Los establecimientos turísticos estarán obligados a pasar por una inspección periódica para comprobar su estado y se les podrá retirar la licencia si no renuevan sus instalaciones. La nueva Ley de Renovación Turística introduce cambios con respecto a las normas anteriores a la hora de exigir a las empresas que rehabiliten los alojamientos tanto de forma parcial como integral. No deben pasar más de 10 años entre una renovación y otra.

La ley de Turismo de 1995 y las Directrices de 2003 ya incluían la necesidad de renovar los hoteles y apartamentos e establecían una serie de medidas para que las empresas cumplieran. Sin embargo, en la última década este objetivo no se ha logrado y, al contrario, las zonas turísticas degradadas han provocado una pérdida de competitividad del sector turístico. Con la nueva ley se va más allá y el Gobierno introduce la obligatoriedad que tienen los establecimientos de someterse a la inspección turística.

La norma desarrolla nuevos incentivos y matiza otros para que los empresarios se acojan a ellos y modernicen las camas obsoletas. Sin embargo, el texto legal refuerza la idea del deber de rehabilitar y medidas para los que incumplan. Por ello, habrán una serie de sanciones que pueden llegar hasta la retirada de la licencia de explotación turística.

El Consejo de Gobierno prevé hoy analizar el primer texto de la Ley de Renovación Turística como paso previo para remitirlo al Consejo Económico y Social (CES) y al Consejo Consultivo. La intención por parte del Ejecutivo es remitir la ley al Parlamento en el próximo periodo de sesiones, ya que en diciembre tiene que entrar en vigor porque es cuando finaliza la prórroga de la moratoria aprobada en mayo por la Cámara.

Nuevos hoteles

La ley de Renovación Turística y la Ley de Armonización del Suelo, actualmente en trámite parlamentario, acaban con la moratoria turística implantada desde 2001 y que consolidó las Directrices de 2003. Con el nuevo texto se modifica la condición de que los nuevos establecimientos hoteleros fueran hoteles escuela de lujo y a partir de ahora podrán ser hoteles o apartamentos de cinco estrellas, donde la calidad de los servicios será lo más importante.

Además de abrir la vía a la construcción de nuevos hoteles, la ley crea nuevos productos turísticos como el condominio y regula las villas como oferta turística y residencial, una reivindicación del sector empresarial.

El objetivo principal sigue siendo que no se consuma nuevo suelo en la autorización de nuevas plazas alojativas, por ello el proyecto de ley introduce criterios de edificabilidad, modifica las estándares de las parcelas y aclara los planes de modernización y competitividad puestos en marcha y que gestiona la empresa pública Gesplan en las zonas turísticas más antiguas de las Islas.

En la Ley de Armonización del Suelo hay una disposición que posibilita la calificación de nuevo suelo, si bien se requieren una serie de trámites que implica, entre otras novedades, que el Parlamento autorice en última instancia la solicitud del ayuntamiento que demande más suelo tras un informe fundamentado.

La nueva ley introduce mecanismos para evitar nuevos pleitos entre las empresas y el Ejecutivo como los sucedidos en la última década debido a la moratoria turística. Por eso se crea una mesa de negociación entre promotores y administraciones públicas y la figura de la mediación en caso de conflicto.

Algunos de los aspectos de la nueva ley vienen a reforzar y desarrollar los ya establecidos en la Ley de Medidas Urgentes de 2009.