La Provincia - Diario de Las Palmas

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La crónica / Copa del Rey (Octavos de final, ida)

El Atlético impone su manual

A la UD Las Palmas se le pone muy cuesta arriba la eliminatoria ante un rival más práctico

Demasiado Atlético de Madrid para tan limitada UD Las Palmas (0-2). El guión previsto por la superpotencia salió a la perfección para dejar casi sentenciada la eliminatoria y poner a los amarillos al borde del adiós en la Copa del Rey. Fue un triunfo 'made in' Diego Simeone. Con un acelerón para empezar cada parte logró un gol tempranero -primero de Koke y luego de Griezmann- y después bajó el listón para sostener su ventaja bien protegido en su campo. El estilo hermético del técnico argentino se impuso al de Quique Setién, que a diferencia de su rival no pudo poner en liza a la mayoría de sus jugadores habituales debido a las lesiones. Pese a las limitaciones y las imprecisiones de su plan B, el cuadro insular le puso entusiasmo y tuvo ocasiones suficientes para salir con vida. La Copa del Rey, salvo sorpresa, será en este curso una aventura más corta que la de la temporada pasada.

Porque esta UD Las Palmas baja mucho su nivel en cuanto pierde a algunas de sus referencias. Ya está asumido y por eso busca refuerzos en invierno. Sin Pedro Bigas, Míchel Macedo, Tana, Boateng (disputó la segunda parte después de un mes lesionado) y Marko Livaja, además de Sergio Araujo y Montoro, los amarillos tenían la eliminatoria cuesta arriba ya de entrada. Y más aún cuando Simeone, quizás conocedor de la situación de su rival, alineó a todo su arsenal para dejarlo encaminado. No faltaron a la cita ni Griezmann, ni Gameiro, ni Koke, ni Gabi, ni Saúl, ni Godín, ni Juanfran, ni Filipe Luis. Ni siquiera Savic. Solo los lesionados Carrasco y Oblak faltaban para completar el once ideal de los colchoneros. Ante semejante panorama el estilo práctico del Atlético de Madrid, que ya había vencido en los dos duelos anteriores entre los antagónicos Setién y Simeone, volvió a quedar por encima. Aunque ésta vez lo hizo con el complemento de una menor brillantez de la UD Las Palmas.

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Notó las ausencias el cuadro insular, algo normal al tener un once ideal tan potente, y solo unos pocos minutos al borde del descanso y tras el 0-2, cuando los colchoneros se relajaron, sometió la posesión de la UD a su rival. El plan B, coronado por Asdrúbal antes de hacer las maletas camino de Tailandia y pese al liderazgo de Viera, Vicente y Roque, apenas hizo cosquillas al Atlético mientras mantuvieron la concentración.

Tras la salida en tromba del Atlético en el Vicente Calderón hace solo dos semanas, el conjunto rojiblanco repitió el guión y volvió a presionar de inicio. Diego Simeone tiene claro cuál es su receta para contrarrestar la fórmula de posesión de los insulares, la misma que en las dos citas anteriores. No contaban con la marcha extra que le aporta su afición pero hizo sufrir a los amarillos, muy alejados de su nivel de su último choque. Sin Míchel Macedo, Tana, Boateng y Livaja el equipo insular echó en falta a varias de sus habituales vías de escape para salir de tantas emboscadas. Además, David García y Aythami no poseen la finura de Lemos y Bigas para sacar el balón, con lo que a la UD le costó un mundo superar de inicio la tela de araña de Simeone.

No se sintieron cómodos los amarillos, que cometieron pérdidas de balón casi letales y tardaron muy poco en recurrir al balón en largo. El primer error fue de Aythami, que entregó un pase a Gameiro pero David García acudió al rescate. Poco tardó Koke en mandar un remate al lateral de la red tras otra pérdida amarilla en zona defensiva. Los colmillos del Atlético no estaban tan afilados como en el último encuentro, pero sí tenían el orden y la concentración suficientes para desajustar a una UD con menos argumentos.

No podían avanzar los amarillos por el buen trabajo del Atlético y porque no encontraba soluciones. Roque Mesa estaba bien presionado, mientras que Hernán y Vicente lo intentaban pero el tajo de Saúl y Gabi les impedía darse la vuelta o avanzar. Ese centro del campo hizo que, a pesar de la ausencia de Tana, Jonathan Viera ejerciera en el extremo zurdo en lugar de por dentro, donde más influye. Fue, seguramente, uno de los pocos pecados de Setién a la hora de elegir la alineación.

