El boom turístico mantiene los hoteles canarios en una ocupación del entorno del 90%. La sobredemanda creada por la inestabilidad de Egipto provocará que el alto volumen de clientes se mantenga, con leves fluctuaciones, en ese nivel durante todo el invierno. En la World Travel Market (WTM) de Londres, los empresarios del Archipiélago se han visto desbordados por las peticiones de sobrecupos de camas para este mismo invierno que les han hecho llegar distintos turoperadores.

Algunos gigantes del turismo decidieron apurar hasta el último momento para comprobar si era posible reconducir la situación en el país norteafricano. En muchos casos ellos mismos son propietarios de los resorts que pueblan las costas de Sharm El Sheikh y Hurghada, con lo que tenerlos prácticamente vacíos atenta directamente contra sus cuentas de resultados.

Sin embargo, el enquistamiento político y la respuesta social han ido creciendo con el paso de las semanas y los meses. A estas alturas ya se hace imposible pretender que el invierno tenga visos de normalidad para el negocio turístico en uno de los destinos que es competencia directa de Canarias cuando el frío se instala en Europa.

A los minoristas británicos, alemanes y nórdicos les continúan llegando solicitudes de clientes para viajar a las Islas. "Me han pedido 2.000 camas. ¿De dónde las saco?", señaló ayer el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Fuerteventura (Aehtf), Antonio Hormiga.

Los turoperadores cerraron sus operativas con los hoteleros canarios hace prácticamente un año. Los contratos se firmaron con el número de camas habitual que cada uno de ellos reserva en Canarias en invierno y un leve incremento ante la pujanza del destino. Sin embargo, la evolución de los acontecimientos ha destrozado cualquier previsión. Alrededor del 80% de la oferta hotelera canaria está en manos de la turoperación, el resto lo venden los propios establecimientos a través de sus páginas web o directamente al público. "De ahí pueden salir algunas de las camas que están demandando", explicó el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT), Fernando Fraile.

En otros casos, los gigantes del negocio explican a los empresarios la necesidad de que se "respeten los cupos firmados", según señaló Jorge Marichal, presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel). Esto es, a diferencia de lo que ocurre otros años, cuando los hoteleros podían calcular que no todas las camas reservadas por el turoperador serían finalmente ocupadas y podían ponerlas ellos a la venta, en esta ocasión no podrán tocar ni una sola. Lo contrario podría llevarles a una situación de overbooking.

"Canarias se está vendiendo muy bien", resaltó Fraile para explicar el porqué de las maniobras de los turoperadores en busca de más camas en las Islas. Es decir, los clientes que visitan las agencias de viajes de los países emisores quieren venir aquí y no a otro sitio.

Esa es una de las razones, pero hay más. El negocio turístico del Archipiélago lucha en estos momentos por conseguir que el lugar de origen de los visitantes se desconcentre. Es decir, sin renunciar a británicos, alemanes y nórdicos, franquear la puerta a los ciudadanos de otros países. "Hemos empezado a abrir el mercado francés y ya ha mostrado su disposición a estrechar la colaboración", resaltó el vicepresidente de la Asociación Insular de Empresarios de Apartamentos y Hoteles de Lanzarote (Asolan), Héctor Pulido.

Este escenario motiva que los empresarios no esperen ya por los clientes de siempre, sino que pueden ser otros quienes se interesen por adquirir sus plazas alojativas. Eso lo saben también los turoperadores tradicionales, que estarían pidiendo los sobrecupos ante la posibilidad de que su competencia en otros países se les adelante.

Como llueve sobre mojado, porque este impulso sobrevenido para el negocio ya se produjo hace dos años cuando también Egipto y Túnez vivieron la Primavera Árabe, los empresarios hoteleros se conjuran para fidelizar clientes. "En la WTM se produjeron conversaciones recurrentes sobre la renovación hotelera, el que no la ha abordado ya está a punto de hacerlo", destacó Fernando Fraile.

El sentir general del sector es que, si bien queda mucho por recorrer, se están consiguiendo mejorar la oferta complementaria y algunas infraestructuras públicas.