Desconecte en un oasis. Cuatro palabras con las que definen la experiencia del cliente desde Jardines de Nivaria, hotel por excelencia del grupo Adrián Hoteles; cerca de 22.000 metros cuadrados albergan entre palmeras y cascadas rincones que sorprenden al huésped nada más entrar por la recepción del hotel. Dejando atrás las puertas de cristal, ante los ojos se muestra la grandeza del edificio principal, destacando los tonos dorados y blancos de la estructura que contrastan con el verde de los árboles, que se dejan entrever entre los escondites que el hotel ofrece. Escaleras infinitas que se mezclan con los espejos, de marcos antiguos, con historia y personalidad propia, para jugar con las dimensiones, destapando y dándole protagonismo a todo pequeño detalle.

De primeras, la desconexión en el oasis cinco estrellas de Costa Adeje asegura el lujo visual. La afirmación se confirma con solo alzar la vista a la cúpula, que colorea el techo del corazón de Jardines de Nivaria: compuesta por 12.000 piezas y realizada en Burgos, esta obra representa el equinoccio, donde constelaciones y estrellas se pueden observar el 21 de marzo más allá del hotel. Burgos también es parte de muchas de los muebles y las esculturas que acompañan el camino del huésped hacia las habitaciones, como pueden ser la castañera o el perro, teniendo la firma del burgalés Bruno Cuevas.

Esta decoración art-decó combina a la perfección con algunos elementos de la artesanía canaria que pasarelas de un edificio a otro, buscando combinar singulares estilos: tradición y nuevas influencias, antigüedad frente a las últimas tendencias. Esta continua actualización del hotel es una de las claves del éxito mayúsculo y ascendente de Jardines de Nivaria, aunque el núcleo se encuentra en un detalle que va más allá de lo material: el trato cercano.

Veinte años de magia familiar

Hospedarse en Jardines de Nivaria es ser un miembro más de la familia. Los profesionales que componen la plantilla llevan siendo parte del hotel durante muchos años, incluso desde sus comienzos en 1997, mostrando así la cercanía en las relaciones internas y con el cliente, mostrando el buen ambiente y clima existente.

A la minuciosa atención, la grandeza floral y el estilo propio del hotel se suma también la limpieza, detalle destacado por todos los clientes a través de las encuestas de satisfacción. Calidad y lujo que los clientes valoran, siendo huéspedes del hotel más de una vez y llegando incluso a conocer a los dueños al ser repetidores de las vivencias que tal edén brinda.

No es de extrañar encontrarse habitualmente por las diferentes instalaciones del hotel a D. Rafael Adrián y Dª. Aurora Ruera, dueños del grupo Adrián Hoteles, paseando, siendo parte de la plantilla y observando cada recoveco que poder mejorar, logrando así ofrecerle al cliente la estancia idónea y perfecta que busca en su pequeño paraíso. También son usuales Daniel Adrián y Julián Adrián, hijos del equipo Adrián, quienes se encuentran íntimamente relacionados con el día a día de la cadena hotelera a través de la dirección comercial y la arquitectura, respectivamente.

Siguiendo la línea de la renovación y la búsqueda de la sublimidad dentro de la élite hotelera, el hotel cerró sus puertas durante cinco meses y medio para dar paso a una serie de cambios de la mano de ImpulsArq, empresa de Julián Adrián, que fue la encargada y responsable de renovar la imagen de Jardines de Nivaria para cubrir las necesidades de la demanda actual.

Mejorando la excelencia

Casi catorce millones de euros invertidos en las instalaciones han sido claves para reformar de manera general el hotel, buscando que los edificios que componen el complejo hotelero y sus servicios se adaptasen de un mejor modo a las necesidades de uno.

Más de seis meses para una remodelación completa en la que la amplitud y las vistas eran claves, cambiando muros por barandas acristaladas que dejan hoy ver la grandeza del mar, la playa Fañabé y la inmensidad del lugar desde las zonas bajas a las alturas más impresionantes. Además, habitaciones con cargadores USB para facilitar el acceso tecnológico de los foráneos, la ampliación del solárium o mejoras en los sistemas contraincendios y medioambientales son algunos de los cambios realizados para alcanzar la cúspide.

Al mismo tiempo que uno se encuentra escuchando las cascadas que corren entre los árboles y el inmenso jardín del hotel, puede estar recorriendo Taganana, Masca, Guajara, Ucanca o Adeje, según el bloque en el que se encuentre. Con nombres característicos de los pilares del descanso y confort, los cinco edificios esconden rincones acogedores que dan acceso a diferentes habitaciones, en base a la elección del cliente. La habitación básica del hotel es la conocida como doble confort, pasando por las suites y llegando a la Suite Real.