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El de La Feria, acostado en banda, entró poco en juego en los primeros minutos. En el perfil derecho El Zhar apenas participó -otro mal partido del franco-marroquí- y arriba Asdrúbal Padrón no podía desahogar al equipo como hacen en ocasiones Livaja o Boateng debido a la la fuerza de Godín y Savic, mucho más grandes que él. Todo ello sumado a que David Simón y Dani Castellano estuvieron tímidos para incorporarse al ataque y a la superioridad del Atlético provocaban que los visitantes fueran los claros dominadores a pesar de que el dueño del balón era, como se esperaba, la UD.

Alud de regalos defensivos

Ese guión inicial quedó en evidencia con otros dos remates casi consecutivos de Griezmann y Juanfran que obligaron a intervenir a Raúl Lizoain, que poco más tarde fue superado por Koke. En una segunda jugada, esas acciones que el Atlético maneja tan bien, el internacional español remató cruzado desde la frontal y el intento de Gameiro por rematar despistó a Raúl. Premio merecido en el minuto 23.

Tras el gol, el conjunto colchonero se puso su otro traje, retrasó sus líneas y dio alas a la UD, que poco a poco fue acercándose al área. Roque, Viera, Vicente y Hernán fueron creciendo y los amarillos se acercaron a Moyá en los últimos cinco minutos. El Zhar, tras dos recuperaciones, no precisó el pase en zona de peligro pero al borde del descanso Asdrúbal tuvo una ocasión clara en lo que hubiera sido la despedida soñada. Un centro desde la derecha lo controló Viera para que Dani Castellano rematara con potencia. Asdrúbal, en boca de gol, estaba en medio e intentó poner el interior pero el balón se marchó desviado.

El descanso espabiló al Atlético, que volvió a presionar con pierna fuerte -de manera permisiva por el colegiado, que perdonó varias amarillas y desesperó a grada y jugadores locales- y tuvo dos ocasiones. En la primera Gameiro remató a las manos de Raúl y ante el incordio de David García. El ex del Sevilla está peleado con el gol pero no con la asistencia y seguidamente habilitó a Griezmann para hacer el 0-2. La UD, ya entusiasmada en ataque y despistada en defensa, pagó la concesión de un cuatro para tres en la frontal del área. Tras un simple cambio de juego Vrsaljko, Juanfran, Gameiro y Griezmann se encontraron solos ante Dani Castellano, Aythami y David García. Demasiado fácil. El croata puso un centro y tanto los centrales como Raúl, en parte vendidos y en parte pasivos, vieron cómo Gameiro encontraba a Griezmann con la cabeza para que el Balón de Bronce, que había aparecido poco, embocara a puerta vacía.

El arrebato de Viera y Vicente

De nuevo el Atlético se replegó tras el gol y dio permiso a la UD para que protagonizara sus mejores minutos. Con menos atasco en el centro del campo Jonathan Viera dio un paso adelante y dirigió unos muy buenos momentos de la UD. El Gran Canaria, en su mejor entrada de la temporada -como el curso pasado ante el mismo rival- con más de 26.000 espectadores, pudo llevarse algo a la boca. Eso, y el monumental cabreo con el colegiado -Martínez Munuera, el del piscinazo de Vitolo en el Pizjuán-, que mantuvo en la segunda parte su línea de beneficiar al grande en los pequeños detalles. Con tres remates consecutivos en diez minutos Viera, que conectó bien con Roque y Vicente, merodeó el gol. Luego lo tuvo muy cerca Gameiro en un mano a mano con Raúl.

Con los cambios la UD siguió plantando cara al Atlético a pesar del resultado. La marcha de Viera, Roque y Asdrúbal no alteró las ganas de los amarillos, que con Vicente, Hernán y Boateng al mando continuó inquietando al Atlético mientras Simeone se desgañitaba en la banda. Javi Castellano, el primer cambio, disfrutó de más de veinte minutos y estuvo correcto. En los visitantes la entrada de Correa, Fernando Torres y Giménez no varió el plan. Aunque el extremo argentino probó a Raúl, era la UD la que mandaba y el partido se cerró con una clara ocasión de Vicente Gómez que abortó Moyá. Con la cabeza alta dicen casi adiós los amarillos a esta Copa.

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