El catedrático de la Universidad de La Laguna Pedro Leal Cruz señaló ayer que el escritor inglés Samler Brown "exportó al mundo el primer perfil turístico de Gran Canaria" a través de su guía Madeira, Islas Canarias y Azores. Leal hizo estas declaraciones ayer, en el marco del XX Coloquio de Historia Canario Americana en la Casa de Colón, que se celebrará hasta el próximo viernes, y recordó cómo era la apreciación que se tenía de Gran Canaria a través de 12 escritores ingleses que viajaron al Archipiélago.

"De la guía de Brown se publicaron 14 ediciones", aclaró, "con tiradas que llegaron a alcanzar los dos mil ejemplares, y se vendieron en las principales ciudades del mundo, como Londres, París, Nueva York, Berlín o Niza, e incluso estuvo a la venta en Sudáfrica. En 1910 su precio era de 2,6 chelines".

Para Leal, hay una gran calidad en los estudios ingleses que describen el Archipiélago entre 1883 y 1908. "El Archipiélago canario, gracias a la presencia de numerosos escritores de viajes británicos, está muy bien descrito en todos sus sentidos", señaló, "y el número de escritores aumentó con la aparición del vapor y la consecuente rapidez en las comunicaciones entre el Archipiélago y las Islas Británicas".

Leal analizó el rápido desarrollo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en los 25 años que van de 1883 a 1908 a través de escritos de Olivia Stone, A. B. Ellis, Isaac Latimer, Frances Latimer, Harold Lee, Charles Edwardes, Alfred Samler Brown, John Whitford, Mordey Doublas, Charles F. Baker, J. Cleansy Taylor, Florence Ducane y la francesa Margaret D'Este.

Para Leal Cruz la fijación de los viajeros ingleses por Canarias se genera debido a dos factores: la posición estratégica de Canarias en el Atlántico en el tránsito hacia las rutas del Imperio británico como Australia, India, América, Sudáfrica, etc., y las condiciones climáticas, que fomentan un turismo de salud.

Para Leal Cruz la aportación práctica desde el punto de vista histórico de Brown fue mostrarnos a través de las sucesivas ediciones de esta guía la evolución y las transformaciones de Las Palmas de Gran Canaria. "Se abren ante nuestros ojos los cambios radicales padecidos en zonas como La Isleta, que antes de la guerra hispano-norteamericana se presenta como un lugar del que se podía disfrutar de sus salinas y vistas de la ciudad, para más tarde convertirse en un espacio controlado por los militares". Brown explica en su guía que de una población de 20.000 habitantes la ciudad pasa a tener 75.000; explica también los cambios urbanos y el crecimiento del eje de Triana y Ciudad Jardín y la zona Puerto.

Con las diferentes ediciones de Brown conocemos la aparición de distintos edificios singulares que irán incorporándose, desde el hospicio a la leprosería de Santo Domingo, pasando por la ampliación del parque de San Telmo. Para el historiador palmero la trascendencia de Samler Brown para el conocimiento exterior de Las Palmas de Gran Canaria como ciudad atlántica es muy importante.

Imprescindible

"Su guía se vendía en los países de habla inglesa y se convirtió en una fuente imprescindible para todo visitante que deseara viajar a Canarias", aclaró. Brown se refirió en su última edición de 1932 al Puerto de la Luz como el más importante de España". Leal no deseó insistir en tópicos descritos por Brown que hablan del nivel de analfabetismo del pueblo canario ni de su alimentación básica y pobre a base de papas, gofio y pescado salado, sino más bien resaltar la inestimable labor de difusión que impulsa el viajero inglés contextualizando a Canarias en los destinos preferidos del incipiente turismo inglés de la época que llega por mar al puerto de la Isla en barcos de vapor.

"Es la primera guía que a nivel mundial ubica a Canarias en los planos turísticos. Abarca los archipiélagos de Madeira, Canarias y Azores. Es la más completa y rigurosa", afirmó. Alfred Samler Brown vivió en Santa Cruz de Tenerife, donde poseía una finca de mediana extensión en la zona de San Andrés, y fue el primer ciudadano que solicitó en el Gobierno Civil la posibilidad de circular con su propio automóvil por dicha isla. Alfonso XIII le concede en 1909 una distinción por su aportación al conocimiento de las Islas Canarias en el exterior. Murió en 1935 y visitó todas las islas en varias ocasiones. Se preocupó por la situación económica de Canarias, lo que le llevó en 1892 a escribir un informe detallado sobre la misma.