Telde recuerda el crimen esotérico de Aurelia Valido, la joven sacrificada por su familia
La muerte de una joven a manos de su familia conmocionó a Telde y a todo el país en el año 1930.

Imagen del equipo arttístico que pone en escena esta trágica historia que dirige Rubén Darío Rodríguez, con la rodilla hincada en la foto. / LP/DLP

Hay sucesos que permanecen en la memoria de un lugar a lo largo de la historia. En la ciudad de Telde, en el año 1930, una joven de 16 años llamada Aurelia Valido Calixto fue asesinada por su propia familia durante una sesión espiritista. El Diario de Las Palmas, entre otros periódicos de la época, recogió los hechos explicando que su hermana Candelaria actuaba como médium y afirmaba recibir un mensaje del espíritu de su hermano Fernando, fallecido hacía un mes por tifus, quien supuestamente pedía el sacrificio de tres miembros de la familia porque no podía entrar solo en el cielo.
Tras un ‘sorteo’, Aurelia fue la elegida y murió a golpes con un palo, además de recibir 200 punzadas con una lezna de hueso, instrumento que se usaba antiguamente para coser sacos. Las autoridades detuvieron a los padres, hermanas y varios participantes de las sesiones. Algunos de sus protagonistas terminaron en la cárcel. Otros, en el psiquiátrico.
El crimen conmocionó a Telde, a la isla y a todo el país, y fue expuesto como el primer crimen esotérico de España.

El 'Diario de Las Palmas' se hace eco de la noticia en su portada el 30 de abril de 1930. / LP/DLP
Todos los ingredientes de esta trágica historia, que ya recogió en su novela Las espiritistas de Telde Luis León Barreto, llamó la atención del actor teldense Rubén Darío Rodríguez, que cuenta con una amplia trayectoria en las artes escénicas. «Creo que esta historia debe ser contada y tiene que tener otra mirada también sobre lo que pudo ocurrir dentro de esa casa», comenta el director de la obra que se representará la Noche de Finaos en la plaza de San Juan.
Rodríguez explica que ya conocía los hechos. «Comencé a meterme de nuevo en la historia y me empecé a apasionar de tal manera que al final empiezas a ver todos los elementos que pueden entrar, los personajes que pueden estar presentes y cómo condensarlo en el tiempo. Y al final, pues, hemos montado La Casa de Don Alonso».
El montaje, en el que su director lleva trabajando más de tres meses, participan entre músicos, actores y coro unas 45 personas, buena parte de ella mujeres del grupo de teatro de mujeres Roque Azucarero, «que me tienen enamorado porque están haciendo un trabajo precioso de movimiento y metiéndonos en una atmósfera que es muy dolorosa», señala Rubén Darío, quien subraya que «no es una obra para dar miedo. Es una obra para contar un drama verdadero que se condensa en un tiempo y me gustaría que el público disfrute del espectáculo y que por un momento conecte también con lo que pudo pasar, o no, aquella noche». La música para el montaje es original y está compuesta por Víctor Batista.
Simbología lorquiana
El director, natural de Lomo Magullo, confiesa que al tener su origen en el mundo rural «siempre me ha gustado qué es lo que ocurre en la casa donde se vive un drama. Esto lo plasmaba mucho Lorca y de hecho la obra está escrita en modo lorquiano, con mucha simbología, donde la luz tiene mucho que ver, la noche, la luna, los ruidos. También va a haber mucha sonoridad que tiene que ver con algo que nosotros vivimos en el campo, en la calle, cuando caminamos por las noches, pero me interesaba mucho saber cómo sería el drama de esa familia».
Rubén Darío Rodríguez hace hincapié en que le interesaba mucho «saber cómo habría sido la forma de pensar dentro de la casa. Cómo se toma ese tipo de decisiones de tener que sacrificar a una hija para salvar el alma del hermano muerto. Cómo se dejan llevar por las pasiones, basándose en el amor para cometer ese tipo de actos».
El amor en la fatalidad
El director señala que aprovecha «todo eso que está pasando ahí, porque es muy oscuro para entender cómo es que nadie de los que estaban alrededor hizo algo por evitarlo, sino que lo potenciaron. Y esa idea de potenciamiento que tiene todo lo que está pasando es lo que me interesa», y añade que lo que le atraía es saber «qué es lo que estaba pasando. Cómo se fraguan esas ideas en la cabeza y se presta a creer en aquello que a lo mejor la madre o el padre ven de una manera pero los hijos también se meten en esa idea por la propia familia».
El director enfatiza en que hay que entender que esto ocurrió hace casi cien años «y que el conocimiento era diferente, pero no he dejado de pensar en cómo la familia se deja llevar por esa pasión interna, que tiene mucho de amor, y eso también se recoge entro del espectáculo».
Por su parte, el concejal de Cultura, Juan Martel, destaca la importancia de rescatar sucesos que han ocurrido en Telde «y de una forma u otra forma son parte de la historia de nuestro municipio», además de mostrar su total confianza en el director, Rubén Darío Rodríguez, «porque sabemos que aborda esos temas con mucho respeto». Martel afirma que uno de los objetivos «es intentar que no se desvirtúe la Noche de Finaos, ofreciendo actividades propias y originales, con propuestas únicas que forman parte de la identidad del municipio».
Suscríbete para seguir leyendo
- Un fallecido y dos heridos graves en un accidente entre un turismo y una guagua de Global en Juan Grande
- Así es como multará el nuevo radar de la DGT que entra en funcionamiento hoy en esta carretera de Gran Canaria
- Sigue en directo la llegada de la borrasca Claudia a Canarias: lluvias, viento y alertas activadas
- Carolina Darias, sobre el cierre de la panadería Miguel Díaz: 'No es una decisión agradable, pero la legalidad no tiene atajos
- Centenares de afectados por el cierre de una clínica estética en Canarias: «Debo mil euros por un servicio que no voy a recibir»
- Así amanece Canarias con la borrasca Claudia: hasta 66,4 litros en San Bartolomé de Tirajana
- Josu Uribe: «Me repatea muchísimo ver en el Sporting o en la UD Las Palmas un jugador que no suma nada y que no es mejor que el de la casa»
- El fallecido en el accidente frontal de Juan Grande es un expolicía condenado por tráfico de droga