Gastronomía Telde
De buzo de la Armada a despachar más de 1.000 croquetas a la semana: Flamboyán, una tasca referente en Gran Canaria
Los huevos rotos con batata canaria, queso de Valsequillo y jamón ibérico es uno de sus reclamos

El equipo de la Taberna Tasca Flamboyan, ubicado en una calle peatonal, a un paso de la plaza de la iglesia de San Juan de Telde. | / JUAN CASTRO

Situado en una calle peatonal, a un paso de la plaza de la iglesia de San Juan, está la Taberna Tasca Flamboyán, que dirige Ayoze Benítez Verde. Satisfecho del recetario y de los platos que salen de su cocina, pone el mismo esmero para que el servicio de sala esté a la misma altura, obteniendo un correcto equilibro
A Ayoze Benítez Verde la hostelería le salió al paso en su vida. Fue buzo de la Armada española durante once años y decidió pedir una excedencia para irse a estudiar inglés a Irlanda. En lo que se materializaba ese cambio de vida trabajó una temporada en el local de restauración de su hermano Mario, haciendo un poco de todo. Como vio que tenía jeito para el negocio de la restauración decidió ir por cuenta propia y cambiar las botellas de oxígeno por las de butano para los fogones.
Su primer local estaba en la calle León y Castillo, junto a la plaza de San Juan, en la conocida como Casa Mireles. El nombre de El Flamboyán se lo puso por el árbol que tenía casi en frente de la puerta. "Tenía solo cuatro mesas y antes de cumplir los dos años abierto la lista de espera para reservas para comer era de 10 días, y eso no podía ser", explica Ayoze Benítez. Parte de su éxito estaba en sus huevos rotos con batata, que van con queso duro de Valsequillo y jamón ibérico, la ensaladilla del mar, que servían con salmón, huevo duro, cebolla y langostinos picaditos, empanadas argentinas y las croquetas, entre otros platos.

Ayoze García, propietario de Flamboyán tasca en Telde, Gran Canaria / Juan Carlos Castro
Visto que la oferta del pequeño local funcionaba decidió trasladarse con todo a un nuevo local más grande, pero sin salir del privilegiado entorno de la plaza de San Juan. Su nueva ubicación sería una de las casonas de principios del siglo XX en la calle Doctor Chill, una peatonal que le permitiría además poner una terraza. De eso hace ya siete años.
¿Cómo es la carta de la tasca Flamboyán?
Con un equipo de cinco personas en cocina, Gloria como jefa al mando de los fogones, Junior, Marina, Jesuá y Fernando, y con Óscar y Carolina en sala, el dueño del Flamboyán asegura que pueden despachar a la semana más de 1.000 croquetas con marca de la casa. En su carta también figuran la ensalada de la casa, con un mix de lechuga lollo, tomates cherry, pollo crujiente, pipas peladas, emulsión de fresa y aove, y queso blanco; el ceviche de langostinos, pan bao relleno de codillo con cebolla roja encurtida, queso parmesano y mayonesa de chiplote, chupa-chups de rulo de cabra y mermelada de fruta, lágrimas de pollo de corral y los huevos rotos con batata, que nunca ha salido de la carta desde que se inició en la restauración. También suele ofrecer platos fuera de carta, como los steak tartar de ternera o de atún.
La calidad manda
Tacos de bacalao con alioli de mejillón en escabeche, arroz negro con brocheta de gambón y alioli de cilantro, solomillo de Angus o lagarto ibérico son otras de las elaboraciones que ha conseguido atraer a una clientela con el paladar abierto a nuevos sabores.
Ayoze destaca que las papas, la batata y las cebollas llegan hasta la cocina del Flamboyán directamente de las tierras que tiene en la zona de La Breña, "lo que le da ese toque de calidad al venir de nuestra propia cosecha".
El gerente también asegura que uno de sus principales objetivos es mantener "una buena calidad en lo que ofrecemos y no enmascarar o maltratar el sabor original del producto, porque siempre intentamos que sea bastante bueno, porque está claro que la calidad del producto es lo que manda". Otro de los conceptos a los que Ayoze Benítez le da importancia es el disfrute, "porque al final, cuando uno sale a comer fuera va a disfrutar, en este caso además de la gastronomía, también del lugar y del entorno", y añade que "el hecho de que te atiendan bien y te sientas como en casa es importante". De ahí que le preste la misma atención al servicio de sala que a la cocina, "porque no puede ser que la comida esté buena y el servicio sea malo. Tiene que haber un equilibrio entre las dos partes para que todo funcione bien y los comensales salgan contentos y dispuestos a repetir".
A la pregunta de que qué le ha dado el mundo de la cocina, Ayoze confiesa que "más que darme me ha enseñado mucho".
Los fogones del Flamboyán también guarda tiempo para la experimentación a la hora de innovar a base de ensayo y error para ofrecer nuevos platos a la clientela, y algunos de ellos se quedan y otros se desechan. La formación continua del personal de cocina también es clave para continuar manteniéndose como un local de referencia en la oferta gastronómica de Telde y de Gran Canaria. Para eso Ayoze se preocupa de que visiten y participen en cursos de cocina que ofrecen eventos como Madrid Fusión "porque siempre se vuelve como nuevas ideas". Después de siete años lo siguen felicitando por su comida y su servicio. "El camino ya está labrado y ahora tenemos que mantenernos para continuar dando lo mejor que tenemos".
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