El verde, los focos, el equipaje y lo más importante, las botas. Viera lo tenía todo listo y calculado al milímetro para dar un show sobre el terreno de juego. Salió con ganas el atacante de La Feria ante el rival de más entidad al que se ha enfrentado la Unión Deportiva Las Palmas hasta el momento.
Salió del vestuario con su particular caminar, con calma, como si en su cabeza estuviera recreando la clase magistral que iba a ofrecer sobre el terreno de juego. Arrancó el partido y comenzó el espectáculo. El conjunto amarillo tenía el control del esférico y en Viera encontró al mejor socio de todos. Como es habitual en él, se escoró a la izquierda y allí encontró a sus compañeros. La triangulación con Momo y Dani Castellano fue determinante en el desequilibro de la defensa del Marítimo. Uno desbordaba, otro filtraba el pase y otro amagaba. Así fue como en la primera parte el terreno de juego se inclinó hacia la izquierda.
Cuando esa sociedad no daba frutos y el balón no le llegaba, Jonathan Viera no dudo en bajar hasta el centro del campo para recibir el balón y empezar la jugada.
Ahí se asoció entonces con Montoro, el encargado de dirigir el juego amarillo, y Vicente Gómez. Así fue como la doble V se juntaron para recrearse y marcar un auténtico golazo. Viera controla, avanza, levanta la cabeza, ve el hueco y dirige el balón al punto exacto, en el que entra Vicente desde la segunda línea para enviar el balón al fondo de las mallas. Un gol que recuerda al que el de Schamann le marcó al Zaragoza, en La Romareda.
Jonathan Viera estaba en estado de gracia y continuó buscando socios sobre el terreno de juego. Así fue como también combinó con Sergio Araujo. El Chino se mostró más rápido y enchufado en este encuentro y contó con ocasiones, una de ellas la materializó, pero se la anularon por fuera de juego. Aunque el partidazo de Viera no se quedó ahí y cumplió con las órdenes de Setién, empleándose también en defensa.
Quien fue de más a menos en el terreno de juego fue la otra V del sistema, Vicente. El centrocampista que busca su hueco en el nuevo sistema de Setién, encontró su sitio entre líneas. Vicente combinó bien con Montoro en la salida de balón y entró muy bien desde segunda línea, una de sus grandes virtudes.
Una primera parte en la que el equipo de Quique Setién, sin ninguno de los nuevos fichajes sobre el terreno de juego, dejó una buena imagen. Control del balón, asociación y dos laterales que desborden, ésa es la idea ante los equipos que, como el Marítimo, se cierren atrás.
En la segunda parte y con el carrusel de cambios, el partido perdió en intensidad. El gran atractivo de la segunda parte residía en ver a los canteranos a los que Setién dio entrada. Leo, Benito, Carlos y Borja Herrera, quien debutó con el primer equipo. Y una vez más el más pequeño, el que más destellos dejó, fue Carlos. El joven jugador salió con ganas y le mostró al míster sus credenciales para ganarse un puesto. Desborde, frescura y descaro fue lo que mostró ante sus corpulentos rivales.
Un partido de categoría para seguir probando y acumulando minutos en las piernas para llegar al inicio de la Liga en las mejores condiciones. Y para que los aficionados disfruten de la calidad de un mago como Jonathan Viera.
