Un nuevo estudio ha profundizado sobre la relación del cerebro con la música, al descubrir que el canto tiene una firma neuronal distinta en comparación con el habla o la música instrumental. De esta forma, se avanza en una mayor comprensión en torno a la cognición musical humana, que nos diferencia claramente de otras especies.

Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, y de otros centros académicos han descubierto en una nueva investigación que el canto activa una serie de neuronas específicas en el cerebro humano, diferentes a aquellas que se ponen en acción en actividades relacionadas con el habla o la música instrumental. En consecuencia, la firma neuronal del canto es un ejemplo más de las sorprendentes habilidades relativas a la cognición musical en los seres humanos.

Sabemos que muchas especies presentan una sensibilidad desarrollada en torno a los sonidos y la música. Sin embargo, las llamadas de los delfines mediante ultrasonidos, los complejos cantos de las aves y otros ejemplos similares no alcanzan el nivel de sofisticación que presenta la relación del ser humano con la música. En otras palabras, somos la única especie capaz de crear música enormemente compleja desde la nada. Frente a esto, resulta vital entender cómo funciona nuestro cerebro para alcanzar esta capacidad única.

Combinación de técnicas

De acuerdo al nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Current Biology, los investigadores combinaron el análisis de imágenes cerebrales obtenidas por electroencefalografía (EEG) con una técnica denominada electrocorticografía (EcoG). A partir del nuevo enfoque, los especialistas encontraron en los casos analizados una población distinta de neuronas que respondían específicamente al canto, diferente a la observada en las representaciones neuronales de la música instrumental y el habla en general.

La electrocorticografía es una técnica que se caracteriza por emplear electrodos colocados directamente sobre la superficie expuesta del cerebro, para de esta forma registrar la actividad eléctrica de la corteza cerebral. En tanto, la electroencefalografía es una exploración neurofisiológica que se basa en el registro de la actividad bioeléctrica del cerebro en su totalidad, pero es menos invasiva.

Al combinar ambas miradas, los científicos pudieron apreciar los cambios eléctricos en toda la estructura del cerebro y, concretamente, en la corteza cerebral. Además, los datos aportados por la electrocorticografía son mucho más precisos que la información recopilada por otras técnicas de medición de la actividad cerebral. Vale recordar que existen circuitos específicos en la corteza cerebral involucrados en la percepción y codificación de la música, por lo tanto su estudio era de vital importancia en este caso.

Las neuronas del canto

Según un artículo publicado en Science Alert, los científicos aplicaron las técnicas de medición de la actividad eléctrica del cerebro en pacientes con epilepsia, acostumbrados a técnicas más invasivas para evaluar el estado de la patología. En este caso, se les solicitó que escucharan una serie de 165 sonidos, que abarcaban desde la vibración de un teléfono móvil o un hombre hablando hasta música con canto y música instrumental sin vocalización.

Los resultados fueron contundentes: una de las poblaciones neuronales de la corteza cerebral respondió casi exclusivamente a la música con canto, y no registró actividad con el resto de los sonidos. Este hallazgo indica que el cerebro humano contiene una población neuronal específica para el análisis del canto. Además, los datos sugieren que la música está representada por múltiples áreas neuronales distintas, especializadas en diferentes aspectos de la música: una de esas áreas responde específicamente al canto.

Referencia

A neural population selective for song in human auditory cortex. Sam V. Norman-Haignere et al. Current Biology (2022). DOI:https://doi.org/10.1016/j.cub.2022.01.069