Ojeda cumple 90 años de moda

No todos los municipios de Gran Canaria cuentan con un negocio histórico, de esos que llevan 90 años de actividad ininterrumpida. Modas Ojeda, en San Gregorio, cumple nueve décadas vendiendo ropa en Telde, desde corsetería y uniformes de colegio hasta ropa típica canaria, sin olvidar las prendas más actuales que la nieta del fundador, Marta Ojeda, exhibe ahora en los percheros y en los escaparates de su modesto comercio textil.

Pero no siempre fueron un pequeño negocio de barrio y proximidad. En la década de los noventa, cuando tomaron el relevo cinco de los nueve hijos del fundador, José Ojeda León, la empresa llegó a tener 18 tiendas en la Península y otras 12 en Canarias, con puntos de venta en localidades tan importantes como Las Palmas de Gran Canaria, Vecindario, Gáldar o Telde, ciudad esta última en la que explotaron hasta cinco establecimientos de ropa. Contaban, además, con una fábrica de confección propia en Sevilla y con un almacén de distribución en el parque industrial de El Goro.

«Esto lo inició mi abuelo el 24 de noviembre de 1932, le siguieron cinco de sus nueve hijos, entre ellos mi padre, y ahora lo llevo yo», cuenta Marta Ojeda, la nieta de José Ojeda León, el hombre que apostó por el negocio de las telas y la confección cuando apenas existían tiendas de este tipo en Telde.

Ojeda León empezó con un pequeño local cerca de la Iglesia de San Gregorio, ahora convertida esa zona en una calle peatonal de intenso trajín comercial, y antes conocida como Plaza de Pi y Margall, según recoge el acta de Contribución Industrial, que fue expedida el 24 de noviembre de 1932 y acredita el inicio de la actividad comercial.

Venta a plazos

Poco o nada recuerda Marta de esos años iniciales porque apenas coincidió con su abuelo, aunque una anécdota aún pervive en la memoria colectiva de Telde: «Todavía viene gente a la tienda y me cuenta que mi abuelo era un hombre con un gran corazón, porque cuando los vecinos no tenían dinero les dejaba pagar los artículos a plazos», asegura la nieta de Ojeda León.

Esas ventas a plazos son el «fiado de toda la vida», un sistema que entonces se basaba en la «palabra dada y el buen corazón», tanto del fundador como de su mujer, Antonia González Lemes, que se hizo cargo del negocio el tiempo que su marido estuvo en la guerra y siguió con la tradición de fiar la mercancía, permitiendo así que los teldenses accedieran en la medida de sus posibilidades a esos bienes.

El espíritu comercial le viene a la familia Ojeda de la «abuela Adelaida», una mujer que iba en burro hasta Agüimes e Ingenio para intercambiar prendas por otros objetos. La anécdota es de Gonzalo Ojeda González, el padre Marta, quien, junto a cuatro de sus nueve hermanos, se hizo cargo del negocio familiar.

Esos viajes en burro, por las carreras de antes, eran toda una aventura existencial. La «abuela Adelaida» salía de madrugada, a eso de las 03.00 horas, y estaba de vuelta al caer la noche, siempre cargada hasta los topes. Eso les contaba Ojeda León a sus hijos para inculcarles el amor y la dedicación que precisan este tipo de negocios familiares.

Gonzalo, tras el bajón de la pandemia, ha dejado la primera línea y su hija, Marta, está dispuesta a recoger el testigo para relanzar el proyecto. Su idea es traer ropa española para mujeres que demanden ese tipo de prendas más actuales. Por el momento siguen abiertos en la calle Poeta Fernando González, un auténtico milagro comercial después de 90 años de actividad en el barrio de San Gregorio, con la vista puesta en el centenario y con la esperanza de que Telde mejore el sempiterno problema del aparcamiento en su centro urbano.

El primer paso para llegar al siglo de existencia lo ha dado ya Marta Ojeda al tomar el relevo de su progenitor, convirtiéndose en la tercera generación que está al frente del negocio familiar.

Otra de las decisiones que ha tomado la empresa para modernizarse es integrarse en la Zona Comercial Abierta de Telde, un colectivo que ha cumplido recientemente diez años de actividad, con la finalidad de cohesionar los negocios al aire libre y de colaborar con las administraciones para generar riqueza en el municipio, siempre con actividades que generen valor añadido a sus asociados y residentes, como las jornadas del gofio celebradas el mes pasado o las actividades por el día de los finaos y de las fiestas patronales.

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