Los roles de Kevin-Prince Boateng. El extremo ghanés, el flamante fichaje de la UD, completó ayer su segundo encuentro de amarillo. En esta ocasión, fue suplente y saltó al césped a la hora de juego -tenía por delante treinta minutos-. Aclamado por la marea amarilla, dejó tacones y acciones de fútbol de salón. En el ecosistema de Setién, se mostró dinámico y protagonista.

Y es que la contratación del siglo para el club amarillo, empezó como extremo zurdo -de nuevo a pierna cambiada-, se pasó a la derecha y acabó actuando de mediapunta. Escoltado por Tyronne, Momo y Marko Livaja, se permitió el lujo de acompañar a Roque Mesa en la sala de máquinas.

Reclamó más intensidad a los compañeros. Es como si fuese un técnico dentro del campo. En esa segunda parte ante el Mensajero, increpó a Carlos González por una elección de pase. Todo por el bien del grupo, porque el Príncipe del Roque Nublo es una pieza de jerarquía. Pero respira bajo la sombra del monarca Jonathan Viera.

¿Quién es la estrella de la UD? El aterrizaje del exjugador del Milán y Schalke 04 ha significado un terremoto para la afición isleña. Llegó el nuevo ídolo. Pero dentro del campo, Prince está, todavía, y debido a su estado de forma física, a años luz del emperador Viera.

Pero en esta fase de acople y entendimiento con el resto de la galaxia de Setién, el Príncipe luce toque y magia. Tampoco existían dudas de su imaginación. Con Momo, intercambió dos tacones de cine. La industria de Hollywood cuenta con una pareja de glamour.

En ese fútbol asociativo de la UD -con Tana, Vicente, Roque, Viera, Tyronne, Momo, Araujo o Livaja-, el Príncipe de gofio va sobrado. Sin embargo, a la hora de encarar, y marcar diferencias por velocidad o potencia, parece condenado. Pero hay tiempo para pulir su versión estelar. La misma que le catapultó a la cima del Milán. Sigue progresando. En la clasificación de focos y 'selfies' reina por decreto. Y en breve, explotará en el césped.