En promedio, la extensión que separa a la Tierra y el Sol está aumentando lentamente con el tiempo. Esta distancia creciente tiene dos causas principales: la lenta pérdida de masa del Sol y las mismas fuerzas que causan las mareas en la Tierra. ¿Cuáles serán las consecuencias de este alejamiento en nuestro planeta?

El Sol se está alejando de la Tierra en forma paulatina, pero como no lo advertimos en nuestra actividad cotidiana nos parece que el astro rey se encuentra inmóvil en el cielo. En realidad, se mueve y su distancia con nuestro planeta se está incrementando, principalmente debido a que poco a poco se está encogiendo y a las fuerzas de marea que impactan en la Tierra. Aunque no sabemos del todo qué consecuencias traerán estos cambios, hay una buena noticia: nuestra estrella tiene otros 5 mil millones de años de vida útil

El Sol se encoge 

Como la órbita de la Tierra no es perfectamente circular, sino ligeramente elíptica u ovalada, la distancia con el Sol va oscilando entre 147,1 y 152,1 millones de kilómetros, según datos de la NASA. Sin embargo, un artículo publicado en Live Science recoge declaraciones de Brian DiGiorgio, astrónomo de la Universidad de California en Santa Cruz, en Estados Unidos, que indican que esta separación entre nuestro planeta y el astro rey podría estar extendiéndose más allá de lo habitual.

Una de las razones de este alejamiento es la lenta pérdida de masa que sufre el Sol. Los procesos de fusión nuclear que “alimentan” a nuestra estrella permiten que produzca energía de modo constante, pero que al mismo tiempo la pierda. Los científicos estiman que el Sol perderá alrededor del 0,1% de su masa total antes de comenzar su declive definitivo. Puede parecer un porcentaje mínimo, pero se corresponde con la masa que posee el planeta Júpiter, que a su vez es 318 veces la masa de la Tierra. Como vemos, no es una cantidad de masa para menospreciar.

El “bulto de marea” y su influencia

En otro orden, de una manera similar a la que la atracción gravitatoria de la Luna genera mareas en la Tierra, la gravedad de nuestro planeta atrae al Sol. De acuerdo a una publicación del astrónomo Britt Scharringhausen para Ask an Astronomer de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, este fenómeno “estira” el lado del Sol que mira hacia la Tierra, provocando un "bulto de marea", según define el especialista. 

Como el Sol gira sobre su eje aproximadamente una vez cada 27 días, mucho más rápido que los aproximadamente 365 días que le toma a la Tierra completar una órbita alrededor del Sol, el "bulto de marea" se posiciona por delante de nuestro planeta. Dicha masa produce un “tirón gravitatorio” asociado, forzando a la Tierra hacia adelante en su órbita y llevándola más lejos del Sol, un efecto similar al que también está provocando nuestro alejamiento de la Luna.

Según estima DiGiorgio, estos efectos llevan a que la Tierra se aleje aproximadamente 0,0003 centímetros del Sol cada año. A medida que la Tierra se aleja del Sol, la luz solar se vuelve más tenue. Debido a que se estima que la distancia de la Tierra al Sol puede crecer un 0,2% en los próximos 5.000 millones de años, el oscurecimiento generado correspondería a una reducción del 0,4% de la energía solar que llega a la superficie de nuestro planeta.

A no preocuparse (solo por ahora)

Aunque las interacciones de las órbitas y los efectos de las mareas no son tan simples de predecir, todo indica que la reducción de la energía solar será relativamente pequeña en comparación con las variaciones normales en el brillo del Sol, que ocurren habitualmente debido a la órbita elíptica de la Tierra. Por lo tanto, las consecuencias de estas modificaciones no serían demasiado preocupantes. 

Incluso, los astrónomos sugieren que a medida que el Sol evolucione durante los próximos 5.000 millones de años, los modelos de evolución estelar predicen que aumentará su brillo en aproximadamente un 6% cada 1.000 millones de años, incrementando lentamente las temperaturas de la Tierra y generando la desaparición de los océanos. Esto determinará que la Tierra sea inhabitable para los seres humanos mucho antes de que el Sol “engulla” a nuestro planeta. 

Para DiGiorgio, si la humanidad aún existe dentro de 5.000 millones de años debería lograr “trasladar” a la Tierra hacia el área de la órbita de Saturno, para mantenerla lo suficientemente templada para la vida tal como la conocemos. Sin embargo, el científico agregó que la solución más sencilla sería simplemente abandonar la Tierra y encontrar otro planeta o sistema estelar para vivir.