La subida de precios merma la venta de la sama y el medregal esta Navidad

Los comerciantes del mercado municipal de Telde admiten que los encargos de pescado y marisco para las cenas están tardando más de lo habitual en llegar

Benyara Machinea

Benyara Machinea

La precariedad económica que viven muchos ciudadanos esta Navidad está pasando factura en las ventas de las pescaderías locales de Gran Canaria, que admiten que los encargos de los productos del mar están tardando mucho más en llegar que otros años. "Es verdad que son productos frescos que los clientes esperan hasta el último momento para comprar, pero sí puedo decir que en estas fechas suelo tener la agenda llena de encargos y para estas fiestas aún no he recibido ninguno", reconoce Lidia después de atender a uno de sus compradores habituales en la pescadería Mercamar, ubicada en el mercado municipal de Telde

Víctor Rodríguez, que asesora a los clientes en el puesto vecino de la pescadería Melenara, también reconoce que "aún está un poco floja la cosa", pero guarda la esperanza de que remonten las ventas de cara a la recta final del fin de semana, que es cuando más personas se suelen concentrar sobre todo en los días 23 y 24 de diciembre. La supresión de las restricciones de aforo que marcaron las cenas de los tres últimos años no han supuesto todavía un incremento en el número de compradores que acuden a estos puntos de venta. Por el momento, es el marisco el que está teniendo más éxito frente a las piezas de pescado y repiten una vez más los mejillones, las almejas y los langostinos como los grandes triunfadores que no faltan en las mesas de los vecinos. 

"Primero es la comida y después ya vienen los regalos", asegura Fefi, una de las viandantes que aprovechaba la mañana de ayer para adelantar sus compras de pescado para la Navidad. No obstante, la teldense admite que, al ser pensionista, su salario no le ha permitido adquirir todo lo que le gustaría para preparar su mesa. "Mi hijo y yo preparamos unas pechugas a la plancha, un poquito de sopa de marisco, nos comemos un turrón de postre y nada más. Después vemos la tele un rato, nos vamos a dormir y así no gastamos tanto", explica la residente del municipio. 

Las grandes superficies

La pescadera de Mercamar apunta como una de las posibles causas del descenso de las ventas al impacto de las grandes superficies de alimentación, que en los últimos años se han posicionado como un lugar muy recurrido por los compradores para preparar sus cenas y que "están haciendo mucho daño al pequeño comerciante". "Para un autónomo se dice fácil, pero hay que vivirlo desde dentro", apunta la vendedora del establecimiento. 

"No hay competencia, nosotros trabajamos un género increíble y ya no solo eso, sino que nos distingue el trato hacia el cliente y el asesoramiento que le ofrecemos", continúa Lidia. "Yo considero que un cliente en un centro comercial es un número, a ellos les da igual si a usted le sale bien o no el producto. A mí me preocupa siempre que le salga bien porque eso significa que vuelve y nosotros vivimos del cliente", incide la vendedora. 

Los negocios locales hacen frente a la concentración de las compras en las grandes superficies

La subida de los precios en los últimos meses es otro de los motivos que achacan los vecinos para explicar el descenso de las ventas. Sin embargo, Yasmina, gerente de la pescadería Llovell, aclara que este aumento no ha sido tan alto en comparación con festividades previas y que, como mucho, el marisco ha subido uno o dos euros más. "Aún quedan un par de días para la cena y puede ser que todavía cambie un poquito la situación pero por ahora no ha sido una diferencia tan agravada, de hecho, en otras ocasiones ha subido más el precio de los productos", indica. 

Las variedades de pescado que están teniendo más éxito entre los clientes son las piezas grandes, que por lo general piden ya limpias y divididas para aprovechar todas las partes. De esta forma, las cabezas y las espinas se emplean para elaborar las sopas de pescado, un clásico para muchas familias de las Islas, mientras que los lomos se suelen demandar cortados como pechugas o tacos. Con este fin se suelen destinar las variedades típicas de Canarias como el bocinegro, el medregal o la sama, además de la merluza, pero las piezas más pequeñas no encuentran tanta clientela durante las celebraciones. 

