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Fiestas

San Gregorio revive su infancia

Los niños del barrio de Telde disfrutan el día grande de las fiestas con juegos tradicionales y clases de garrote

Telde recupera las fiestas con San Gregorio

Telde recupera las fiestas con San Gregorio C. G.

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Telde recupera las fiestas con San Gregorio Judith Pulido

Decenas de niños se aglutinaron este miércoles en la plaza de San Gregorio para disfrutar del día grande de las fiestas jugando a la rayuela, tirando boliches o realizando reñidas carreras de chapas. 

De vuelta al pasado en la plaza de San Gregorio. El suelo de piedra ha sido pintarrajeado con líneas curvas y números, lo necesario para poder participar en juegos como la rayuela o la carrera de chapas. No hay pantallas de por medio, solo música de fondo tocada por la banda municipal y la imagen del santo a las puertas de la iglesia. Una estampa que podría concordar perfectamente con las fiestas del pasado siglo, en las que los niños solían ser los protagonistas. 

La ausencia de actividades como la feria de ganado o la elaboración en directo del famoso potaje de berros de Tonino no impidió que los vecinos del barrio pasasen este miércoles una mañana agradable en el casco. Las tradiciones volvieron de diferente forma a la plaza. La administración dispuso una mesa alargada frente al templo eclesiástico con numerosas piezas de juegos para su entretenimiento. El conjunto de chiquillos acabó desperdigado por toda la plaza para descubrir el funcionamiento de los cachivaches. 

«Me ha gustado esta actividad porque no solo nos permiten desenganchar a los pequeños durante unas horas de las pantallas, sino que además nos permite a nosotros rememorar nuestra infancia», considera Elena Lodos, una de las madres que llevó miércoles a sus pequeños a disfrutar de la plaza. «Al final estos son los juegos con los que nosotras nos entreteníamos de pequeñas», afirma por su parte Cristina Jiménez, mientras observa como sus hijos de siete y diez años alternan entre los boliches y la carrera de chapas. 

El nieto de Carmen Aguiar, sin embargo, es más partidario de jugar con el trompo. «Yo a este ya he jugado en el colegio, se me da bastante bien», afirma con emoción mientras intenta hacer girar el pequeño trozo de madera, que al par de vueltas cae sin remedio al suelo. «Me hace falta practicar», añade entre risas. «Es bonito recordar las fiestas como eran entonces porque la verdad es que han cambiado mucho», afirma la abuela, que rememora la tardes de tómbola y los cochitos. «Es una pena pero para todo nos vamos adaptando y ellos también», explica. 

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Día de San Gregorio en Telde Andrés Cruz

Deportes autóctonos

Dácil Díaz observa atentamente a su pequeño, que tras observar la exhibición del garrote que preparó la escuela de Paquito Santana en la misma plaza, tuvo la valentía de enfrentarse a uno de sus maestros. Es más grande, más alto y más fuerte que él, pero no tiene miedo y agarra el palo de madera con firmeza, sin rendirse. «Ha venido corriendo para decirme que quiere apuntarse a clases para aprender», expresa la madre incrédula. «Me apetece hasta a mí», señala a pocos metros otra de las progenitoras. 

Ana Santana, una de las componentes del grupo que fomenta este deporte canario, asegura que el interés que sienten los niños por esta práctica es mucho más común de lo que parece. De hecho, admite que la cantera es bastante amplia. «Solo empiezan a desapuntarse cuando crecen y los estudios empiezan a ser más complicados», asevera. Y a juzgar por la cantidad de niños que se ofrecieron voluntarios a participar en esta actividad durante la mañana, parece que es cierto. «Lo que buscamos es transmitir la cultura canaria», añade convencida. 

La misma misión tienen los artesanos, que abrieron el pasado martes su feria en un lateral de la plaza organizados por el colectivo cultural Jaguarzo, en colaboración con la administración pública. «Nosotros vemos muy apropiado las actividades organizadas para el día grande de San Gregorio, por que rememoran la cultura canaria y es muy apropiado para una fiesta patronal», expresaron desde el grupo artístico. 

«Creemos además que casa perfectamente organizar la feria de artesanía a pocos metros porque al final todo consiste en visibilizar y fomentar nuestra cultura», añaden, especificando que para organizar el evento optaron por invitar sobre todo a artesanos del municipio. En total fueron instalados una docena de puestos entre los que se podía encontrar bisutería, ropa, juguetes para niño y jabones, entre otras muchas cosas de elaboración propia. 

Música folclórica

La mañana concluyó finalmente con el concierto del grupo folclórico Los Faycanes, que actuaron en un escenario montable frente a un centenar de personas. Los vecinos alabaron la variedad de actos en todo el programa de fiestas, que aglutinaba deporte, cultura y música. Sin embargo, criticaron la escasa promoción que se había efectuado. «Vivo a dos calles de la plaza y hasta hoy no he sabido que se iba a hacer», expresó Cristina Jiménez. Aún así el regreso de las actividades presenciales fue un motivo de alegría para todos, especialmente el de la procesión de San Gregorio, que tras un año de confinamiento pudo volver a patrullar por las calles habituales del barrio seguido de todos sus fieles, sin restricciones de aforo y con lanzamiento de trigo (como método para pedir por la bendición de los campos) incluido. 

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