"Nos faltó un punto de lucidez a la hora de acabar las jugadas", manifestaría anoche Quique Setién, técnico de la UD Las Palmas, al término del partido de anoche frente al Deportivo de La Coruña en la sala de prensa del Estadio de Gran Canaria, para añadir con posterioridad que fue tanto "en el último pase" como en el "remate".

El técnico cántabro reconoció que su equipo "no jugó bien", y lo hizo sólo "en algunos momentos, pero en otros no tanto". Destacó, además, que se enfrentaron a un rival "muy bien armado, con las ideas muy claras, muy solidario y con unos mecanismos claros y muy definidos".

A su juicio, el "primer problema" que tuvieron sus futbolistas fue la presión que ejerció el conjunto gallego en la salida de balón desde atrás: "Nos costó mucho, empezamos con muchas imprecisiones y dudas".

Pese a ello, Setién dijo estar "contento" con el trabajo porque aún así tuvieron "algunas opciones, como una al final que pudo ser el empate", abortada por el arquero argentino Germán Lux a disparo de su compatriota Sergio Araujo.

Explicó Setién que los dos jugadores que mantuvo en punta el Deportivo "nos hicieron mucho daño con cualquier balón largo o despiste, y así llegaron los goles", aunque matizó que las ocasiones claras que tuvo el cuadro gallego fueron "regalos" de su equipo.

El santanderino no quiso restar méritos al rival porque hizo "un partidazo", y a sus jugadores es "difícil pararlos cuando salen a la contra", ya que tienen "más velocidad y fortaleza" que algunos de su equipo, lo que se evidenció en la jugada del primer gol.