Braulio, vecino de Telde, aprovechó esta mañana para comprar sus productos para la cena navideña.

Braulio, vecino de Telde, aprovechó esta mañana para comprar sus productos para la cena navideña. / Juan Castro

La pescadería Llovell señala que sus compradores llegan por lo general con una idea fija de lo que buscan, pues en su mayoría "son clientes habituales que ya conocen los productos que se encuentran a la venta". Su gerente también recomienda fijarse siempre en el buen estado de las piezas, que queda patente sobre todo en el color, el ojo del pescado o las aletas, aunque su frescura suele ser evidente muchas veces por el propio olor. En la venta de marisco, uno de los aspectos más importantes antes de comprar mejillones o almejas consiste en observar que no se encuentren abiertas porque esto significa que están muertas. 

"Primero hay que pensar en la comida y después ya vienen los regalos", expresa una de las clientas

Una de las pautas que más ha variado en el consumo es el tiempo que dedican las personas a preparar las cenas, que se ha ido reduciendo progresivamente con el paso de los años porque muchos optan por preparar elaboraciones sencillas que les permitan disfrutar de más tiempo libre para estar junto a sus familias. En esta línea se enmarca por ejemplo el aumento de las preparaciones menos elaboradas a la plancha o al horno. También con el fin de ahorrar esfuerzos en sus hogares cada vez es más común que los clientes acudan a las pescaderías y pidan todas las piezas sin espinas. "Ya no es como antes que se llevaban el pescado como venía, la gente va tirando por lo más cómodo", señaló Yasmina. 

Las festividades también son la ocasión perfecta que aprovechan muchas familias para mezclar en una misma cena carnes y pescados, algo poco habitual durante el resto del año. Entre estas combinaciones suelen abundar los entrantes de gambas o calamares seguidos por una pieza principal de carne "aunque cada vez la gente busca una cosa más simple y optan a lo mejor por una carne mechada y nada más, pero lo más común siempre es poner un poco de cada", aclara el pescadero Víctor Rodríguez

Un año de reencuentros

Una de las vecinas que combina todos los años estas dos piezas es Yolanda, quien admite que, pese a que el resto de su familia sea más de carne, ella no puede resistirse a traer siempre que puede algún plato de pescado. En su cena familiar de este año recupera la tradición de unir a más de treinta personas en su hogar, que las últimas veces no pudieron llegar a verse por el límite de personas que se estableció a raíz de la emergencia sanitaria. Con el objetivo de prepararse para el reencuentro ya acudió al mercado la semana pasada, cuando adquirió todas las piezas que dejó congeladas, pero ayer volvía de nuevo para comprar las papas con las que acompañará las comidas. 

Yasmina prepara algunas sardinas para uno de sus clientes en la pescadería Llovell.

Yasmina prepara algunas sardinas para uno de sus clientes en la pescadería Llovell. / Juan Castro

"Lo que más disfruto durante estas fechas es reunirme de nuevo con toda la familia junta, es lo que más nos une porque siempre han venido a mi casa y me alegra mucho", explicó la vecina. Ya tiene todo preparado para disfrutar en la noche del 24 de diciembre de una jornada de charlas y juegos con niños y adultos en la que la comida se convierte en uno de los elementos protagonistas. 

Los negocios del mercado municipal de Telde concuerdan en la apuesta por el producto local de Canarias "más que nada porque queremos ayudar a la gente de aquí, a los pescadores", apunta la pescadería Llovell, que también señala que les resulta más barato y rápido adquirir los ejemplares obtenidos en las Islas. Sin embargo, los negocios también se han abierto a importar otras variedades ante las demandas de los vecinos, que muchas veces acuden a los puestos con intención de comprar productos conocidos como los salmones o los calamares saharianos

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