La carrera infantil más solidaria ayuda al municipio de Telde

El colegio Poeta Fernando González lanzó ayer su iniciativa ‘Un kilo de felicidad’, en la que un centenar de estudiantes de primaria donaron alimentos no perecederos

Dos alumnos, que no pudieron ser fotografiados de cara por falta de permisos.

Dos alumnos, que no pudieron ser fotografiados de cara por falta de permisos. / LP/DLP

Benyara Machinea

Benyara Machinea

Un centenar de alumnos de primaria del colegio Poeta Fernando González se citaba ayer en el parque Las Mil Palmeras para correr por la iniciativa solidaria ‘Un kilo de felicidad’, lanzada por la directiva del centro para recoger comida y enseres dirigidos a los más necesitados del municipio de Telde. Cada uno de los participantes ha traído a lo largo de esta semana un mínimo de un kilo de alimentos que, sumados a las donaciones que hagan los padres y madres de los alumnos hasta el próximo martes, se destinarán al Cáritas Parroquial de la zona. 

Los estudiantes de entre nueve y doce años comenzaron a correr a partir de las 10 de la mañana escalonados en pequeños grupos por edades y realizaron un recorrido de 300 metros realizado en la misma área del parque. Una vez alcanzaron la meta se tomó el tiempo de cada uno de los participantes con el fin de elegir, al final de las carreras, a los tres corredores masculinos y femeninos más rápidos de este año. Los ganadores en cada categoría recibieron un diploma y unas medallas que se pudieron llevar a sus casas.

«Este tipo de iniciativas pueden ayudar a los alumnos a aprender valores como la colaboración, la solidaridad o a cómo controlar la competitividad», aseguró Mari Pino Vera, impulsora del proyecto y profesora de educación física en el colegio del barrio de San Juan. La docente también añadió que «el control de las emociones en días como hoy es fundamental a la hora de medir el esfuerzo de cada niño, porque uno da lo mejor de sí y llega hasta un punto, pero también tiene que ser capaz de aceptar y felicitar a los otros si ganan». 

Los más rápidos del recorrido fueron reconocidos como los ganadores de los distintos cursos

La carrera se celebra en esta ocasión por cuarta vez, después de un parón importante por la incidencia de la pandemia, que «ha generado la ilusión de volver», asegura su impulsora. «Todo el mundo estaba acelerado por llegar el primero, pero a mí me ha encantado la experiencia», comentó tras su participación uno de los estudiantes, al que los 300 metros se le quedaron cortos. Después del trayecto, los niños pudieron disfrutar de un desayuno saludable con frutas y zumos. 

«La idea surgió por la necesidad de estar todos en convivencia haciendo algo de deporte y que mejor que en un parque de nuestro municipio y aportar encima a los más desfavorecidos», aclaró Vega sobre el origen del proyecto. «Fue una cadena de cosas que se unieron y al final dijimos la carrera es lo mejor que podemos hacer», añadió la profesora de primaria.

Las donaciones que ha recibido el centro hasta el momento se han centrado en alimentos no perecederos, como arroz o macarrones, pero en esta ocasión la directiva también ha hecho énfasis en traer otro tipo de comidas y materiales menos comunes. Por lo tanto, también van a aportar a la organización benéfica champús, geles o pastas de dientes, entre los productos higiénicos, y otras comidas como salchichas, café o azúcar. La elección de la fecha durante el mes de diciembre va dirigida a dotar de materiales a las personas que lo necesitan en «una fecha dura tanto a nivel de juguetes como de alimentos», incidió la docente.

Fomentar la salud y el deporte

En la realización de la actividad también ha colaborado la concejalía de Actividad Física y Deportes, que ha aportado las banderolas que utilizaron los corredores como puntos de salida y de meta y ha traído a responsables del Ayuntamiento de Teldey de clubes colaboradores para ayudar a tomar los tiempos de llegada. «Cuando hablamos de deportes hablamos fundamentalmente de varias cosas, como de salud o cohesión social y los valores que lleva intrínseco como puede ser la solidaridad, que en esta ocasión entra en su expresión máxima porque los niños aprenden a compartir lo que tienen, sus cosas con las personas más desfavorecidas», remarcó el edil Diego Ojeda Ramos.

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