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El Valencia trata de resurgir

Tanto dentro como fuera del campo, se ha convertido en un polvorín esta temporada

Las aguas bajan más tranquillas en el Valencia después de los resultados obtenidos por el equipo en las últimas jornadas, con dos triunfos consecutivos. Estas victorias dan un respiro a la familia valencianista en una de las temporadas quizás más esperpénticas de un club que es santo y seña del fútbol español. Y es que en lo institucional y en lo deportivo, esta histórica entidad ha vivido en los últimos tiempos situaciones que, en algunas ocasiones, parecían hasta inverosímiles.

La gran deuda económica pusieron a la institución, incluso, al borde de la bancarrota. Todo desembocó, a finales del año 2014, en la venta al poder económico del magnate asiático Peter Lim, al que la masa social veía como el Mesías. Tan poco tiempo tardaron en idolatrarlo en la ciudad del Turia como en ponerlo a los pies de los caballos.

Venta de jugadores importantes, pérdida de potencial de la plantilla, jugadores poco comprometidos con la causa, falta de liderazgo en el club para poner orden... Y sobre todo los resultados.

La UD Las Palmas, en la actual temporada, fue la primera en abrir la herida valencianista, con su victoria en el estadio de Mestalla por 2-4. A esa derrota le siguieron tres más y su entrenador, Pako Ayestarán, a la calle. Era el cuarto técnico que fulminaba Peter Lim desde que apareció por Mestalla, tras Pizzi, Nuno y Neville, y el octavo en las últimas cuatro campañas que abandonaba el club.

La dirección deportiva, como ha ocurrido en el Valencia en estos años, confiaba las riendas técnicas del equipo a su fiel delegado, Voro, valencianista de pro. Actuaría como puente hasta la llegada del nuevo inquilino del banquillo ché, Cesare Prandelli, un hombre con mano dura para reconducir el desgobierno que imperaba en el vestuario. El italiano, harto de cómo funcionaban las cosas y, según él, de incumplimientos de las altas esferas, se fugaba en Navidad.

De nuevo, a Voro le tocaba apagar el incendio. Esta vez, en principio, ha sido confirmado en el cargo hasta el final de la presente campaña. No se sabe si como consecuencia de ello, ahora mismo se viven momentos de tranquilidad en el Valencia, justo cuando le toca visitar a la UD Las Palmas. El entrenador, a pesar de sumar seis puntos consecutivos, no quiere euforias: "El vestuario sabe que el objetivo es el partido de mañana -por hoy-, no podemos mirar a más largo plazo. Estamos en una situación complicada y miramos el día a día, no podemos perder la perspectiva por haber ganado dos partidos seguidos".

El técnico atempera los ánimos de su parroquia conocedor de que el Estadio de Gran Canaria se trata de una plaza harto complicada para seguir con la racha. "La UD es un equipo que tiene una idea muy clara y concreta de lo que quiere, de su fútbol. Sus futbolistas propician jugar de esa forma, no renuncia nunca a la posesión; supone un reto continuo, tiene un gran caudal ofensivo, con muchos mecanismos automatizados. Es una de las sorpresas agradables de la temporada por el fútbol que hace", explica.

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