Futurismo / Tecnología

Una violenta guerra entre humanos y posthumanos podría ser el futuro que nos espera

Si la humanidad sobrevive un millón de años, la sociedad podría estar dominada por feroces contiendas entre humanos biológicos y tecnológicos

El futuro puede ser cada vez más complejo: humanos biológicos y tecnológicos, diversificados en múltiples variedades, podrían entablar una guerra sin final.

El futuro puede ser cada vez más complejo: humanos biológicos y tecnológicos, diversificados en múltiples variedades, podrían entablar una guerra sin final. / Crédito: Gerd Altmann en Pixabay.

Pablo Javier Piacente

Un científico especula con que, si la humanidad sobrevive un millón de años, no será para ver un mundo idílico, sino más bien todo lo contrario: las tendencias y proyecciones indican que el escenario estará dominado por crudas contiendas entre distintas especies de "humanos reales" y "humanos tecnológicos" o posthumanos, nacidos a partir del desarrollo de la Inteligencia Artificial, la robótica, la genética o la emulación cerebral, entre otras tecnologías avanzadas. 

Un artículo publicado recientemente en The Conversation por el científico, futurista y escritor Anders Sandberg, miembro de James Martin Research en el Instituto del Futuro de la Humanidad en la Universidad de Oxford, en Reino Unido, esboza algunos posibles escenarios globales si la humanidad logra sobrevivir un millón de años. El autor sueco piensa que la violencia que caracteriza a la sociedad actual podría incluso agudizarse en el futuro, al calor de intensos enfrentamientos entre numerosas variedades de humanos de origen biológico o tecnológico. 

Para Sandberg, que posee un doctorado en neurociencia computacional por la Universidad de Estocolmo, es posible que la humanidad alcance el millón de años. Comienza el debate indicando que la mayoría de las especies son transitorias: se extinguen, se ramifican en nuevas especies o cambian con el tiempo debido a mutaciones aleatorias y variaciones ambientales. Se puede esperar, en consecuencia, que una especie de mamífero típica exista durante un millón de años: por eso, el investigador recuerda que los humanos modernos (Homo sapiens) existen desde hace aproximadamente 300.000 años y, por lo tanto, podrían alcanzar con relativa facilidad el millón de años. 

Transhumanismo y un futuro posible

¿Qué sucedería dentro de un millón de años, en un mundo aún dominado por los humanos? El científico cree que la humanidad sería muy diferente a la actual: viviríamos en una sociedad transhumana, en la cual los humanos reales o biológicos deberían convivir con múltiples expresiones tecnológicas de la especie, “nacidas” a partir de desarrollos en áreas como la robótica, la Inteligencia Artificial (IA), la ingeniería genética o la emulación cerebral. 

El transhumanismo se sustenta en la idea de transformar la condición humana a través del desarrollo y fabricación de tecnologías ampliamente disponibles, que optimicen las capacidades humanas, tanto a nivel físico como psicológico o intelectual. Sin embargo, esa sería la noción ideal o teórica, ya que en la realidad entrarían en juego los aspectos más oscuros de la condición humana y de la vida en sociedad: los conflictos de poder o intereses económicos, la desigualdad, la intolerancia y muchas otras características, que derivarían en un escenario futuro fuertemente caótico y violento, capaz de superar a los autores más imaginativos de la ciencia ficción.

En definitiva, Sandberg muestra este posible escenario apocalíptico de lucha entre diversas facciones de humanos biológicos y tecnológicos para hacernos reflexionar sobre la dirección que le estamos dando y le podemos dar al progreso científico y tecnológico. Aunque muchos científicos buscan mejorar la condición humana, por ejemplo retrasando el envejecimiento, mejorando la inteligencia y el estado de ánimo o cambiando los cuerpos, debemos tener en cuenta que esto podría conducir a nuevas especies y a un resultado que no siempre nos gustará.

Progreso tecnológico y debacle social: una mezcla explosiva

¿Cuáles son los límites? Ya conocemos los alcances de la robótica, la IA o la genética para modificar el cuerpo humano y el cerebro, pero algunos enfoques van más allá: por ejemplo, la emulación cerebral es una tecnología especulativa en la que sería posible “escanear” un cerebro a nivel celular y luego reconstruir una red neuronal equivalente en un ordenador, para crear así una "inteligencia de software" y, en cierta forma, un nuevo individuo.

De esta forma, si las tecnologías con capacidad para modificar la condición humana se vuelven tan baratas y omnipresentes como los teléfonos móviles, algunas personas las rechazarán desde un primer momento y construirán su propia imagen de ser humano "normal", diferenciándose de los humanos de base tecnológica. 

Sin embargo, los humanos “mejorados” tecnológicamente generación tras generación (o actualización tras actualización, aclara Sandberg), se convertirían en una o más especies "posthumanas" fundamentalmente diferentes, conviviendo con una especie “rebelde” de humanos 100% biológicos. ¿Podemos imaginarnos, aunque sea por un segundo, los problemas de intolerancia que esto conllevaría? Solo observando los conflictos actuales por cuestiones religiosas o ideológicas podemos advertir que el futuro que imagina el autor, aunque hipotético e imposible de comprobar, podría ser mucho más violento que nuestra actualidad.