Necesita un punto de inflexión el RCD Espanyol. Y lo necesita cuanto antes. El equipo perico está en plena fase de construcción, que le está costando mucho más de lo esperado. Pero a veces ocurre con proyectos que acaban triunfando. Y el del conjunto blanquiazul lo tiene prácticamente todo para conseguir sus ambiciosos objetivos. Sucede que Quique Sánchez Flores, un entrenador de mucho pedigrí, no ha dado con la tecla en medio de un calendario complicado, bajas de jugadores muy importantes y mucha desconfianza debido a los goles encajados (14 en solo siete jornadas), lo que ha propiciado una enorme decepción.
Se ha enfrentado ya el Espanyol a Sevilla, Real Madrid, Celta de Vigo y Villarreal, cuatro de los equipos que disputan competiciones europeas. Y ahora visita a la UD, la revelación de la Liga de momento. Solo han ganado un encuentro, en el campo de Osasuna por 1-2 en la quinta jornada, y han empatado tres (2-2 ante el Málaga, 1-1 en Anoeta y 0-0 en la última jornada frente al Villarreal en casa). Las tres derrotas, además, invitan a la inseguridad: 6-4 en Sevilla, 0-2 ante el Madrid y otro 0-2 frente al Celta.
El conjunto perico todavía no ha encontrado el modelo de juego a seguir y en este momento de la temporada se está centrando en corregir su principal defecto: la falta de equilibrio. Los goles encajados han sido un lastre y el centro del campo es la línea señalada. Javi Fuego y Pape Diop son dos mediocentros de garantías para esas labores, pero ha surgido un canterano muy prometedor, de solo 19 años y llamado Marc Roca. En esa demarcación también pelea Víctor Sánchez y David López, que llega procedente del Nápoles pero se está consolidando como central por delante de Demichelis y en compañía del mexicano Diego Reyes.
En la portería la experiencia de Diego López y Roberto se juegan el puesto. Y en ataque mucha artillería con la velocidad de Hernán Pérez y Pablo Piatti, la calidad de Reyes y Jurado y la puntería de Gerard Moreno, Álvaro Vázquez, Leo Baptistao y Felipe Caicedo -ahora lesionado-. Un señor equipo que todavía está por hacer.
