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Una exposición en Telde trata la silenciosa muerte del paisaje canario

La artista y agricultora Davinia Jiménez presenta en Telde la exposición 'Réquiem', que busca homenajear con materiales naturales la estrecha relación entre la tierra y el ser humano

La artista Davinia Jiménez junto a una de las obras de la exposición 'Réquiem' en la Casa-Museo León y Castillo Jose Carlos Guerra

Réquiem "surgió de esa idea de que el paisaje, junto con la vegetación y lo más representativo de ella, iba muriendo poco a poco. A los ojos de todos pero siendo todos cómplices de esas muertes silenciosas". La artista y agricultora Davinia Jiménez presenta en la Casa-Museo León y Castillo de Telde la exposición 'Réquiem', que busca hacer un homenaje a sus raíces y al origen de la propia isla. La muestra, que se caracteriza por el uso de materiales naturales como la arcilla, se podrá visitar hasta el 19 de junio. 

A través de materiales y formas que evocan a la tierra y al cuerpo humano, la artista busca traer a debate la importancia de cuidar el medio natural y de valorar una profesión que, en el caso de su familia, se remonta a muchos años atrás. "Antes que yo estuvo mi madre, antes que mi madre estuvo mi abuela y antes que ella estuvo mi bisabuela. La mujer en el pasado no tenía un papel protagonista en la tierra y ellas fueron mujeres que hicieron una labor silenciosa pero eran personas que mantenían familias", destacó. 

Pese a la larga tradición de su familia en la agricultura, Davinia Jiménez reconoce que, durante su formación académica, estuvo desconectada durante varios años de la tierra. "Yo tenía antes cierta connotación negativa de la tierra. Para mí era sinónimo de sacrificio, de mala vida e incluso de mal pago porque con la tierra no te vas a hacer rico. Es un trabajo duro en el que estás expuesto y no tienes nada garantizado. Te puede venir un mal tiempo que acaba con la cosecha y se acabó tu beneficio. Volví por una necesidad mía pero de ahí también surgió el aprender a amar la tierra, a observar y a entenderla, o al menos estoy en ello", explicó. 

Davinia Jiménez junto a una de las obras de la exposición que hace referencia al sistema de riego de las gavías. Jose Carlos Guerra

La inspiración para crear la exposición llegó con el libro 'Una trenza de hierba sagrada', de Braiding Sweetgrass, en el que se aúnan tres conocimientos: el científico, el botánico y el tradicional. A raíz de ello Jiménez empezó a crear junto a su madre una trenza de este tipo que en un inicio se iba a exponer en la sala. "¿Sujetarías el extremo del manojo? La hierba sagrada conecta nuestras manos. ¿Podemos colaborar para hacer una trenza en honor a la tierra? Después seré yo la que sujete y tú trenzarás", se puede leer en un fragmento del texto que inspiró las obras.

Eduardo Franquis, un amigo de la artista que también se dedica al mundo de la agricultura, fue quien dio origen al título de la muestra de la casa museo. También puso en contacto a la artista con su prima, la poeta autodidacta Lidia González, quien creó el texto que se incluye en una de las obras expuestas. La artista aseguró que a los tres les une "la relación con la tierra, una inquietud acerca de lo medioambiental y esa sensibilidad entre el arte, la poesía, la escritura y la literatura".

"Siempre surgen crisis pero la medioambiental está ahí de forma constante y parece que no somos conscientes de lo rápido que va", expresó la artista

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"Esta exposición es un conjunto, que se relaciona entre sí. Empieza desde una reflexión a otra y va uniendo y va presentando lo que sería el cadáver", explicó Jiménez. En la sala también se incluyen dos obras pertenecientes a 'Cuaderno de Campo', una exposición previa de la artista en la que ya empezó a dar los primeros pasos para representar la relación entre la tierra y las personas. Todas las piezas que se muestran están elaboradas con materiales naturales como la arcilla, el papel o la escayola y "son todos materiales con mucha identidad que hablan de la tierra y le dan otras connotaciones".

En la pieza que creó en base a las palabras de Lidia González buscó reflejar el resquebrajamiento de la tierra. Para conservar la arcilla en buen estado se necesita humedad y protección pero, para conseguir el efecto deseado, hizo justo lo contrario, lo dejó expuesto al sol. "Me gustaba reflejar toda esa erosión, esa sequedad, esa falta de plasticidad, de forma que representara lo que para mí podría ser la piel de la tierra, una piel árida, seca, resquebrajada y herida de alguna manera porque las grietas conducen a heridas", analizó la artista. Aunque en un principio iba a ser una obra expuesta en la pared, acabó decidiéndose a plasmarla también en el suelo, como una forma de homenajear el sistema de riego de las gavías.

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Exposición 'Réquiem' en Telde José Carlos Guerra

El arte es la forma que tiene Davinia Jiménez de aportar "un granito de arena" para concienciar sobre la problemática medioambiental. La agricultora remarcó que "siempre surgen crisis pero la medioambiental está ahí de forma constante y parece que no somos conscientes de lo rápido que va. Toda esta crisis que estamos viviendo y que vamos a sufrir en un periodo de medio a corto plazo parece que no se puede postergar más. Hay un montón de planteamientos medioambientales que, dadas las circunstancias, tenemos que actualizar y ponernos a actuar en ello".

"Me gustaría que la gente también reflexionara sobre cuál es el futuro de las islas en este momento", expresó Jiménez. "Tenemos una dependencia alimentaria fuerte del exterior y cada vez somos menos los que nos dedicamos a la tierra. Creo que este cuestionamiento que yo me estoy haciendo aquí es un proyecto a largo plazo en el que todos tenemos que trabajar y dejar de ver la agricultura y el paisaje de esta tierra como algo baladí y empezar a verlo como algo que tenemos que tener presente y que yo siento que es el futuro de las islas".

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