Astronomía

La contaminación lumínica y espacial está acabando con las noches de cielos estrellados

El impacto de los satélites artificiales y los desechos espaciales le roba las estrellas al cielo nocturno, encendiendo una alarma en la comunidad astronómica internacional

Nuevos estudios confirman que los cielos oscuros se encuentran afectados por la contaminación lumínica y espacial, poniendo en riesgo a la observación astronómica.

Nuevos estudios confirman que los cielos oscuros se encuentran afectados por la contaminación lumínica y espacial, poniendo en riesgo a la observación astronómica. / Crédito: Félix Mittermeier en Pixabay.

Pablo Javier Piacente

Una serie de nuevas investigaciones profundiza sobre el impacto de la superpoblación de satélites artificiales, el incremento de los desechos espaciales y la polución lumínica en la observación del cielo nocturno: los astrónomos advierten sobre la posible interferencia con los observatorios terrestres y espaciales, que dificultaría la actividad científica en este campo.

De acuerdo a una colección de nuevos estudios publicados hoy en la revista Nature Astronomy, la ciencia podría tener cada vez más inconvenientes para concretar observaciones astronómicas de calidad debido a la contaminación lumínica, potenciada por el exceso de satélites artificiales ubicados en la órbita terrestre baja y la cantidad de desechos espaciales, que ha aumentado peligrosamente en los últimos años y promete seguir haciéndolo. 

Según informa Science Media Centre España, esto ha generado preocupación y alerta entre la comunidad astronómica internacional, en torno a los posibles impactos de la contaminación lumínica sobre las investigaciones en curso y futuras, porque generaría una fuerte interferencia con los observatorios terrestres y espaciales.

Los aportes de los nuevos estudios

En uno de los estudios, el científico Fabio Falchi, de la Universidad de Santiago de Compostela, en España, y sus colegas sugieren que la contaminación lumínica urbana y también de los satélites de órbita terrestre baja está aumentando a límites complejos: en la actualidad, prácticamente no existen lugares remotos en la Tierra que cumplan con los criterios necesarios para las observaciones astronómicas, como ausencia de contaminación lumínica, de un alto número de noches despejadas y de buena visibilidad.

En tanto, el especialista Miroslav Kocifaj y su equipo presentan un nuevo método para simular el brillo del cielo nocturno y las limitaciones que posee. Al mismo tiempo, una investigación liderada por John Barentine, en la que también participa el especialista español Salvador Bará, de la Agrupación Astronómica Coruñesa, calcula los efectos agregados del aumento de los satélites de órbita terrestre baja y los desechos espaciales, que deriva en un aumento potencial en el brillo del cielo nocturno global. Prevé que esto conducirá a la pérdida de datos astronómicos basados en tierra, ya que las señales cósmicas pueden perderse en el ruido, disminuyendo las oportunidades de nuevos descubrimientos.

Por último, un análisis de Aparna Venkatesan explora la naturaleza cada vez más congestionada de las órbitas terrestres bajas, resaltando el impacto negativo que esto produce en las observaciones astronómicas y los cielos oscuros en todo el mundo. Los nuevos estudios van de la mano con investigaciones previas que, por ejemplo, indican que la contaminación lumínica global se ha incrementado peligrosamente a un rimo del 10 % anual en los últimos 12 años. Esto supone un problema para la observación astronómica, pero también una pérdida para toda la humanidad

Otras visiones

Para Olga Zamora, astrónoma del Instituto de Astrofísica de Canarias, quien no participó de los estudios, los trabajos publicados recientemente incrementan “la evidencia existente sobre el ya contaminado cielo nocturno, incluso en los lugares con mejores condiciones para la observación astronómica, a los que habría que añadir una peor expectativa debido al lanzamiento, sin control, de pequeños satélites en órbita baja de la Tierra” indicó a Science Media Centre España.

Por otra parte, David Galadí Enríquez, astrónomo residente en el Observatorio de Calar Alto, quien tampoco participó en las investigaciones, expresó a la misma agencia que vale la pena resaltar la idea que se sostiene en uno de los estudios, en cuanto a que “la luz artificial de noche, provenga de alumbrado o de satélites, debe tratarse como un contaminante atmosférico más, y que los caminos para su control deben diseñarse desde ese punto de vista, tanto en lo referente a criterios científico-técnicos como en lo que respecta a cuestiones organizativas, políticas, empresariales, económicas y de comunicación”, concluyó. 

Referencias

A call for scientists to halt the spoiling of the night sky with artificial light and satellites. Fabio Falchi et al. Nature Astronomy (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41550-022-01864-z

A systematic light pollution modelling bias in present night sky brightness predictions. Miroslav Kocifaj et al. Nature Astronomy (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41550-023-01916-y

Aggregate effects of proliferating low-Earth-orbit objects and implications for astronomical data lost in the noise. John Barentine et al. Nature Astronomy (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41550-023-01904-2

Stewardship of space as shared environment and heritage. Aparna Venkatesan et al. Nature Astronomy (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41550-023-01915-z