Neurociencias

Los perros son nuestros terapeutas de cuatro patas

Jugar con ellos ayuda a las personas a concentrarse y relajarse, según muestran grabaciones cerebrales

Una actividad asistida por animales (abrazo) realizada por un participante en el estudio.

Una actividad asistida por animales (abrazo) realizada por un participante en el estudio. / Yoo et al., 2024, PLOS ONE, CC-BY 4.0 (creativecommons.org/licenses/by/4.0/).

Redacción T21

Investigadores de Corea del Sur colocaron auriculares con electrodos a 30 adultos y luego midieron los cambios en sus ondas cerebrales mientras interactuaban con un caniche llamado Aro. Los resultados indicaron que pasear al perro hizo que los participantes se sintieran más relajados, cepillarle mejoró la concentración y jugar con la mascota produjo ambos efectos.

En un mundo donde el estrés y la ansiedad parecen ser compañeros constantes, la ciencia nos ofrece una solución sorprendentemente peluda y de cuatro patas: los perros.

Recientes investigaciones han arrojado luz sobre cómo nuestras interacciones con estos fieles compañeros pueden tener efectos terapéuticos significativos, mejorando nuestra concentración, relajación y, en general, nuestro bienestar emocional.

Ahora, un nuevo estudio publicado en PLoS ONE revela que ciertas actividades con perros pueden activar ondas cerebrales asociadas con la relajación, la estabilidad emocional, la atención, la concentración y la creatividad.

Estados cerebrales

Los investigadores descubrieron que actividades como caminar, acariciar y jugar con un perro pueden aumentar la actividad cerebral en áreas relacionadas con estos estados positivos, además de disminuir el estrés y fomentar respuestas emocionales positivas.

Para comprender mejor cómo estas actividades relacionadas con los animales afectan el estado de ánimo, los autores de este trabajo reclutaron una pequeña muestra de 30 participantes adultos para que cada uno realizara ocho actividades diferentes con un perro bien entrenado, como jugar con un juguete de mano, darle golosinas, y tomarse fotos juntos.

Los participantes usaron electrodos de electroencefalografía (EEG) para registrar la actividad eléctrica del cerebro mientras interactuaban con el perro, y registraron su estado emocional subjetivo inmediatamente después de cada actividad.

Vigilia relajada

La fuerza relativa de las oscilaciones de la banda alfa en el cerebro aumentó mientras los participantes jugaban y paseaban al perro, lo que refleja un estado de vigilia relajada.

Al acicalar, masajear suavemente o jugar con el perro, la fuerza relativa de oscilación de la banda beta aumentó, un impulso típicamente relacionado con una mayor concentración. Los participantes también informaron sentirse significativamente menos fatigados, deprimidos y estresados después de todas las actividades relacionadas con los perros.

Si bien no todos los participantes tenían sus propias mascotas, su afición por los animales probablemente motivó su voluntad de participar en el experimento, lo que podría sesgar los resultados.

No obstante, los autores afirman que las relaciones únicas entre actividades específicas y sus efectos fisiológicos podrían servir como referencia para programar intervenciones específicas asistidas por animales en el futuro.

Ventaja TAA

Estos hallazgos son particularmente relevantes en el contexto de la terapia asistida con animales (TAA), donde se ha demostrado que la interacción con perros puede estimular nuestra memoria, atención, concentración y habilidades lingüísticas.

Además, los perros, con su capacidad para empatizar y conectar emocionalmente con los humanos, pueden ayudar a disminuir la sensación de aislamiento social, mejorando nuestras habilidades relacionales y proporcionando un sentido de seguridad y compañía.

La relación entre humanos y perros es tan estrecha que incluso nuestros estados emocionales pueden influir en ellos, y viceversa.

Diversas investigaciones han demostrado que los perros pueden reflejar el nivel de estrés de sus dueños, lo que subraya la importancia de mantener un ambiente emocionalmente equilibrado para el bienestar de ambos.

Además, se ha observado que los perros son capaces de captar y responder a las emociones humanas a través de señales químicas y fisiológicas, lo que demuestra la profundidad de nuestra conexión emocional con ellos.

No solo mascotas

El nuevo estudio confirma que la terapia con animales muestra beneficios significativos para la salud mental: la presencia de un perro en terapias incluso puede actuar como un facilitador emocional, ayudando a establecer un vínculo entre el terapeuta y el paciente y catalizando el proceso terapéutico.

La conclusión que se extrae de estos estudios es que los perros no son solo mascotas, sino compañeros emocionales que pueden tener un impacto profundo en nuestra salud mental y bienestar.

A través de la terapia asistida con animales y simplemente compartiendo nuestro día a día con ellos, podemos experimentar una mejora en nuestra concentración, relajación y estabilidad emocional. En un mundo que a menudo se siente abrumador, los perros nos ofrecen una fuente de consuelo, alegría y conexión incondicional, señalan los científicos.

Referencia

Psychophysiological and emotional effects of human–Dog interactions by activity type: An electroencephalogram study. Onyoo Yoo et al. PLOS ONE, 13, 2024. DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pone.0298384