El debate sobre la rehabilitación del hotel Maspalomas Oasis ha abierto una brecha en la patronal turística entre los partidarios y detractores del derribo del edificio, con pronunciamientos públicos que ponen a prueba la unidad del sector. El presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros, José María Mañaricúa, terció ayer en la polémica y reclamó más cohesión en el empresariado grancanario, al tiempo que se decantó por respetar las inversiones que se acogen a las normativas de la rehabilitación, como es el caso del proyecto de la cadena Riu para demoler el Oasis y construir un hotel completamente nuevo.

La solicitud de Eustasio López, presidente del grupo Lopesan, de declarar ese establecimiento como Bien de Interés Cultural (BIC), y la respuesta de Carmen Riu, consejera delegada de la empresa Riu, en la que defendió la demolición del edificio para adaptarlo a las nuevas normas de calidad, puso al descubierto la división empresarial sobre esa emblemática zona del sur de Gran Canaria. Ayer, Mañaricúa salió en apoyo del proyecto de Riu y también desveló los problemas de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT), de la que es vicepresidente primero. "No se puede negar que la federación atraviesa una complicada situación económica, provocada por el impago de muchas cuotas de asociados, que atraviesan una difícil situación, y por el recorte de subvenciones", explicó el presidente de la patronal hotelera, que advirtió sobre la pérdida de inversiones millonarias en el sector turístico si se genera un clima de inseguridad jurídica sobre los proyectos de rehabilitación.

Mañaricúa también salió en defensa de Fernando Fraile, presidente de la FEHT, cuestionado por algunos miembros de esa organización tras respaldar abiertamente el derribo del hotel Riu [ver más información en página 40]. A su juicio, "no es momento" de cuestionar la unidad empresarial, y no solo en sector hotelero, pues la falta de cohesión o la ruptura solo serviría para dar más oportunidades a los competidores de Gran Canaria en el mercado turístico.

Frente a las propuestas de Lopesan, de pioneros del turismo como Alejandro del Castillo y Alberto Isasi, o de los profesionales de la arquitectura, que abogan por conservar el edificio original por sus valores artísticos e históricos, Mañaricúa se posicionó claramente a favor de Riu, lo que previsiblemente agudizará aún más la quiebra del empresariado.

"Como Asociación de Empresarios Hoteleros", señaló Mañaricúa, "abogamos, apostamos y defendemos a aquél que en cumplimiento del marco legal apueste por Canarias, por Gran Canaria, invirtiendo millones de euros en las mejoras de sus productos, en la satisfacción de sus clientes, en la creación de más puestos de trabajo, y en la mejora de las condiciones del mismo para sus trabajadores, en unas instalaciones adecuadas a la normativa actual, y repito, dentro de la legalidad que nos hemos otorgado, que decida libremente en qué manera debe realizar la inversión".

El dirigente hotelero también lanzó un dardo a los empresarios que se quejan de las trabas administrativas a la inversión y ahora se alinean con los que pretenden frenar un proyecto de rehabilitación valorado en 40 millones de euros. "Vemos como una inversión peligra por la inseguridad jurídica que supone hacerla depender de la expresión en los medios, opiniones o intereses contrapuestos", añadió.