En junio de 1993, Reinhard y Brigitte Renate Smarzt, un matrimonio octogenario procedente de la ciudad alemana de Hamburgo, aterrizaron en Gran Canaria para pasar sus primeras vacaciones en la Isla. Lo hicieron en la búsqueda de un destino que les aportara el sol y la playa. Y se enamoraron. Tanto, que desde entonces han viajado a la Isla durante 25 años ininterrumpidos y dos veces al año. Para agradecer su fidelidad, trabajadores del complejo Anfi Beach, donde se aloja la pareja desde entonces, sorprendieron este jueves al matrimonio con una placa conmemorativa como agradecimiento.

Al principio se alojaron en San Agustín, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, pero poco después se marcharon a Anfi Beach, donde ya han contabilizado cincuenta estancias. "La climatología ha sido el principal motivo por el que venimos a Gran Canaria desde hace 25 años", explicó emocionado Reinhard Smarzt, "aunque hoy no tenemos el mejor día", añadió con humor.

Reinhard y Brigitte Renate Smarzt llevan juntos toda una vida. Cincuenta y cuatro años de relación, de los que cincuenta y dos han estado casados, y dos hijas en común. En los inicios de esta aventura isleña volaban hasta Gran Canaria en familia, pero ahora lo hacen solos, porque el resto de integrantes ha crecido y prefiere quedarse en Alemania.

Calidad humana

Pasan dos semanas al año en la Isla, una en junio y otra en el mes de diciembre. Y lo hacen para descansar en el hotel, aunque reconocen que en muchas ocasiones han recurrido a los vehículos de alquiler para conocer Gran Canaria. "La hemos recorrido entera, hemos ido a la montaña y también visitado los pueblos del interior de la Isla", apuntó Brigitte Renate Smarzt, "hemos disfrutado mucho de esta tierra". Una tierra de la que han sido testigo de su evolución durante estos 25 años. "Hemos notado muchos cambios, sobre todo en las zonas turísticas de Playa del Inglés y Puerto Rico", agregó.

Si algo le ha dado Gran Canaria a este matrimonio alemán es el calor de su gente. Gente como la treintena de trabajadores del Anfi Beach que este jueves se reunió en los jardines del complejo para homenajear a la pareja con la entrega de una placa, un ramo de flores y una tarta que la propia Brigitte, a sus más de ochenta años, cortó y repartió con alegría entre todos los presentes.

El director del establecimiento, Alejandro Monzó, fue el encargado de presidir el acto. "Son unas personas entrañables, sencillas, preocupadas por ofrecer el mismo cariño que reciben", relató, "lo que más preocupó a la señora Smarzt era poder cortar un pedazo de tarta para repartirlo a los empleados; y eso ya dice bastante sobre su personalidad y su calidad humana".

Para el directivo es "un orgullo" tener a una familia de turistas alemanes que decide durante el último cuarto de siglo elegir dos veces este destino. "Y es una prueba clara de lo que significa la fidelización del cliente", apuntó Monzó, quien valoró el trabajo del servicio del complejo, una pieza clave "para que las personas vuelvan y decidan comprar una propiedad y estar con nosotros durante 25 años".