Ya es posible saber si una persona compartió el útero materno con un gemelo que desapareció sin dejar rastro, provocando una carencia inconsciente en el hijo superviviente que puede manifestarse en forma de problemas psicológicos y fisiológicos a lo largo de toda su vida.

Muchas personas han vivido una experiencia en el útero materno que ha condicionado su vida, sin nunca llegar a imaginarlo: venían con un hermano gemelo que desapareció sin dejar rastro, aunque ahora podemos confirmarlo por una huella genética.

Los datos son elocuentes, según un estudio publicado en 1990: los embarazos múltiples pueden constituir más del 12% de todas las concepciones naturales, de las cuales alrededor del 2% sobreviven hasta el término como gemelos. Un 12% de los embarazos múltiples dan como resultado nacimientos únicos.

Esta experiencia no es algo baladí en la vida del gemelo nacido: ha dado lugar al así llamado síndrome del gemelo evanescente o perdido. Se trata de un trastorno psicológico causado por una carencia derivada de la pérdida de un gemelo durante el embarazo.

Experiencia desapercibida

Esa desaparición a menudo pasa desapercibida, tanto para las mujeres embarazadas, como para los médicos, pero principalmente para el gemelo superviviente. El segundo feto puede desaparecer incluso antes de que la mujer sepa que está embarazada.

Muchas veces, los médicos lo notan en una ecografía, pero no lo comunican para evitar sufrimientos innecesarios. Otras veces, las madres se han dado cuenta, pero guardan silencio para no condicionar la vida del gemelo superviviente.

La realidad es que, dado que el vínculo entre gemelos suele ser bastante poderoso, esta pérdida no deja indiferente al gemelo superviviente, por mucho que la madre o los médicos no puedan o quieran hablar de ello.

Síntomas durante toda la vida

Los síntomas pueden aparecer desde los primeros meses de vida del bebé, y muchas veces los padres no saben cómo interpretarlos: puede moverse menos que un recién nacido e incluso padecer cólicos estomacales.

Más adelante, alteraciones visuales o malformaciones vertebrales, tipo escoliosis, pueden delatar la huella de la pérdida de un gemelo, aunque estos síntomas no necesariamente están relacionados siempre con esta experiencia.

Un síntoma bastante claro de esta vivencia, que se manifiesta a lo largo de toda la vida, es buscar inconscientemente el gemelo perdido en cualquier relación, ya sea de amor o amistad, lo que en ocasiones puede derivar en problemas con esas personas, porque ninguna de ellas podrá resolver la carencia que padece el gemelo superviviente.

El gran problema que padecen estas personas es que, aún suponiéndolo,  nunca pueden saber si sus carencias responden realmente a la falta de un gemelo, ya que, hasta ahora, resultaba imposible confirmarlo.

Huella genética del gemelo

Una nueva investigación ha venido a solucionar este problema: ha descubierto un método que puede confirmar si una persona compartió el útero de su madre con un “gemelo idéntico”: lo puede garantizar con total fiabilidad en el 80 por ciento de los casos.

El método es el resultado de un sorprendente hallazgo: si una persona ha compartido útero con un gemelo, conserva de por vida una huella genética que puede confirmarlo.

Esa huella se debe a un patrón característico de la metilación del ADN, un proceso mediante el cual se agrega una pequeña etiqueta química conocida como "grupo metilo" al ADN.

Los investigadores descubrieron ese patrón característico de metilación en las muestras de gemelos idénticos, también conocido como firma molecular o firma epigenética.

Cuando analizaron muestras de las mismas personas tomadas en diferentes momentos a lo largo del tiempo, descubrieron que este patrón se mantuvo estable.

Pista curativa a seguir

Y concluyen: debido a que los gemelos idénticos conservan la firma epigenética durante toda su vida, esta huella se puede usar para averiguar si alguien tuvo originalmente un gemelo idéntico, incluso si nunca llegó a nacer.

Para confirmarlo, los investigadores desarrollaron un algoritmo que predice si alguien es un gemelo idéntico de otro y lo aplicaron a conjuntos de datos: las predicciones del algoritmo tuvieron una tasa de precisión del 60-80%.

Esto significa que, incluso décadas después de su nacimiento, un gemelo idéntico sobreviviente podría enterarse de la existencia de su gemelo perdido a través de una simple prueba genética.

Debido a que los gemelos idénticos mantienen una firma molecular de por vida, podemos diagnosticar retrospectivamente si una persona fue concebida como gemelo monocigótico, escriben los investigadores en un artículo publicado en Nature Communications.

Dado que la carencia originada por un gemelo desaparecido surge con frecuencia en las consultas psicológicas de muchos pacientes, y que se manifiestan en diferentes problemas a lo largo de su vida, este descubrimiento puede ayudar a establecer un diagnóstico riguroso sobre su origen y a orientar tratamientos más efectivos para superarlos, concluyen los investigadores.

Referencia

Identical twins carry a persistent epigenetic signature of early genome programming. Jenny van Dongen et al. Nature Communications, Volume 12, Article number: 5618 (2021). DOI:https://doi.org/10.1038/s41467-021-25583-7