Las muestras de roca del cráter Jezero analizadas por el rover Perseverance de la NASA muestran evidencia de agua líquida y firmas que podrían ser compuestos orgánicos. Ahora, se requiere que las muestras lleguen a la Tierra para que su análisis determine si los compuestos químicos con enlaces carbono-hidrógeno provienen de procesos biológicos o no biológicos.

Un nuevo estudio publicado en la revista Science analiza múltiples rocas encontradas en el fondo del cráter Jezero en Marte, donde aterrizó el rover Perseverance de la NASA en 2020. Las muestras revelan una interacción significativa entre las rocas y el agua líquida. Además, las rocas también contienen evidencia consistente con la presencia de compuestos orgánicos.

Un Marte acuático

El análisis fue realizado por un grupo internacional de científicos, dirigido por Eva Scheller y liderado por el Instituto de Tecnología de California (Caltech), en Estados Unidos. Según una nota de prensa, los investigadores estaban en principio interesados en el delta del Jezero, donde Perseverance ya había encontrado previamente compuestos orgánicos, pero el suelo del cráter era un misterio.

Este tipo de deltas son formaciones que se crean cuando un río que transporta sedimentos ingresa a un cuerpo de agua más profundo y de movimiento más lento. Cuando el agua del río se esparce, se ralentiza abruptamente y deposita los sedimentos que transporta. Al hacerlo, atrapa y preserva cualquier tipo de microorganismo que pueda existir en el agua.

Por el contrario, el suelo del cráter, donde el rover aterrizó por razones de seguridad antes de trasladarse al delta, no ofrecía las mismas seguridades. Habitualmente se piensa que en los lechos de los lagos se pueden encontrar rocas sedimentarias, porque el agua deposita capa tras capa de sedimento, pero cuando el rover aterrizó descubrió otro escenario: identificó la presencia de rocas ígneas, o magma enfriado, en el suelo del cráter, junto a minerales que registraron no solo procesos ígneos sino un contacto significativo con el agua.

Fenómenos únicos

Los científicos destacaron que la naturaleza de la interacción del agua con las rocas ígneas es verdaderamente intrigante y químicamente única en esa zona de Marte. Existen carbonatos, que requieren CO2 (dióxido de carbono) disuelto en agua para formarse. También se hallaron combinaciones fascinantes de materiales como el sulfato y el perclorato, probablemente formados mediante la evaporación del agua.

Todos estos indicios muestran que es muy probable que Marte haya contado con grandes extensiones de agua en su superficie en algún momento de su historia, como señalan diferentes investigaciones previas. Los especialistas a cargo del nuevo estudio indicaron que las huellas dactilares microscópicas muestran que se formaron rocas ígneas y posteriormente el agua circuló a través de ellas: esto alteró las rocas y depositó minerales en huecos y grietas. 

En determinados sitios, los datos muestran evidencia de compuestos orgánicos dentro de estos nichos potencialmente habitables, de acuerdo a la información capturada por SHERLOC, el brazo robótico del rover Perseverance que está equipado con una serie de herramientas destinadas a buscar compuestos orgánicos y también a ver cómo se distribuyen en un material específico.

Aunque estas muestras son claves para comprender los entornos en el antiguo Marte y si tenían condiciones adecuadas para la vida, o incluso si albergaban vida, es imprescindible que las mismas sean nuevamente analizadas en la Tierra. Cuando esto suceda, podrán ser estudiadas en laboratorios con instrumentación avanzada y se llegará a determinar si los compuestos químicos con enlaces carbono-hidrógeno que se descubrieron fueron o no el resultado de procesos biológicos

Referencia

Aqueous alteration processes in Jezero crater, Mars−implications for organic geochemistry. Eva l. Scheller et al. Science (2022). DOI:https://doi.org/10.1126/science.abo5204