La transformación positiva que han tenido los barrios de Las Remudas y La Pardilla en los últimos 20 años es indiscutible. El equipo técnico del proceso comunitario que aboga por esta mejora constante puede echar la vista atrás con orgullo, aunque admiten que todavía queda trabajo por hacer. Por este motivo han comenzado a recopilar en las últimas semanas nuevos datos del estado de esta zona para efectuar un nuevo diagnóstico que desvele cómo ha evolucionado en la última década y cuales son las asignaturas pendientes que aún queda aprobar.

El primer paso que se ha tomado para llegar a esta evaluación es repartir encuestas para los residentes, de modo que puedan mostrar su opinión sobre la zona en la que viven y proponer ideas prácticas que llevar a cabo para avanzar en el desarrollo de la zona. Estos cuestionarios han sido repartidos entre los negocios y recursos públicos (como el centro de salud o los colegios) junto con buzones de cartón donde después de rellenarlos deben ser depositados. De esta manera se consigue difundirlos al mayor número de personas que sea posible.

Qué es lo que más les gusta del barrio y qué lo que menos son algunas de las preguntas que se incluyen. De momento, en la primera semana han conseguido recopilar una treintena de estos formularios. El equipo técnico, coordinado por la asociación Adsis (que comenzó a trabajar en este proyecto en el año 2019), destaca que los ciudadanos consideran que estos barrios se encuentran muy bien ubicados y que cuentan con numerosos servicios a su alcance. Por otra parte, entre las críticas destaca la falta de limpieza y el deterioro de los edificios.

El proceso de recopilación de información continuará durante dos meses, en el que además de las encuestas también se efectuarán entrevistas a personajes clave de los barrios; vecinos que históricamente se han visto asociados a movimientos vecinales, políticos y a los propios técnicos del proceso para conocer la visión de cada uno con respecto al barrio. Esperan que para principios del próximo año ya cuenten con lo necesario para redactar un diagnóstico certero de la situación de estos barrios. Finalmente todas las conclusiones a las que se llegue serán puestas en común con la propia ciudadanía para llevar a cabo entre todos un futuro plan de mejora con acciones específicas de cara a mejorar el barrio en los próximos años.

Último análisis

Cabe recordar que un procedimiento parecido ya se llevó a cabo a finales de 2017, y entre algunas de las conclusiones resaltaba que la mayoría de residentes había respondido de forma favorable a las acciones llevadas a cabo por las diferentes entidades implicadas en el proceso desde sus inicios; que se había conseguido reducir de manera considerable la conflictividad y que el entorno urbano y los espacios comunes se habían visto embellecidos. En el lado contrario, algunos aspectos a tener en cuenta son que la ciudadanía es excesivamente dependiente de los técnicos; la participación de los hombres es muy baja y los barrios cada vez están más envejecidos por la marcha sistemática de los jóvenes.

El equipo técnico recuerda que ahora existe una nueva situación, no solo por el paso del tiempo sino especialmente por la llegada de la pandemia, que han alterado en un alto porcentaje los comportamientos ciudadanos de estas localidades.