Una nueva investigación ha descubierto que el sabor que nos proporcionan los alimentos es la mejor guía para alcanzar una dieta nutritiva en vitaminas y minerales. Los gustos artificiales distorsionan nuestra inteligencia nutricional y provocan obesidad.

Una investigación pionera ha arrojado nueva luz sobre lo que impulsa las preferencias alimentarias básicas de las personas: indica que nuestras elecciones pueden ser más inteligentes de lo que se pensaba anteriormente y estar influenciadas por los nutrientes específicos que necesitamos, en lugar de solo por las calorías.

Un estudio internacional, dirigido por la Universidad de Bristol (UB) en el Reino Unido, se propuso examinar y comprobar la opinión generalizada de que los humanos evolucionaron para favorecer conscientemente los alimentos densos en energía, así como que nuestras dietas se equilibran simplemente comiendo sin más una variedad de alimentos diferentes.

Contrariamente a esta creencia, sus hallazgos revelaron que las personas parecen tener "sabiduría nutricional", por lo que los alimentos se seleccionan en parte para satisfacer nuestra necesidad de vitaminas y minerales y evitar las deficiencias nutricionales. La composición de micronutrientes influye en la elección que hacemos de los alimentos, concluye esta investigación.

El autor principal de este estudio, Jeff Brunstrom, profesor de Psicología Experimental, explica al respecto: “los resultados de nuestros estudios son enormemente significativos y bastante sorprendentes. Por primera vez en casi un siglo, hemos demostrado que los humanos son más sofisticados en sus elecciones de alimentos, ya que parecen seleccionarlos en función de micronutrientes específicos, en lugar de simplemente comer de todo y obtener lo que necesitan de manera predeterminada".

Primer descubrimiento

El artículo, publicado en la revista Appetite, da un nuevo peso a la audaz investigación realizada en la década de 1930 por una pediatra estadounidense, la Dra. Clara Davis, que puso a un grupo de 15 bebés en una dieta que les permitía "autoseleccionarse", en otras palabras, comían lo que querían, de 33 alimentos diferentes.

Si bien ningún niño comió la misma combinación de alimentos, todos lograron y mantuvieron un buen estado de salud, lo que se tomó como evidencia de “sabiduría nutricional”.

Sus hallazgos fueron examinados y criticados más tarde, pero no fue posible replicar la investigación de Davis porque esta forma de experimentación con bebés hoy en día se consideraría poco ética.

Como resultado, ha pasado casi un siglo desde que ningún científico haya intentado encontrar evidencia de sabiduría nutricional en humanos, una facultad que también se ha encontrado en otros animales, como ovejas y roedores.

Nuevo intento

Para superar estas barreras, el equipo del profesor Brunstrom desarrolló una técnica novedosa que consistía en medir la preferencia mostrando a las personas imágenes de diferentes combinaciones de frutas y verduras, para que sus elecciones pudieran analizarse sin poner en riesgo su salud o bienestar.

En total, 128 adultos participaron en la investigación. El estudio demostró que las personas prefieren ciertas combinaciones de alimentos más que otras. Por ejemplo, la manzana y el plátano se pueden elegir con un poco más de frecuencia que la manzana y las moras.

Sorprendentemente, estas preferencias coinciden con el hecho de que, combinados, la manzana y el plátano, pueden proporcionar un equilibrio de diferentes micronutrientes (vitaminas y minerales).

Para confirmar esta capacidad natural, los investigadores estudiaron combinaciones de comidas del mundo real según lo recogido en la Encuesta Nacional de Dieta y Nutrición del Reino Unido.

El análisis de estos datos demostró también que las personas combinan las comidas de una manera que aumenta la exposición a los micronutrientes en su dieta.

Específicamente, los componentes de las comidas preferidas del Reino Unido, por ejemplo, una fritura de pescado con patatas (fish and chips) o el arroz al curry (curry and rice), parecen ofrecer una gama más amplia de micronutrientes que las combinaciones de comidas generadas aleatoriamente, como las patatas fritas con curry (chips and curry) que se venden en bolsas. 

Dietas de moda

Mark Schatzker, coautor del estudio, señala al respecto: “la investigación plantea preguntas importantes, especialmente en el entorno alimentario moderno. Por ejemplo, ¿nuestra fijación cultural con las dietas de moda, que limitan o prohíben el consumo de ciertos tipos de alimentos, interrumpe o perturba esta "inteligencia" dietética de formas que no entendemos?

“Los estudios han demostrado que los animales usan el sabor como una guía para las vitaminas y minerales que necesitan. Si el sabor cumple un papel similar para los humanos, entonces podemos estar imbuyendo alimentos chatarra como patatas fritas y bebidas gaseosas con un falso "brillo" de nutrición al agregarles saborizantes. En otras palabras, la industria alimentaria puede estar volviendo nuestra sabiduría nutricional en nuestra contra, haciéndonos comer alimentos que normalmente evitaríamos y contribuyendo así a la epidemia de obesidad”, concluye Schatzker.

Referencia

Micronutrients and food choice: A case of ‘nutritional wisdom’ in humans? Jeffrey M.Brunstrom and MarkSchatzkerb. Appetite, 18 April 2022, 106055. DOI:https://doi.org/10.1016/j.appet.2022.106055