El alumnado de secundaria del instituto José Frugoni Pérez experimenta hasta final de curso con un sistema de acuaponía elaborado en el ciclo de acuicultura del instituto de Antonio Cabrera
Todo lo que pueda denominarse como innovador llama directamente la atención del centro de secundaria José Frugoni Pérez, conocido popularmente como instituto de La Rocha. En esta ocasión ha sido el reto propuesto por el profesor Ricardo Cuscó, coordinador del ciclo superior de Acuicultura que se efectúa en el instituto Antonio Cabrera (en el barrio de Las Remudas).
Se trata de la instalación y mantenimiento de un sistema de acuaponía. Es decir, una infraestructura de riego que integra el cultivo de plantas y peces. El alumnado de cuarto de secundaria y de la unidad de PMAR de tercero de secundaria deberá llevar el control de esta red hasta final de curso y realizar varios experimentos para comparar la productividad de este novedoso sistema con respecto a las técnicas tradicionales de cultivo que ya se efectúan en el huerto del centro escolar.
En concreto, los estudiantes han plantado en ambos espacios varias lechugas y su misión será comprobar semanalmente cómo crece cada ejemplar para desvelar al finalizar el curso qué sistema es más eficaz. «Nosotros aprovechamos el proyecto para poner en uso una infraestructura que hemos creado, mientras los alumnos del centro lo aprovechan para poner en práctica conceptos que aprenden en clase», asevera Cuscó sobre el asunto. Por otro lado, Amaia Bilbao (departamento de Biología) explica que los estudiantes usarán las horas de la asignatura de biologías, así como espacios libres que tengan entre clases, para practicar con el sistema, que será desmontado en el mes de junio.
Desde el centro escolar manifiestan la emoción que les suscita participar en esta iniciativa, que cumple con todos los requisitos de sostenibilidad por los que abogan y con el que además consiguen llevar un paso más allá el aula viva (como han bautizado al espacio del huerto al servir como una aula más del aprendizaje de los alumnos).
Los estudiantes han plantado en el nuevo sistema y en el huerto tradicional para ver cuál es más eficaz
Lo ingenioso de este sistema reside en que el agua abonada por los peces es utilizada por las lechugas para crecer, que a su vez filtran el agua y queda disponible de nuevo para los peces. "Un sistema totalmente sostenible puesto que se aprovecha al máximo un recurso tan valioso como es el agua para cultivar peces y plantas en circuito cerrado", agregan.
El alumnado del ciclo de acuicultura llevó a cabo las construcción e instalación del sistema, que está compuesto por tres tanques de agua conectados entre sí. El más grande contiene los peces: ocho tilapias de 500 gramos cada una, aproximadamente. Esta especie es idónea para este tipo de cultivo puesto que es muy resistente a todo tipo de condiciones. De hecho, es la que más se utiliza no sólo por su sabor y las características nutricionales de su carne, sino además porque tiene aplicabilidad en otras áreas como en la medicina (injertos de piel para quemados), nutrición, entre otras cuestiones.
El segundo tanque contiene el biofiltro, un aparato imprescindible para que las bacterias que generan nutrientes necesarios para las plantas se desarrollen bien. Los alumnos tendrán una tarea importante en las próximas semanas con respecto a la vigilancia de este instrumento, pues deberán asegurar que los niveles de nitrito, amonio, ph y otros parámetros como la temperatura estén acordes para evitar el deterioro de los vegetales y de los propios peces.
Por último, pero no menos importante, el sistema se completa con una bomba de agua que mantiene en movimiento el agua para evitar su estancamiento y facilitar que no deba ser renovada por lo menos a largo plazo.
El proyecto ha sido posible debido a la colaboración de diferentes organismos e instituciones, más allá del propio instituto de secundaria que colabora mediante su departamento de Biología) y el ciclo superior. Además está incluido en el Eje de Educación Ambiental y Sostenibilidad, el Eje de Igualdad y EAS y el programa europeo PROA+, enfocado en la orientación, el avance y el enriquecimiento educativo.
