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Este es el rincón con más cruces de Gran Canaria que quizás tu tampoco conocías

Callejones empedrados, cruces centenarias y casas a dos aguas que esconden una historia que se siente al caminar

Casa de los Sall y barrio de San Francisco, en Telde

Casa de los Sall y barrio de San Francisco, en Telde / LP/DLP

Johanna Betancor Galindo

Johanna Betancor Galindo

Las Palmas de Gran Canaria

Las piedras hablan en San Francisco, aunque para escucharlas haya que desviarse del ruido, del algoritmo y de los mapas turísticos. Telde, ciudad de memoria honda y callejuela empedrada, esconde uno de los barrios más antiguos y mágicos de Gran Canaria. Un laberinto de casas blancas, cruces silenciosas y historia viva que resiste al olvido, al cemento y a los filtros.

La creadora de contenidos Marielle Alessandra (@mariellealessandraa en TikTok) lo ha mostrado en uno de sus vídeos virales, donde dice con una sonrisa: “Probablemente no sepas dónde está. No es que no conozcas la isla, es que está escondidito”. Y lo está, pero para quienes se atreven a adentrarse en él, el barrio de San Francisco es una ventana abierta al pasado más sincero y espiritual de la isla.

El barrio de las cruces

San Francisco no solo lleva el nombre de un santo, sino también la huella de una historia de siglos. Fue antigua judería, refugio de artesanos y hoy es símbolo de arquitectura tradicional canaria, con casas encaladas, techos a dos aguas y puertas verdes que contrastan con las buganvillas.

A lo largo de sus calles, muchas bautizadas por el poeta Julián Torón, las cruces de tea marcan el camino de un antiguo Vía Crucis franciscano. Ninguna es igual a la otra. Todas diferente.

Este recorrido espiritual y simbólico, nacido en 1610 con la llegada de los franciscanos, convierte al barrio en un lugar casi litúrgico. De hecho, la única entrada al barrio es la calle Carlos E. Navarro, que actúa como portal a otra época. Desde ahí se despliega un entramado de callejuelas empedradas, plazas recoletas y ecos de otros tiempos.

Casa de los Sall y barrio de San Francisco, en Telde

Casa de los Sall y barrio de San Francisco, en Telde / LP/DLP

Un viaje al pasado entre calles encaladas

Telde no es solo el segundo municipio más poblado de la isla; también es, junto a Gáldar, uno de los enclaves más importantes de la prehistoria insular. Con más de un centenar de yacimientos arqueológicos, la ciudad mantiene viva la memoria de su pasado indígena y colonial.

El barrio conserva cinco monteras, pequeños escalones que servían para montar a caballo, y en la Plaza de los Romeros un mirador permite divisar desde los yacimientos de Tara y Cendro hasta el Puente de los Siete Ojos, obra del arquitecto Juan de León y Castillo. Un símbolo más de que aquí todo, absolutamente todo, remite a la memoria.

Día de la Cruz en Telde

Día de la Cruz en Telde / La Provincia

Lugares que no salen en los mapas turísticos

Entre los tesoros que esconde San Francisco está la iglesia conventual de estilo barroco, que guarda un Cristo de la Agonía traído desde Sevilla en el siglo XVII.

Destaca también el Calvarito, una pequeña construcción que protegía antiguamente esculturas de la Pasión de Cristo, o la Plaza de San Francisco, con su fuente central, es otra joya del urbanismo tradicional canario.

Podemos encontrar también el yacimiento del Bailadero, un antiguo almogarén indígena con cuevas, cazoletas y canales donde los antiguos habitantes de Telde rendían culto a la fertilidad. Inolvidable también el acueducto, testimonio del auge agrícola y la ingeniería hidráulica que floreció en la ciudad.

Este rincón de Telde no aparece entre los primeros resultados de Google ni en las guías de viaje más vendidas. Quizás por eso, su belleza y su valor patrimonial permanecen intactos. Un tesoro escondido que ahora, gracias a la viralidad de TikTok, empieza a despertar la curiosidad de una nueva generación de exploradores.

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