El mal estado del mar impide rescatar el coche arrastrado en Salinetas

Los buzos no pudieron llegar al vehículo por la nula visibilidad en el fondo marino

Telde

El rescate del coche arrastado hasta el mar en el litoral de Salinetas, en Telde, durante las inundaciones del pasado 3 de marzo se tuvo que suspender este lunes tras casi dos horas de maniobras por el mal estado del mar, ya que los buzos ni siquiera lograron localizar el vehículo en el fondo por el fuerte oleaje y la turbiedad del agua.

La recuperación del Volvo de Agustín Ojeda, que acabó a unos 250 metros de la costa y a 15 metros de profundidad, se volverá a intentar cuando mejore el tiempo y la visibilidad de ese entorno marino, según anunció José Luis Samper, gerente de Reprosub, la empresa del Puerto de Las Palmas que se ofreció de forma altruista a sacar el coche y entregarlo al dueño.

El intento de rescate se inició poco después de las 10.00 horas con la salida de la barcaza Trames Uno del puerto de Taliarte, ya con la incertidumbre de poder cumplir la misión por el fuerte oleaje y el cielo encapotado. De hecho, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tenía activado a esas horas un aviso amarillo de riesgo por fenómenos costeros adversos, con viento del Nordeste de 50 a 61 kilómetros por hora (fuerza 7) en el litoral sureste y oeste de Gran Canaria.

El buque, equipado con grúas para reflotar el vehículo hasta la superficie y depositarlo luego en la cubierta, se trasladó hasta el lugar indicado por Arturo Telle, presidente del club de buceo Gran Azul, quien localizó el Volvo el sábado 5 de abril.

Óscar, uno de los buzos, informa a los dueños del vehículo al llegar a puerto .

Óscar, uno de los buzos, informa a los dueños del vehículo al llegar a puerto . / José Carlos Guerra

Aunque tenían las coordenadas exactas de la ubicación, frente a la playa de Salinetas, los tres buzos que participaron en el intento de rescate, Óscar, Guayre y Joel, tuvieron que desistir minutos antes de las 12.00 horas por el oleaje y la nula visibilidad, según comentaron al regresar al puerto a Agustín Ojeda, quien confía en rescatar el coche por si fuera posible recuperar algunas de las pertenencias que tenían dentro él y su esposa.

Inundaciones

El matrimonio vio como el barranco se llevaba el coche mientras lo tenían aparcado frente a su vivienda, al tiempo que se les inundaba toda la casa. “El agua entró por un lado y salió por otro; hasta el alcalde estuvo achicando”, rememoró el marido ante los buzos. Antes había estado siguiendo las operaciones de la barcaza desde la avenida de la playa junto a otros vecinos de Salinetas, pocos porque el viento y el frío no invitaba a permanecer mucho tiempo al aire libre.

Óscar fue el encargado de bajar hasta los restos del vehículo y la operativa consistía en engancharlo por las dos ruedas de un lado para poder depositarlo después boca arriba en la barcaza, sin dañar más la carrocería. “Descendí hasta el sitio indicado, pero no llegué ni a verlo porque la visibilidad es nula”, explicó ya en tierra a los propietarios, que esperaban ilusionados en el muelle de Taliarte.

Un vecino de Salinetas observa la operaciones desde la avenida.

Un vecino de Salinetas observa la operaciones desde la avenida. / José Carlos Guerra

Agustín Ojeda reconoció que su Volvo de “siete o ocho años” solo sirvirá para chatarra en un desguace, pero que le gustaría mirarlo por dentro para ver si queda algún recuerdo. “Aunque sea los papeles del coche”, apuntó.

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