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Telde.

Un particular denuncia que el edificio de El Casino no cumple la normativa

Advierte que el sistema eléctrico está obsoleto y que carece de sistema contra

incendios | Industria notifica al Ayuntamiento para que abra una investigación

Fachada del edificio de El Casino, junto a la plaza de San Juan. | | JUAN CASTRO

Las dependencias de la sociedad de ocio y recreo El Casino, ubicadas en las inmediaciones de la plaza de San Juan, podrían no estar adaptadas a la normativa vigente. Así lo ha denunciado un particular, que registró los motivos de su acusación con fotografías adjuntadas en la Consejería de Industria del Gobierno de Canarias el pasado mes de enero.

En el texto especifica que el edificio cuenta con un sistema eléctrico obsoleto, que carece de sistema contra incendios y que los accesos tampoco se ajustan al reglamento. La administración regional puso en conocimiento de esta denuncia al Ayuntamiento, entidad que tiene ahora la responsabilidad de poner en marcha una investigación para esclarecer si las acusaciones que se han llevado a cabo son ciertas y, en ese caso, requerir que sean solventadas lo antes posible.

El denunciante detalla en el documento remitido a la administración regional que desde noviembre del año 2020 «se venían produciendo saltos de palanca por el elevado consumo de potencia» y concreta que esta afirmación puede verificarse mirando el contador de El Casino, que es mucho más elevado de lo normal.

Asimismo, resalta que el cuadro de palancas (ubicado en el piso superior) fue también manipulado hace semanas. «Se puso una palanca nueva, se sacó un cable y se conectó directamente con la cocina del restaurante; pasa por el falso techo para suministrar las freidoras de 3.000 vatios de potencia», añade en el escrito.

Entre otras acusaciones que efectúa sostiene que este negocio no cuenta con la licencia municipal oportuna, ya que «esta sociedad se creó como una sede para los socios y ellos lo que tenían era una cantina, pero hoy en día es un restaurante».

Para concluir informa que en el cuarto inferior hay numerosas bombonas y la instalación eléctrica se encuentra también en malas condiciones, lo que supone un gran riesgo de incendio. De hecho, detalla también que muchos de los suelos y estructuras del edificio son de madera, que se encuentran en mal estado de conservación y que, por tanto, cualquier chispa podría conllevar un gran incendio.

De todas estas deficiencias, la Dirección General de Industria se encargó solo de solicitar una copia de mantenimiento de los extintores, que decían estaban caducados. Esta era la única obligación de la administración regional, que finalmente fue solventada. El resto correspondería directamente al Consistorio teldense.

Cabe destacar que el Cabildo también solicitó hace pocas semanas una solicitud de colaboración interadministrativa para fiscalizar una subvención que la institución insular les concedió el año pasado para llevar a cabo la rehabilitación de los baños. En este sentido, el concejal de Urbanismo, Héctor Suárez, admite que ya han puesto en marcha los trámites necesarios para comprobar que se ha llevado a cabo la acción, aunque adelanta que le consta que así ha sido.

Aclara para que quede constancia que la entidad sí cuenta con licencia para llevar a cabo la actividad de restauración. En cuanto a las denuncias sobre el estado de las infraestructuras asegura no tener conocimiento al respecto, aunque el registro de Industria indica que toda esta información les fue trasladada el 25 de enero.

El presidente de la sociedad, Fernando Santana, asevera por su parte que todo lo denunciado está sacado de contexto. «Tenemos todo en regla, así que nada de lo que se nos acusa es cierto», expresa el directivo, si bien admite que «el edificio es muy antiguo, así que es cierto que presenta algunas deficiencias, pero nada que pueda suponer un peligro para las personas que acuden diariamente a nuestras instalaciones».

Santana asegura que desde que él y su equipo tomaron la dirección de la sociedad, han estado recibiendo numerosas denuncias por diferentes aspectos como el ruido o la gestión del restaurante. «Sinceramente pienso que se trata de envidia; hay gente que no soporta saber que hemos podido sacar a flote a la entidad», expresa indignado, mientras agrega orgulloso que en este tiempo han podido solventar una gran parte de la deuda económica que arrastraba la sociedad y, por este motivo, son capaces de efectuar más actividades que antes.

Por otro lado, añade que poco a poco se están efectuando las actuaciones precisas para modernizar las instalaciones, pero «es un trabajo que elaboramos poco a poco, porque no podemos llegar a cambio una transformación integral de golpe».

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