La renovación trae consigo una modernización del mobiliario, disponiendo del salón y el dormitorio para cambiar el chip y ponerlo en modo relajación durante unos días. Renovarse o morir. Es por esto por lo que desde Adrián Hoteles también han apostado por crear un nuevo spa, en el que están trabajando incesantemente para abrir sus puertas a finales de marzo.

La Cúpula de los sabores

El brillo que la cúpula trae a cualquiera que la vea se ve mejorado e incrementado con los cambios en el restaurante La Cúpula. Trasladado a la cuarta planta del edificio principal, viéndose nada más entrar a la recepción, su reforma pasó por una ampliación para ser un nuevo restaurante, con una nueva cocina y comenzando así de cero de la mano de Rubén Cabrera, chef de La Cúpula. El hotel cuenta así en su equipo con el ganador del III Certamen Nacional de Cocineros que organiza la Federación de Asociaciones de Cocineros y Reposteros de España.

Cabrera busca combinar muchos sabores, siendo en ocasiones el propio personal del hotel quien cata sus experimentos y pruebas. Así, el chef dedica su tiempo a realizar elaboraciones concisas para encontrar el punto exacto que destacar en el paladar, buscando el detalle preciso con el que satisfacer la experiencia del cliente. Lo acompaña con una buena presentación, combinando decoración y sabor. Así, Rubén Cabrera es un símil perfecto de Jardines de Nivaria, combinando creatividad e innovación, tal y como la familia Adrián muestra en cada uno de sus rincones.

Con desayunos a la carta o una cocina fusión que pasa por la mezcla de especias y una exquisita decoración como broche de oro, La Cúpula se ha convertido en referente de la isla, con platos únicos que varían en base a las innovaciones del chef. Además de La Cúpula, Jardines de Nivaria dispone de tres bares, como el Tiffany's Bar, así como otras zonas de restauración para disfrutar de una completa experiencia gastronómica.

Es el caso del Restaurante Solandra, que ofrece un buffet para desayunos y cenas, siendo ampliado tras el cambio de ubicación de La Cúpula. Los desayunos, con una variedad extensa de productos y pastelería artesanal, se complementan con la vinoteca y la exquisitez del showcooking, exponiendo un plato y pudiendo tenerlo recién hecho a través de los nueve puestos de cocina en vivo disponibles. Además, este restaurante organiza semanas temáticas con especialidades internacionales y locales, destacando la riqueza del producto canario. Por otro lado, también se encuentra el Restaurante La Cascada, situado junto a la piscina y disfrutando así de su cocina mediterránea y sus tapas.

Abanico de servicios y premios insuperables

Jardines de Nivaria mima la literatura, descubriendo en la zona de la piscina una biblioteca al acceso de todos, con libros que van y vienen para que los amantes de la lectura puedan acompañar su estancia de la esencia literaria. El hotel combina una piscina a temperatura ambiente con cascadas con una climatizada durante todo el año a 29º, teniendo duchas a la misma temperatura.

Días y semanas de ensueño envueltos en el aroma Nivaria se ven complementados por la exoticidad del lugar, donde sus instalaciones dejan paso al deporte con el putting green, un completo gimnasio con sauna y baño turco, la pista de tenis y campos de golf cercanos. También hay hueco para las celebraciones, pudiendo realizar eventos empresariales e incluso bodas, con antelación en las reservas para poder gestionar el número de habitaciones que los invitados soliciten.

La cadena, además, tiene un shuttle entre sus tres hoteles, pudiendo desplazarse cualquier cliente entre uno y otro sin coste alguno, acercándose a otras zonas del sur. Wifi gratuito, ping pong, dardos, billar o el servicio de peluquería son otros extras añadidos para el cliente, que completan el disfrute y la variedad de prestaciones.

Distinción y calidad, galardones de oro

Los premios brillan entre los jardines. El último de ellos ha sido el premio TUI Holly para el hotel Jardines de Nivaria, así como otro hotel de la cadena, Roca Nivaria. El reconocimiento los posiciona como dos de los cien mejores hoteles del mundo en base a la opinión de los clientes, con una satisfacción sobresaliente. El premio se suma a los muchos obtenidos por TripAdvisor, HolidayCheck o Trivago, siendo un conjunto de reconocimientos que otorgan a la familia Adrián una posición destacada dentro del lujo y la calidad hotelera de la isla, con jardines para perderse y encontrarse en el mejor oasis del descanso y placer.