hora de elegir destino playero.

Por otro lado, aunque el esplendor de esta zona es unánime, muchos bañistas asiduos destacan que hay algunos aspectos a mejorar. Demelsa Fidalgo, que suele acercarse hasta Aguadulce desde la capital, resalta que el acceso es un tanto complicado. «Yo me caí una vez», resalta su hijo Daniel con inocencia. Carmelo Pérez, vecino de Ojos de Garza, apunta que la mejor solución sería que la institución local indicase un camino para que los visitantes supiesen por donde entrar. «La gente baja como puede hasta la cala, pero esto es un entorno natural y al final el transito de personas afecta; sería bueno que adecentaran un sendero y limitasen el movimiento por ahí», añade.

Los bañistas asiduos esperan que se arreglen los accesos a la cala y se adecente el aparcamiento principal

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Aunque Pancho es uno de los animales más queridos del lugar, por lo menos para Rubén Falcón y Adela Suárez (que son quienes más contacto tiene con él), no todos los seres que se acercan hasta la cala suscitan la misma simpatía. Muchos usuarios aprovechan las condiciones de la playa para traer a sus mascotas, lo que a veces genera conflicto con los vecinos. Incluso hace unos días la llegada de tres caballos provocó un conflicto entre los bañistas. «El problema es que los perros y otros animales como los caballos del otro día realizan sus necesidades y algunos dueños no las recogen, es una falta de respeto», añaden algunos.

Ricardo León es de los que aprovechan para traer a su perrita, Bella, que desde que llega le aruña impaciente los muslos para pedirle que se acerque al agua. «Si te arriesgas a traer a tu animal tienes que tenerlo educado, hay que ser cívico», acuerda.

Pancho, por el contrario y a pesar de ser un lagarto, se sabe camuflar bien entre las personas. Tirándose al sol como es habitual entre los de su especie y resollando solo a la hora de comer. Disfrutando el verano quizá como nadie.

Megafonía, servicio médico y pasarelas

La mejora de la costa teldense es cada vez más notable. La ampliación del servicio de vigilancia y salvamento a las calas del municipio con menos afluencia supone un hito histórico para la seguridad de los bañistas. Ayer por primera vez pudieron verse socorristas en las playas de Ojos de Garza, Tufia y Aguadulce. Su presencia no sólo garantizará que las personas que acuden a estos espacios puedan estar amparadas, sino también asegurará un mayor control en cuanto a la basura, la presencia de animales y además la bandera, que hasta ahora siempre ha sido de color roja, puede por fin cambiarse al verde. Asimismo, el concejal del área de Playas, Jonay López, recuerda que el recién firmado contrato con Proactiva también incluye las mejoras de las infraestructuras de todas las zonas de costa del municipio; incluyendo megafonía, servicio médico que hará rondas por las diferentes playas para comprobar el estado de los ciudadanos y la instalación de pasarelas para mejorar los accesos a los visitantes. «Es un gran día para la localidad, pues gracias a este servicio Telde se incluye entre los municipios con mayor seguridad en sus playas», afirma el edil. | J.P.

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