Un viaje al alma del Moña. El monarca de Heliópolis, máximo realizador histórico del Betis (123 goles), vuelve al Gran Canaria como un gigante. El escenario que le vio de amarillo por última vez el 13 de junio del 2004, en la penúltima jornada de un curso dantesco que dejó a la UD en Segunda B. Terminó como máximo realizador de la categoría de plata (22 dianas). Era el punto y final a 115 participaciones con el club de su corazón y con el que debutó en la máxima categoría en febrero del 2001 ante el Málaga.
Del Artesano a la UD para iluminar la Primera con Ángel, Jorge Larena y Guayre. Se estrenó como goleador en el Insular en un mágico (4-2) en octubre del 2001. Curiosamente, los únicos tantos que respiran en su expediente al coloso merengue tras 213 duelos en Primera.
Sus hermanos Álex y Guillermo también dejaron su sello en el primer equipo y compartieron vestuario en aquel funesto 2003-04. Con la caída de la UD al infierno de la Segunda B, y con 22 años, inició un trayecto amargo hacia ninguna parte defendiendo el escudo de Dépor, Albacete, Racing, Nástic y Huesca. Hasta que fichó por el Rayo y se cruzó en su camino Pepe Mel. En esa 2009-10 firmó 14 tantos en el aperitivo del éxtasis verdiblanco. En el Betis arrancó en la 2010-11, hasta la fecha, para pulverizar récords y ser la bandera de esta institución de 86 años de vida. En el Villamarín besó la calma. Domó a la bestia.
4.199 días después, regresa al partenón amarillo como el gran héroe del beticismo. Y será la primera vez que se cruce con la UD en la máxima categoría. Odiado y amado, Rubén se ha citado en diez ocasiones con el bloque grancanario desde el negro 2004 y el saldo es imponente. Solo ha perdido en una ocasión -defendiendo la elástica del Rayo en noviembre del 2009 por (2-1)-, con cinco victorias y cuatro empates.
Su derrota con el Rayo es el único paso en falso en sus cinco visitas al Gran Canaria. Colecciona empates (3) y una victoria: el (0-3) del pasado marzo para desnudar las miserias de Herrera. Desde aquella 29ª jornada, la UD iniciaría la era más negra para entregar el liderato.
Coches de alta gama
Fue silbado por la hinchada amarilla con la elástica de Huesca y Rayo. Con la del Betis, también. Es la diana perfecta. De verdiblanco se ha medido en seis ocasiones y permanece invicto (3 victorias y 3 empates). Pero nunca en Primera. Ahora reta al escudo que le forjó y le dio la oportunidad en febrero del 2001 de abrazar el cielo. 115 duelos, 38 goles. Y una pasión por los coches de alta gama. Ahora, con la reciente paternidad, y a sus 34 años, es un arma de destrucción masiva. Ha domado a la bestia y vuelve a casa.
